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Channel: Hetero – Relatos Eroticos
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La Colaboracionista

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Después de novecientos kilómetros por fin tenían un descanso. El Teniente Giggs se pasó dos días enteros durmiendo pero el tercero de sus cinco días de permiso se levantó con ganas de pillar una buena borrachera. Cuando buscó a Carter y a Gennaro descubrió que se le habían adelantado así que cogió un jeep y se dirigió sólo al pueblo.

Era una localidad pequeña a treinta kilómetros de Metz. Con apenas tres mil habitantes y lejos de cualquier cruce de carreteras o infraestructura de importancia, había sufrido relativamente poco. La mayor parte de la población se dedicaba al trabajo del campo y aunque habían sufrido escasez no habían pasado verdadera penuria.

Era mediodía cuando aparcó en la plaza del ayuntamiento. Salió del jeep y estiró su raído aunque inmaculadamente limpio uniforme. Se colocó la gorra bajo la hombrera y se acomodó el Colt. A las mujeres francesas les encantaba el aire de vaqueros que les daba la automática enfundada en su cadera. Se giró sobre sí mismo buscando una tasca, era mediodía y tenía hambre. En una esquina de la plaza, bajo unos soportales de piedra había un bistró típico de la zona. Se sentó en la terraza y pidió queso, pan y una botella de calvados.

Le encantaba la comida francesa. Esos malditos franceses hacían delicias con cualquier cosa y desde que había llegado en julio había aprendido lo que era el vino de verdad. El sol de agosto brillaba con fuerza y le obligó a refugiarse a la fresca sombra de los soportales de piedra. El pueblo había sido liberado mientras descansaba, hacía apenas doce horas, así que toda la gente que pasaba a su lado le saludaba efusivamente y le invitaba a una ronda de calvados.

Un tumulto que se acercaba por una de las calles interrumpió su plácido almuerzo. Giggs se incorporó y apoyándose en una de las columnas de los soportales observó cómo unas cien personas entraban en la plaza y llevaban a alguien medio a rastras. Con disgusto comprobó que era una mujer. Harto de venganzas estúpidas se acercó al grupo con las manos apoyadas en las cachas de nácar de la automática.

-¿Qué demonios pasa aquí? –dijo el teniente levantando la voz para poder hacerse oír entre el tumulto.

-Es una colaboracionista –dijo un hombre gordo que llevaba puesto un mandil blanco con restos de sangre en la pechera. –vamos a darle su merecido.

Giggs desvió la mirada del cabecilla y la dirigió hacia la víctima. La mujer ofrecía un aspecto lastimoso. Los dedos gordos como morcillas del carnicero sujetaban la larga melena rubia de la chica y tiraba de ella para mantenerla en un equilibrio precario. La mujer era joven, apenas debía superar los veinte años. Su bonito rostro crispado y el rimmel corrido mostraban dolor y humillación pero sus gruesos y rojos labios apretados en una fina línea horizontal revelaban la determinación de la joven de no soltar el más mínimo gemido. La ropa que llevaba, bonita y de calidad estaba sucia, rota y descolocada por los agarrones y empujones de que había sido objeto mostrando parte de su ropa interior. Sus medias estaban rotas y había perdido uno de los zapatos de tacón.

-¿De que la acusáis? –pregunto Giggs.

-Ha confraternizado con soldados alemanes. –respondió una anciana furibunda escupiendo al suelo.

-¿Con cuántos?

-¿Qué importancia tiene eso? –pregunto el carnicero.

-¿Con cuántos? –Repitió el teniente empezando a mosquearse con los aldeanos.

-Con uno. Un Capitán de la Wehrmacht–dijo un hombre bajito vestido con ropa de los domingos.

-Aja. Ya veo… Un gran peligro para el esfuerzo de guerra aliado. ¿Puedo haceros unas preguntas?

-¿Cuántos de vosotros pertenecéis a la resistencia? –continuó sin esperar la respuesta.

Los presentes se miraron unos a otros dudando durante un momento y luego levantaron las manos unánimemente.

-Ya veo, este debe ser el pueblo más heroico de Francia. Ojalá en todos los lugares de Francia hubiese el mismo nivel de amor a la patria, los nazis las hubiesen pasado canutas. –dijo el teniente con sorna.

-Y usted ha debido pasarlo verdaderamente mal –continuó el teniente señalando la panza del carnicero -¿Acaso no ha vendido usted carne a los alemanes?

-Sí, pero estaba obligado a ello…

-Y también estaba obligado a aceptar su dinero. Saben, estoy harto de ver estos actos de venganza pueriles. Siempre con las mujeres solas e indefensas. ¿Qué pensabais hacer? ¿Raparle el pelo?

-Nosotros…

-¿Sabéis que es eso lo que hacen los alemanes con las mujeres que se acuestan con judíos o prisioneros de guerra? ¿Queréis ser como los nazis? Dentro de tres semanas me agradeceréis por no haberos dejado hacer semejante estupidez.

Poco a poco la resolución del grupo fue mermando hasta que soltaron a la joven y se retiraron lentamente de la plaza. La única que parecía sinceramente decepcionada era la anciana que fue la última en irse, no sin antes soltar sendas miradas llenas de inquina a Giggs y a la joven.

Finalmente quedaron los dos solos en el centro de la plaza. El sol caía de plano haciéndole sudar bajo su pesado uniforme. La joven se mantenía en pie a duras penas dolorida y agotada.

-Vamos. Te llevaré a casa –dijo el teniente señalando el jeep.

La joven estuvo a punto de rechazar la invitación pero luego miro el aspecto de su ropa y no tuvo más remedio que admitir para sí misma que subir al todoterreno era la mejor opción. Sin decir nada, siguió al oficial hasta el jeep y se sentó tapándose como mejor pudo.

El viaje transcurrió en silencio. La joven intentaba arreglarse el pelo y quitarse el rímel de la cara. Mientras conducía por el pueblo siguiendo las indicaciones de la muchacha, Giggs no pudo evitar pensar que aquel capitán alemán era un hombre afortunado. Los labios gruesos, los pómulos altos, los ojos grandes y claros y la nariz pequeña; todo en ella era bello y armonioso.

Dos minutos después salieron del pueblo y cogieron un pequeño camino de tierra que les llevó a una granja entre los árboles. El aspecto del edificio era un poco ajado. La guerra también se había cobrado su tributo allí. Cuando llegaron ante la puerta la joven se apeó. Giggs pensó que iba a irse sin decir nada pero la joven se volvió le dijo que se llamaba Aimee y dándole las gracias se despidió con dos besos. Mientras arrancaba, Aimee se quedó a la puerta observando como el jeep se iba con un zapato de tacón en la mano.

El cabo Bonner le despertó a la mañana siguiente, su semblante serio y su brazalete de la policía militar le ayudaron a despejarse y vestirse rápidamente. No era la primera vez que le escoltaba la policía militar y como se imaginaba cual era el problema no se puso demasiado nervioso. Giggs intentó sonsacarle la razón por la que lo escoltaba pero no consiguió nada aparte de un Lucky.

Cuando pasaron de largo el viejo edificio semiderruido que hacía de cuartel de la policía militar empezó a ponerse nervioso y cuando Bonner le invitó a subir en el jeep, el asunto le empezó a oler bastante mal.

Tras quince minutos de paseo ya estaba empezando a relajarse de nuevo y a disfrutar de la cálida mañana de agosto cuando el jeep se paró delante del cuartel general del tercer ejército americano.

-Chico, no sé qué has hecho, -dijo el PM con una sonrisa malévola, pero tienes una cita con el mismísimo general Patton.

La sangre abandonó repentinamente de la cara del teniente. Sabía que tenían terminantemente prohibido intervenir en la vida de los pueblos liberados. Los propios franceses se ocupaban de su seguridad interior y eran muy celosos al respecto, pero no se imaginaba que callo había podido pisar para que el propio Patton se ocupara de echarle la bronca en persona. Por un momento se le pasó por la cabeza darle un empujón a Bonner y salir corriendo con el jeep, pero su entrenamiento se impuso y haciendo de tripas corazón entró en el despacho del general tras su asistente personal.

La oficina era lujosa, con techos altos y muebles rococó que no pegaban para nada con el carácter del general.

-Ese maldito remilgado de Monty*, en vez del bastón de mariscal deberían haberle dado un tutú. –Dijo el general revolviendo formularios de un cartapacio mientras Giggs permanecía de pie en postura de firmes –Ese jodido gilipollas nos ha obligado a frenar nuestro avance para poder alcanzarnos. Si fuese por él, aún estaríamos acampados comiendo ese queso asqueroso en las afueras de Caen.

-Descanse teniente –continuó el general cerrando el cartapacio y levantándose –-entre otras jodiendas tengo un informe de la PM sobre un incidente ocurrido ayer por la tarde en el que usted se vio envuelto.

-Lo siento señor yo sólo…

-Cierre el pico no le he dado autorización para hablar –le interrumpió Patton sin ceremonias –el caso es que el alcalde de la villa ha venido aquí hecho un basilisco. Estos jodidos franceses salieron corriendo como gallinas asustadas cuando los nazis entraron en el país y ahora se pasean por mi cuartel general como si fuesen ellos los que les han echado a patadas. ¿Me puede explicar que cojones pasó ayer?

-Vera señor…

-Rapidito muchacho, tengo mucha gente que abroncar está mañana.

-A sus órdenes mi general. Yo estaba en la plaza del pueblo almorzando. Aparecieron un grupo de garrulos, perdón…

-No se disculpe, es lo que son; unos garrulos y unos tocapelotas. –volvió a interrumpirle el general.

-Si bueno, los tipos llevaban arrastrando a una mujer por el pelo con la intención de hacer en ella escarnio público. Yo les detuve y les mandé a casa, luego escolté a la señorita hasta su casa…

-Vale, vale, ya me hago una idea. – Volvió a interrumpirle Patton impaciente -¿Sabe quién es esa mujer?

-Sólo se su nombre Aimee.

-Bueno muchacho, te he llamado porque quiero que sepas que en otras circunstancias te hubiese despellejado como a un castor pero te ha tocado la lotería y sin saberlo has prestado un gran servicio a la causa aliada. –Dijo el general sacando un pequeño paquete de un cajón – Quiero que vuelvas a su casa y le lleves esto de parte del estado mayor aliado y de paso que vas, llévale algo de comida y chucherías. Los de abastecimiento ya están avisados. Puede retirarse.

-¡Ah! –Dijo antes de que Giggs se escurriese por la puerta –si se te vuelve a ocurrir algo parecido te juro que yo mismo te devolveré a patadas al otro lado del Atlántico.

Los jeeps son rápidos, manejables y relativamente cómodos pero su fuerte no es su marcha silenciosa, así que cuando Giggs llego al claro donde estaba situada la granja de Aimee, la joven ya estaba esperándole apoyada en el quicio de la puerta con un ligero vestido de verano agitándose ligeramente con la brisa vespertina.

-Vaya, ha llegado Papa Noel –dijo la chica viendo como bajaba Giggs del todoterreno cargado de paquetes. –aunque no sabía que fuese verde.

-Puede que no lo sepas pero el original era verde, fue Coca Cola quién le cambio el color hace unos años por motivos publicitarios. –respondió el teniente mientras entraba en la cocina de la granja y depositaba tres paquetes sobre la mesa.

-¿A qué se debe tanto agasajo? –preguntó Aimee.

-Tú lo sabrás. Con lo de ayer me he ganado una entrevista con el general Patton en persona y en vez de cubrirme de insultos y patadas me da un regalito para ti. –Dijo sentándose y alargándole el pequeño paquete –De parte del alto mando aliado.

-¡Vaya! O mucho me equivoco o eso son medias de nylon –dijo la joven apartando el paquete que le daba el teniente y cogiendo un par de cajas planas con el dibujo de unas piernas en la tapa.

-Vi como habían quedado las suyas ayer y pensé que…

Aimee cogió una silla y sentándose levanto ligeramente la falda del vestido, lo justo para soltar unas medias raídas y mil veces zurcidas de las trabillas del liguero. Con un movimiento rápido se las quitó ante la mirada atenta de Giggs.

Las piernas largas y delgadas de la mujer quedaron expuestas en toda su gloria. Aunque el teniente lo intentó, no pudo evitar lanzarle una mirada cargada de lujuria.

Aimee se dio cuenta inmediatamente y se giró ligeramente para que Giggs tuviese una buena panorámica del interior de sus muslos mientras ella se ponía lentamente las medias nuevas.

-¿Te gustan? –preguntó terminando de colocarse las trabillas y cruzando las piernas.

-Me gustan, me gustas, eres una mujer muy hermosa. –respondió el soldado recreándose en los grises ojos de la muchacha.

Aimee se levantó y se sentó sobre la mesa indicándole con un dedo a Giggs que se acercara. Los labios de Giggs se cerraron sobre los de la mujer mientras ella se desabotonaba el vestido. La mujer detectó la urgencia del hombre en sus besos violentos y sus manos apresuradas. Aquel hombre probablemente no había tocado una mujer desde antes del desembarco y después de jugarse la vida varias veces estaría sediento de sexo, así que abrió sus piernas y le dejo hacer.

Giggs estaba tan excitado que casi no fue capaz de bajarse la bragueta y sacar su pene erecto. La joven le ayudó librándose de las bragas con un gracioso movimiento. El Teniente no esperó y acercando el cuerpo de la joven hacia él la penetró sin más ceremonias. La joven se recostó sobre la mesa y dejo que Giggs la penetrara con fuerza. Su mirada dulce y sus gemidos de placer evitaron que el teniente se muriese de vergüenza cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Intentó separarse pero la joven aprovechó para darse la vuelta y apoyando los pies en el suelo dejar que la penetrase por detrás. Su vagina caliente y estrecha recibió la polla de Giggs estremeciendo a la mujer de placer. El teniente tiró del vestido y lo arrojó lejos acariciando su culo blanco y suave mientras penetraba profunda y rápidamente en su interior. Segundos después se corrió.

Giggs se sintió un poco avergonzado por haberse apresurado tanto e intentó balbucear una disculpa, pero la mujer le calló poniéndole el dedo índice sobre sus labios y cogiéndole de la mano le llevó a la habitación en el piso superior.

Ahora que el apremio se había ido, pudo pararse y observar el cuerpo de Aimee. El fresco aire vespertino proveniente del bosque se colaba por la ventana inundando la habitación con un aroma fresco y poniendo a la joven la piel de gallina. Giggs se acercó y mirándola a los ojos le acaricio la larga melena rubia platino. Su pelo era suave y brillante, Aimee sonrió y poniéndose de puntillas besó levemente al teniente. Giggs le soltó el pelo y abrazó su cuerpo suave y elástico. Las manos de la mujer se movieron rápidamente quitando botones y corchetes hasta que quedo totalmente desnudo como ella. Giggs subió las manos de la cintura de la joven y comenzó a acariciarle la espalda, el costado y los pechos. La respiración de la mujer volvió a ser anhelante y un hondo suspiro surgió de su garganta cuando el teniente le acaricio los pezones y se los chupó suavemente.

La joven estremecida se pegó al cuerpo del teniente en un movimiento reflejo. El pene flácido del soldado contactó contra el muslo de ella. El calor y la excitación de la mujer parecieron pasar por ese punto de contacto haciendo que su pene se irguiera de nuevo, pero él no se movió, siguió besándola suavemente, aspirando el aroma de su cuerpo y dejando que el deseo siguiese creciendo en ambos.

Aimee fue la que tomo la iniciativa y con un suave empujón sentó a Giggs en la cama. La joven se arrodilló y cogió su miembro palpitante. Sus manos pequeñas y ligeras lo acariciaron y tantearon antes de metérselo en la boca. Todo el cuerpo de Giggs se estremeció ante el suave y cálido contacto de la lengua de Aimee. La boca y la lengua de la joven se movían arriba y abajo por su pene con la misma suavidad con la que hace un momento le besaba, haciéndole sentir un placer intenso que el hombre sólo pensaba en devolver.

Levantándola como si fuera una pluma se la colocó en el regazo y la penetró. Aimee soltó un largo suspiro de satisfacción cuando tuvo el pene en lo más hondo de su vientre. Apoyando las manos en sus hombros comenzó a subir y bajar lentamente, disfrutando de cada chispazo de placer. Giggs le dejó hacer limitándose a acariciarla y besar sus pechos, sus labios, su cuello…

Poco a poco los movimientos de la joven se hicieron más apresurados y unos instantes después la joven gimió intensamente y cayo desmadejada y sudorosa sobre Giggs.

Giggs abrazó su cuerpo jadeante y la dejo recuperarse unos segundos antes de tumbarla sobre la cama. Aimee hizo unos leves intentos por apartar los labios del teniente de su sexo aún estremecido por el orgasmo, pero Giggs no le hizo caso y su lengua y sus manos acariciaron su cuerpo ignorando los gritos y los tirones de pelo de la joven. El sexo se convirtió en una pelea dura y placentera. Aimee jadeaba e intentaba resistir con su frágil cuerpo en tensión mientras Giggs avanzaba poco a poco en silencio lamiendo, mordisqueando, sorbiendo… Cuando llegó a la altura de su cara la agarró por las muñecas y colocándole las manos sobre la cabeza la beso violentamente, sorbiéndola, saboreándola, sofocándola… La joven levantaba su pelvis golpeando su polla, intentando incitarle a penetrarla. Finalmente sin soltarle las muñecas cogió su pene con la otra mano y se lo hincó profundamente en el coño. Aimee se estremeció e intentó liberarse pero con una sonrisa el teniente la mantuvo inmovilizada mientras la follaba a placer con movimientos bruscos, primero espaciados, haciendo resonar el choque de sus cuerpos bañados en sudor, luego se fueron acelerando hasta que se convirtieron en un fuerte aplauso acompañado por la ovación de gemidos e insultos que le lanzaba la joven. Aimee incapaz de contenerse más se corrió y las contracciones de su vagina electrizada por el placer provocaron que el teniente se derramase de nuevo en su interior excitándola de nuevo y prolongando aún más su placer.

-¿Me vas a contar que rollo tienes con Ike**? –preguntó Giggs mientras compartía un Lucky con la joven.

-¿Estás celoso? –pregunto la joven divertida dando una calada al cigarrillo.

-No, sólo siento curiosidad…

-Está bien, algo hay que hacer antes de que vuelva a estrujar esa polla a conciencia. –dijo la joven acariciándole el miembro con picardía.

-En realidad –comenzó Aimee –el carnicero no deja de tener una pizca de razón. Yo vivía aquí con mi padre, en la granja hasta que el ejército francés lo movilizó en enero de 1940. La última noticia que tuve de él fue una carta fechada el uno de mayo diciendo que estaban preparados y que iban a espabilar a esos cabezacuadradas. No he vuelto a saber nada más de él.

El ejército alemán paso de largo pero dejo una pequeña guarnición en la villa. Diez hombres bajo el mando de un capitán, un hombre alto rubio y un poco crápula. Las primeras semanas se limitó a dejar todas las tareas en manos de un viejo cabo veterano de la primera guerra mundial y a correr de cama en cama. Yo me crucé en su vida como cualquier otra mujer del pueblo antes que yo, pero a pesar de que no hice nada especial salvo acostarme con él y aceptar unos vales de comida se encaprichó de mí y yo joven y sola en el mundo le acepté. La vida a partir de ese momento fue más fácil. Fritz era un calavera y un perezoso pero tenía buen corazón y odiaba sinceramente a Hitler y a los nazis. Me encariñé de él y nos instalamos los dos en la granja. Un día hablándole de mi padre se ofreció a investigarlo explicándome que era sobrino de Wilhelm Canaris***y que se llevaba muy bien con él.

-¿El almirante Canaris?

-El mismo. -respondió Aimee –Cuando me enteré de ello fui andando hasta Metz y contacté con un viejo amigo de mi padre que pertenecía a la resistencia. A partir de ese momento me dediqué a informar regularmente de todo lo que me contaba el capitán. Era cierto que se llevaba bien con su tío y resulto ser una mina de información y sobre todo permitió a los aliados valorar la efectividad de su sistema de contrainteligencia. En junio todo cambio, se volvió más irritable y bebía casi todo el tiempo. Finalmente me contó que ibais a desembarcar. Gracias a él, el Alto mando supo que los alemanes estaban convencidos de que atacaríais por Calais. Pocos días después se marchó, dijo que su tío le había impuesto una tarea, que iba a acabar con la guerra de una vez y que volvería pronto, pero sus palabras y su beso me sonaron más a una despedida. Ese fue mi último informe, dos semanas después nos enteramos del atentado contra Hitler del mes pasado, supongo que participaría en él y probablemente a estas horas esté muerto.

-Lo siento, ¿Lo amabas?

-Si te digo la verdad no lo sé. Cuando me enteré de lo que tenía que hacer me propuse no enamorarme de él, pero no puedo evitar entristecerme por su destino. Nunca fue un soldado como tú, era leal como demostró cuando su tío lo llamó, pero no era un hombre violento ni un nazi.

-¿Y a mí? ¿Podrías llegar a amarme? –preguntó el teniente.

-Yanquis, siempre con prisas. No quiero perder a nadie más. Cuando termine esta estúpida mierda puedes venir y hacerme una visita, si es que no te has olvidado de mí para entonces. Sólo en ese momento decidiré…

El claro era totalmente diferente en mayo, el color dorado de la hierba agostada de hace meses atrás había sido sustituido por el blanco, el amarillo y el rojo de las flores que cubrían la pradera verde y fragante. Una solitaria vaca deambulaba de un lado a otro cogiendo los bocados más apetitosos. Giggs se bajó del jeep pensando si sería lo mismo ser granjero allí que en Arkansas.

*Apodo del mariscal Sir Bernard Law Montgomery jefe de las fuerzas británicas en Normandía, era de sobra conocida entre los aliados la mala relación que mantenía con el General Patton. Al igual que éste murió en extrañas circunstancias.

**General Dwight David Eisenhower Comandante supremo aliado en Europa en la segunda guerra mundial y 34º presidente de los EEUU.

***Almirante Wilhelm Canaris jefe de la Abwehr el servicio secreto nazi, implicado en varios complots para acabar con Hitler tras el atentado de julio del 44 fue apresado y condenado a la horca.


Desenfreno en la calle de la Corrida nº69 – 1

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CAPÍTULO 1º

VECINOS

Ah, que bonitos los edificios antiguos, con sus portales de madera, sus ascensores viejos y chirriantes y sus escalones de medio metro de altura, donde es tan jodidamente fácil resbalar y romperse la crisma.

Así es el número 69 de la calle De la Corrida, un lugar con unos vecinos muy peculiares, a cual más cachondo y salido que el anterior.

En el Primero A tenemos a los Peláez, flamantes presidentes de la comunidad de vecinos y empezando por José, el padre de familia, el típico madurito interesante que, a sus cincuenta y pocos años, es considerado todo un semental en la cama, más que nada porque calza una nada despreciable verga de veintidós centímetros y unos cojones del tamaño de huevos de gallina.

También tenemos a su mujer, Soledad o Sole, como le gusta que la llamen, una hermosa madurita con aires de gran señora, con un par de tetas, talla 130, que quitan el sentido y puta como ella sola.

La familia la completa Albita, una dulce adolescente de dieciséis añitos, de tetas bastante grandes también, talla 100, y tan puta o más que su madre.

En el Primero B tenemos a dos viudas cincuentonas de muy buen ver, Maruja, bajita y pizpireta, de tetitas pequeñas pero muy bien puestas, y a Angustias, alta y bastante seca de trato, pero de mamellas enormes, talla 140, y trasero duro como una roca, pues va al gimnasio dos veces por semana a hacer aeróbic. Según las malas lenguas son algo más que amigas…

En el Segundo A vive Alejandro Blasco, o Alex. Joven atlético de veintipocos años al que hace poco tiempo dejó su novia y que dedica la mayor parte del día a buscar trabajo por Internet y a matarse a pajas pensando en la joven Albita Peláez, desde aquel día en que la niñita se le insinuó en el ascensor y le palpó los veinte centímetros de su gruesa polla a través del pantalón.

El Segundo B está ocupado por una parejita de recién casados, Eva y Adrián. Ambos son jóvenes, vitales, con ganas de marcha y muy liberales en cuanto a asuntos sexuales se refiere. Eva es alta y delgada, pero con un buen par de tetas talla 120 y un culitos duro y respingón, mientras que Adrián es también alto y muy delgado, lo que contrasta enormemente con el tamaño y grosor de su verga, veinticinco centímetros y casi tan gruesa como su muñeca.

El Tercero A lo ocupa doña Manuela, que en su juventud fue puta y a sus casi sesenta años aún conserva mucho encanto. Dotada de un enorme par de tetas talla 140, os puedo asegurar que sabe muy bien como hacer buen uso de ellas.

En el Tercero B vive alquilada Carmelita, una tímida estudiante de derecho, bastante inocente y, por lo visto, todavía virgen, a pesar de que los hombres y los vecinos del bloque se la comen con los ojos, pues es todo un bomboncito, con unas tetas del tamaño justo y un precioso culito redondito, de esos que dan ganas de azotar cuando se está follando al estilo perro.

Y por último, pero no por ello menos importante en esta historia, tenemos a Felipe, el portero, un negrazo de origen cubano, dotado de una enorme tranca de treinta centímetros y que es la fantasía erótica de doña Soledad desde que entrase a trabajar al bloque hace ya unos cuantos años.

Ahora lo tenemos barriendo la entrada del portal mientras tararea “Guantanamera” y baila con la escoba.

-Vaya, Felipe. Te veo muy contento esta mañana –La sensual voz de doña Sole suena a sus espaldas, haciéndole dar un respingo y casi soltar la escoba-. ¿Has tenido noticias de tu familia acaso?

-Ah, buenos días, doña Soledad –Felipe muestra su blanca dentadura en agradable sonrisa, mientras sus ojos se posan en la tremenda delantera de la señora de Peláez y notando como su pollón se tensa contra la tela de sus pantalones.

-Vaya… -Sonríe la madura vecina mientras roza con el dorso de su mano el paquetón del cubano-. Cualquiera diría que te alegras de verme, Felipillo, bribón –añade luego antes de salir del portal contoneando sus poderosas caderas, dejando al porteros más caliente que el pico de una plancha.

Desenfreno en la calle de la Corrida nº69 – 3

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CAPÍTULO 3º

PAGANDO LA CUOTA DEL MES

Lunes, 11 de Noviembre de 2013. 17:00 de la tarde. Doña Soledad de Peláez ha salido a comprar y a tomar café con sus amigas, y la pequeña Albita está en casa de una amiga estudiando para un próximo examen quedando en casa don José, el sufrido padre y cabeza de familia.

Lo encontramos en estos momentos repasando las cuentas de la comunidad de vecinos cuando, de repente, suena el timbre.

-¡Ya voy, ya voy! –Exclama el señor Peláez mientras corre a abrir la puerta.

-Buenas tarde, don José –encontrándose con la linda sonrisa de la no menos linda Carmelita, su vecina del Tercero B al hacerlo-. ¿Lo pillo ocupado?

-No, no, Carmela –nada más ver a su guapa vecinita, la polla de Peláez se tensa contra la fina tela de sus pantalones de tela-. Estaba repasando las cuentas de la comunidad, y pensaba hablar contigo, porque ya estamos a once, y tú aún no has pagado la cuota. Cosa rara en ti, porque siempre sueles pagar antes del cinco.

-De eso se trata, señor Peláez –responde Carmelita sin dejar de sonreír mientras cruza el umbral de la casa de su vecino y toma asiento en la silla del recibidor-. Este mes no sé si podré pagarle hasta casi finales porque no he cobrado todavía la nómina, y había pensado en que quizás podría hacerle un pequeño favor de algún tipo como compensación…

-¿Un favor, dices? –José Peláez siente su polla a punto de reventar la tela de sus pantalones y, en un acto reflejo, lleva su mano hacia su abultada entrepierna, acto que no pasa desapercibido para la guapa convecina, que sonríe y se relame con gesto entre sensual y divertido-. ¿Qué tipo de favor? –Logra añadir el Presidente de la comunidad al percatarse de cómo Carmela mira su prominente paquete.

-Mmm… No sé… -Sin dejar de sonreír, Carmela estira su mano hacia la entrepierna del señor Peláez y palpa el enorme bulto mientras añade-: Usted es un hombre inteligente… Seguro que se le ocurre algo. Yo, por mi parte, había pensado en alegrarle un poco la vida con un trabajito oral; el que sea virgen no quiere decir que sea tonta, y por la escalera corre el rumor que usted y doña Soledad últimamente… Ya sabe…

-¡ESO SON FALACIAS! –Exclama su maduro vecino mientras ella le desabrocha la bragueta y saca su polla, ya tiesa y dura como una roca, lista para la acción.

-MMM… QUÉ DURA… COMO A MÍ ME GUSTAN –Gime Carmelita mientras comienza a lamer los durísimos veintidós centímetros de verga del Presidente de la finca.

-¡JOOODERRR, CARMELITA! –Exclama el señor Peláez apoyándose en la pared del recibidor-. ¡QUÉ LENGUA TIENES, CACHO PUTA!

-¿LE GUSTA, SEÑOR PRESI? –Inquiere la joven mamadora antes de meterse la verga de Peláez entera en la boca, mientras con su diestra acaricia los gordísimos cojones.

-¿¡QUE SI ME GUSTA!? –Jadea el maduro don José acariciando los cortos cabellos de la bella feladora e iniciando un lento movimiento adelante y atrás, follándose su boquita golosa y experta.

-MMM… ES USTED UN HOMBRE MUY MALO, SEÑOR PELÁEZ –ríe Carmelita sacando la tranca de su boca y sacudiéndola con fuerza mientras escupe sobre el hinchado capullo, recogiendo luego su propia saliva con la punta de la lengua y volviéndose a tragar la gorda polla hasta los enormes huevazos cargados de leche caliente.

-SÍ, CARMELITA… Y ESTA ES UNA DE LAS MEJORES MAMADAS QUE ME HAN HECHO EN MI PUTA VIDA –Musita don José dejándose caer en la silla del hall mientras se agarra el rabo y lo sacude ante la linda carita de su vecina que, con una lasciva sonrisa en los labios, le responde en tanto comienza a besar su pollón:

-MMM… VERÁ COMO LE GUSTA ESTO, SEÑOR PELÁEZ… -Dicho esto, sigue besando el cañón de carne de su vecino desde la punta del glande hasta las peludas pelotas, sintiéndolas palpitar repletas de semen a punto de brotar como si fuera una fuente.

Y así es en efecto.

Varios besitos y caricias más tarde, el primer lefazo cae sobre la cara de Carmelita, que ríe y se relame y recoge la corrida con los dedos y se la lleva a la boca al tiempo que exclama:

-¡JODER, SEÑOR PELÁEZ, MENUDA CORRIDA!

-CARMELITA… -Suspira don José mientras su vecina termina de limpiarle la punta del cipote a lengüetazos-. Hasta fin de año, quedas exenta de las cuotas de la comunidad…

Desenfreno en la calle de la Corrida nº69 – 4

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CAPÍTULO 4º

EL ENCHUFE ESTROPEADO

Miércoles, 13 de Noviembre de 2013. En el Segundo B, la joven recién casada Eva se dispone a ponerse a planchar ahora que está sola en casa cuando se da cuenta de que el enchufe donde tiene pensado conectar la plancha huele a chamuscado.

-¡Pues vaya faena! –Masculla mientras frunce el entrecejo y mira alternativamente el enchufe estropeado y el ingente montón de ropa que tiene sobre la mesa de la salita-. Y ahora Adrián está trabajando –añade frunciendo aún más el ceño y soltando un bufido.

Todo parece perdido para la guapa recién casada cuando, de repente, suena el timbre del telefonillo.

Es Felipe, el portero, para avisar de la llegada de un paquete de correos.

-Felipe, ¿tu no tendrías idea de cómo arreglar un enchufe averiado, verdad? –Inquiere Eva dando a su voz el tono más meloso y sensual que es capaz de conseguir.

-¡Por supuesto! –Exclama el negrazo lanzando una estridente carcajada, tan fuerte que hace que la joven se aparte el teléfono de la oreja-. Ahora mismito subo y se lo arreglo.

Y así es, cinco minutos más tarde, el negro Felipe sube al Segundo B cargado con el paquete de correos y una pequeña caja de herramientas.

-Pasa, Felipe, pasa –invita Eva, mostrando al portero su más cordial sonrisa-; el enchufe está aquí mismo, en el comedor –dice señalando el objeto averiado en cuestión.

Luego, y desde la pequeña y coqueta cocina, añade:

-¿Te apetece algo de beber, una Coca-Cola, una cerveza…?

-No, gracias –Felipe, sin más dilación, se agacha ante el enchufe averiado, y comienza a manipularlo con sus herramientas.

Diez minutos más tarde vuelve a incorporarse con una enorme sonrisa de triunfo en su oscuro semblante.

-¿¡Ya está!? –Exclama la dueña del piso, sinceramente sorprendida.

-Sí. Ha sido algo fácil.

-¿Y cómo te puedo pagar?

-¿Mmm? –Los saltones ojos del bueno de Felipe se clavan en el escotazo que luce la guapa vecina del Segundo B, mientras su tranca de treinta centímetros se tensa contra la tela del pantalón de chándal que lleva para andar más cómodo-. No se preocupe por eso, doña Eva –logra continuar mientras hace un esfuerzo casi sobrehumano para apartar la mirada del tremendo par de tetas de la joven recién casada.

-Si vuelves a llamarme doña Eva… -Amenaza la chica divertida, mientras sus ojos se posan en el colosal paquetezazo de la entrepierna del portero cubano.

Luego, todo ocurre muy deprisa…

Ni corta ni perezosa, Eva lleva su mano al colosal paquete de Felipe, mientras las manos del negro hacen lo mismo con sus enormes mamellas.

-¡LA MADRE QUE ME PARIÓ! –Exclama la joven una vez ha dejado libre la bestial tranca de carne, negra como el azabache, del portero-. ¡ES MÁS GRANDE QUE LA DE MI MARIDO!

-PUES ES TODA SUYA, SEÑORA EVA –logra articular el negro Felipe mientras la dueña del Segundo B comienza a pajearlo y a sobar sus gordas y oscuras pelotas-. TREINTA CENTÍMETROS DE CARNE NEGRA DE LA MEJOR CALIDAD –añade luego, una vez que Eva ha comenzado a lamer su negro cañón, tieso como un palo y duro como el acero.

-¡JODERRR! –Exclama la guapa vecina palpándose la entrepierna-. ¡AÚN NO HEMOS EMPEZADO COMO AQUEL QUE DICE, Y YA TENGO EL COÑO CHORREANDO!

-¡MMM, UN RICO CONEJITO BLANCO! –Felipe ríe salvajemente para luego, de un tirón, arrancar la escueta minifalda, apenas un cinturón ancho, y el ínfimo tanga de Eva, y tras empujar a la joven contra el sofá, hundir su cabeza entre sus muslos y comenzar un delicioso cunilingus, que hace que Eva se deshaga en gemidos y grititos de puro éxtasis sexual.

-¿LE GUSTA LA LENGUA DEL NEGRO FELIPE, SEÑORA EVA? ¿LE GUSTA SENTIRLA SOBRE SU CLÍTORIS? –Murmura el portero mientras mete uno de sus enormes dedazos en la rajita de la muchacha y empieza a moverlo dentro de la misma, provocando otra serie de orgasmos en la cachondísima Eva.

-¡SÍÍÍ, JODERRR! –Chilla la vecinita alzándose del sofá y agarrando el tremendo manubrio negro con sus dos manitas blancas-. ¡QUIERO QUE ME FOLLES, JODIO FELIPE! ¡QUIERO QUE ME METAS TU POLLÓN HASTA LOS COJONES Y QUE LUEGO TE CORRAS EN MI BOCA! ¡QUIERO LAMER HASTA LA ÚLTIMA GOTA DE LECHE DE TUS HUEVAZOS!

Y, dicho esto, se pone a cuatro patas y…

-¡QUÉ DAÑO, HOSTIA PUTAAA! –Gime cuando el negro Felipe comienza a penetrarla al estilo perro con su descomunal pollón y empieza luego a bombear, atrás y a adelante con ritmo cadencioso y sensual mientras Eva sigue gimiendo y jadeando siguiendo el paso de las embestidas, mientras sus grandes mamellas se bambolean adelante y atrás con cada sacudida.

-¿LE GUSTA ESTO A LA SEÑORA BLANQUITA, EH, LE GUSTA? ¿LE GUSTA COMO EL NEGRO FELIPE SE LA FOLLA CON SU GRAN RABO NEGRO?

-¡SÍII, JODER, SÍ! –Chilla Eva mientras el enorme portero la levanta en vilo y la lleva hasta la mesa del comedor, donde la obliga a darse la vuelta para poner su verga entre sus tetazas para hacerse una cubanita con ellas.

-¡LE VOY A FOLLAR ESAS GORDAS MAMELLAS, SEÑORA EVA! ¡VOY A PONER MI POLLÓN ENTRE ELLAS Y ME LAS VOY A FOLLAR! –Exclama mientras la joven recién casada estruja sus melones con el enorme cipote negro entre ellos.

-¡SÍ, OH, SÍ! –Jadea la muchacha sintiendo como un nuevo y poderoso orgasmo recorre su cuerpo-. ¡FÓLLAME BIEN MIS GRANDES MAMELLAS, JODIO NEGRO CABRÓN! ¡FÓLLALAS Y DAME TU LECHE CALIENTE!

-¡YA ME CORRO, YA ME CORRO! –Brama el cubano mientras se agarra la tranca con ambas manos y comienza a soltar chorros de lefa espesa y caliente, que caen sobre las domingas de Eva y sobre su carita.

-Bufff… -Sonríe la guapa muchacha mientras termina de lamer los restos de semen de la punta del enorme y negro capullo negro-. Creo que ya sé a quién llamar cuando se me estropee alguna otra cosa.

El accidente

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No es nada de lo que acostumbro a escribir, pero me parece que es bueno y quise compartirlo…

By Zahory…

Hay un ruido sordo cruzando el pasillo; de pronto, algo golpea la pared, se escuchan gemidos, respiraciones agitadas, jadeos incesantes. El golpe ha pasado a un segundo plano luego de contemplar la escena.

Se observa un camino de ropa, que va desde la puerta hasta una cama enorme en el centro de la habitación; una blusa por aquí, un pantalón por allá y ropa interior cerca de la cama, que pertenece sin duda a un hombre y una mujer.

Entre las sabanas, se levanta una montaña, y de pronto al resbalar la sabana, se asoma una espalda desnuda, cubierta por una larga cabellera lacia, obscura como la noche, unas caderas se mueven cadenciosamente, y entre esas mismas sabanas se escucha la fricción de un pene entrando y saliendo de una vagina, hinchada, roja, estrecha, e inundada de fluidos producidos por la excitación.

Bajo esas caderas, entre las piernas de la hembra, se encuentra un hombre fuerte, que levanta sus brazos, sosteniendo entre sus manos, dos capullos blancos, dichos capullos, se coronan por dos protuberancias obscuras, unos pezones, que se erizan al contacto, una piel, (la de ella) que es recorrida por la electricidad de un espasmo mientras araña las sabanas, y otra piel, (la de él) caliente y palpitante al sentir las contracciones al alrededor de su virilidad.

De pronto unos susurros llenan la atmosfera, unos te amo acompañados de besos, caricias y más fricción, se poseen el uno al otro sin reparos, sin temores, como si el tiempo se detuviera estando juntos, como si nada más hiciera falta, como si se amaran…

Él la toma de las caderas y lentamente desliza sus manos hacia su espalda mientras se incorpora. La abraza tiernamente, y como si la arrullara entre sus brazos, va cambiando de posición hasta acostarla en el lecho, y el situado entre sus piernas, besa tiernamente su rostro, comenzando por sus ojos, sus mejillas y sus labios mientras desliza sus manos sobre sus costados.

A la vez, ella le acaricia la espalda y como si dibujara signos con sus dedos, mientras él la besa, se le escapan dos suspiros. Ahora, mientras él domina la situación, se levanta sobre ella, mirándola desvalida, indefensa, completamente ofuscada y sobre todo enamorada, le sonríe tontamente, mientras observa a detalle cada gesto en ella, el cabello alborotado, sus labios hinchados de tanto besar, mira detenidamente como su pecho sube y baja rápidamente, y siente como su interior es tibio, húmedo y agradable, se siente fuerte, se siente importante, se siente el hombre con más fuerza en esta tierra y esa sensación lo hace quererla aún más, la ama, él ama a esa mujer.

Ella lo mira enorme, fuerte y atractivo; pero a la vez, sabe que es muy indefenso, porque aunque el lleve el ritmo en este momento, es ella quien lo controla con solo cerrar las piernas a su alrededor, ella lo sabe perfectamente, pero se deja manejar, y lo hace porque lo ama, porque le gusta el juego, le gusta dejarse llevar por él.

Él la toma por los muslos, colocándolos en alto, ella cierra los ojos con fuerza, por la intensidad de la penetración, él no la suelta, no ha salido de su interior ni un solo momento, nota su dureza, nota su fuerza, se siente llena y está llena por él. El se inclina sobre ella, entrando aún más y comienza de nuevo un baile, en el que ambos se dejan llevar. De nuevo los ruidos se hacen presentes, las caricias y las sonrisas aparecen. Ella lo mira con los ojos bien abiertos, él la mira divertido, como un niño que hace una travesura, y espera que ella haga lo propio.

De pronto y no después de mucho tiempo, un nuevo e intenso grito se hace presente, ella está sintiendo placer y es un placer intenso… infinito… largo; él comienza a sentir que las fuerzas se le van de poco a poco, pero antes de que suceda, la sigue embistiendo con mucha más fuerza, casi con rudeza. Ella se retuerce entre las sabanas, y la cama comienza a crujir, como si se fuese a romper, y de la nada, un nuevo gemido los sorprende al mismo tiempo, él aprieta los dientes con tanta fuerza, ella grita irremediablemente posesa del placer.

Se siente llena, se siente inundada, un chorro caliente y espeso le inunda las entrañas, su cuerpo se estremece, se contrae su pelvis, le tiemblan las piernas, y deja de pensar, se dedica a sentir, solo a sentir. Él siente como se desvanece, como después de estar en tensión lo que ha parecido una eternidad, de pronto la presión se va agradablemente, se siente completo, realizado, débil físicamente, pero poderoso espiritualmente.

La quietud los deja mudos, ella queda flácida tendida en la cama, con la respiración entrecortada; y él sobre el cuerpo de ella, respira agitadamente. Luego cruzan sus miradas y una hermosa sonrisa atraviesa sus rostros, la besa tiernamente, mientras ella lo abraza dulcemente, con las piernas y los brazos, como si quisiera protegerlo, como si quisiera conservarlo a su lado el resto de la vida.

De pronto se escucha al unísono un TE AMO, y ambos sonríen estúpidamente, mientras se contemplan mutuamente, él le arregla el cabello, ella le acaricia la espalda, lentamente él reposa su cabeza sobre el pecho de su mujer, y ella lo arropa entre sus brazos cual si fuese un bebe; ambos se dejan llevar por el sueño entre suspiros y todo vuelve a la calma, de pronto el silencio reina y el ruido que se había escuchado por el pasillo, aquello que había golpeado la pared, ha quedado en el olvido… al menos momentáneamente.

zahory.etoile@hotmail.com

Una locura en mi cuarto

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bueno para empezar les comentare como soy fisicamente soy una chica de 19 años con 1.65m de estatura de constitucion medio gruesita pero no soy gorda, tengo unas nalgas duras y redonditas unas piernas gruesas y tersas, tengo los senos mas o menos grandes (un detallito es qeu se exibirlos in parecer puta), mi carita es medio redondita oy algo cachetoncita tengo ojos grandes y penetrantes unos labios carnosos y sexys y cabello negro liso y sedoso no tan largo pero se ve bien y bueno tengo una bonita figura y se arreglarme bien cuando me lo propongo ….

bueno este relato empieza hace ya un tiempo atras yo conoci a un chiko en una discoteka al poco tiempo nos convertimos en novios y ahi empezo toda una travesia. mis padrs son creyentes de dios y por ende siempre me andan recomendando qeu no tenga relaciones antes del matrimonio, (uff pero si supieran lo salvaje que soy en la cama) resulta que al momento que salia con mi novio pasaban cosas en la calle siempre sus besos fueron apasionados y me hacian mojar todita, unas cuantas beses me abraza por atras y agarraba mis pechos y los apretujaba y otras bajaba su mano a mi vagina y esto hacia que me mojara, otras veces cuando nos besabamo me agarraba las nalgas y siempre que subiamos al micro igual se la pasaba manoseandome.

un dia estabamos en mi cuarto mirando una peli el empezo a meterme mano bajo la playera y el sujetador yo empezaba a exitarme, y luego me agarro del cuello con su boca y me empezo a besar nos besamo apasionadamentese subio encima mio y seguiamos besandonos senti como sus manos empezaban a desvestirme yo empezaba a hacer lo mismo pero no estaba muy segura por qeu pensaba que quizas en cualquier momento llegarian mis padres o mis hermanitas, asi que lo detuve me puse de pie y le dige que eso no estaba bien y menos en mi cuarto, el me agarro de la mano y me dijo que me trankilizara que eso era lo mas exitante que iva a hacer en su vida por qeu seria la primera vez que tendria ese miedo de qeu lo pillaran en el acto, yo o supe que decir estube a punto de sair de la habitacion cuando el cerro la puertsa me agarro de la cintura me beso apasionadamente me beso el cuello y luego me saco el sujetador y empezo a jugetear con mis pezones y yo solo gemia de placer y me deje llevar tanto asi que me dio un orgasmo ahi parada en la puerta de mi cuarto.

el sintio como me moje toda asi que agarro mi mano e hizo que tocara su paquete qeu estaba hinchado y con mucha calor ais que yo meti mi mano bajo su boxer y empee a pajear ese paquete luego lo saque y se lo empece a chupar era tan grande tan grueso tan delicioso que me encantaba chuparlo y ver su cara de placer escuchando como gemia y cerraba sus ojitos hermosos. se corrio en mi boca su leche era ago deliciosos no desperdicie ni una gota.

me agarro de la mano y me jalo hasta mi cama donde me vlvio a besar y me hizo recostar de espada para luego recorrer mi cuerpo a besos hasta que llgo a mi clitoris donde empezo ajuegtear y meterme el dedo por la vagina con lo cual me exite y me moje mucho, cerre lo ojos y solo disfrutaba de aquel delicioso momento de un momento a otro senti que dejo de lamer mi sexo y senti con la punta de su pene empezo a penetrar primero lentamente fue ingresando era algo delicioso cuando entro por completo ese paquete enpezo a acelerar el rtimo mientras yo me sujetaba de sus brazos y gemia y gemia de puro placer si que era todo un semental me besaba me penetrba duro, uego cambiamos de posicion yo me puse arriba de el y calbalgue como loca me encantaba ver su cara de placery me encantaba sentir su pene adentro mio me encantaba bricanr sobre el y sentir como nos complaciamos yo le marque mis dientes en su pecho sudado era tanto mi placer qeu le deje marcado unos 3 chupones.

el me pidio que me pusiera de cuatro yo lo hice y cuando empezo a pentçetrar sentia como su bolas chocaban con mi clitoris eso me exitaba mas, me agarro de mi cintura y empezo a penetrar mas rapido y mas duro esto hacia que me moje cada vez mas y de pronto -¡splash!- sono mi nalga al chocar fuertemente su mano eso me hizo gemir de purito placer le dige que no parara de hacerlo. ta caul no dfejo de hacerlo y me empezo a nalguear y a decirme que si le gustaba eso que cada vez que quiera portarme mal me daria mi merecido. estubimos asi un buen rato hasta que me dijo que se correria asi que me pidio qeu me arodillara delate de el y se vino en mis pechos solto un grito de placer… yo estaba empapada de su leche, me kede recostada a su lado respirando lentamente y mirandolo nos quedamos ais un buen rato cuando senti que alguien estaba entrando a mi casa me assute y agarre mi ropa èl hizo lo mismo y nos paresuramos en cambiarnos la pelicula estaba acabando asi que le pusimos olumen mas fuerte y la retrocedimos tocaron a mi puerta, yo estaba ya poniendome el pantalon, mas bien mi novio ya estaba cambiado, era mi hermana:

-loka estas ahi?-

-si enseguida salgo-

-esta mami en casa-

-no cuando llegue no habia nadie-

se fue sin decir nada y yo solo miraba a mi novio y pensaba qeu soy una loka por aver hecho estas cosas en mi propia casa….

Laberintos de Carne parte 1

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Extracto del archivo policial del condado de Aroostook, Maine.

Evidencias del caso Shane-Thompson nº 456:

[Parte Quemada]…Encontrados decenas de cadáveres, quizás una centena y poco, se está procediendo a la identificación de los cuerpos, así como del recuento final de las víctimas…

[Parte quemada]….estado avanzado de desc[parte quemada ]….Brutalmente mutiladas por lo que parecen ser evidencias an..[parte quemada]….varios testigos presenciaron…[Parte quemada]….asesinos &·&/$·$ Shane y Edward &%&$/…[Faltan palabras por el mal estado del documento]….desaparecidos sin dejar ningún tipo de &%&$&/&/$&…[Parte quemada y en mal estado]…..Noche sin estrellas con un olor ambiental a……[Parte quemada] …gruñidos guturales sin que se pudiera identificar el origen….[Parte quemada]….3 Policías muertos salvajemente destripados……[Parte quemada]..Se procederá a una batida policial al amanecer junto con cazadores locales.

El detective Thomas Alderfield cerró el archivo parcialmente quemado y lo dejó caer suavemente sobre la mesa del escritorio, para que no acabase totalmente desvencijado. Sacó un paquete de cigarrillos y se encendió uno mientras se recostaba en su silla de cuero acolchado y con ruedas al tiempo que se echaba las manos a la nuca con los brazos en alto, mirando al techo de su despacho, resopló pensativo mientras fumaba.

Estaba enfrascado en recomponer todas las piezas de aquel esotérico puzzle:

Archivos policiales quemados, matanzas, asesinatos extraños, todo unido con un raro atrezo ocultista conformado por símbolos jamás vistos, escritos en la carne de víctimas o con sangre en las paredes, sociedades secretas que empujaban a la gente a cometer actos inenarrables a la luz de luna para ejercer un control mesiánico sobre las pobres e ignorantes víctimas.

Alderfield suspiró. Todo era tan raro y a la vez tan cautivador…..

Abrió un cajón de la mesa de su despacho y sacó una grabadora con una cinta dentro, sobre la máquina había una etiqueta policial que rezaba:

-Diario de voz de Jacob Shane-

Miró con el gesto torcido a dicha máquina, ya había escuchado todo lo que en su interior contenía, y, aunque no creyó al principio las palabras del supuesto asesino, según iba encontrando más piezas de puzzle, aquellas palabras cobraron un extraño y demencial sentido.

Todo comenzaba a encajar, y cada vez creía más que aquellos dos pobres diablos habían sido los únicos hombres del pueblo de Killsworth que realmente sabían lo que hacían.

Por eso le habían encargado aquel caso, no era la primera vez que resolvía algún suceso de tintes macabros y oscuros, y también por eso aceptó el reto. Cada vez le atraían más aquellos símbolos que había visto anteriormente.

Hasta un brillo de locura asomaba a veces por sus ojos cuando encontraba alguna evidencia. Rebobinó la cinta de la grabadora y pulsó “play”.

Llevaba sobre 5 meses en aquella fría localidad de Maine, fría como todo aquel estado.

De siempre le habían gustado los edificios de corte colonial y la nieve, nieve a raudales, por lo que, tras abandonar su larga vida militar (12 años), y como no tenía muchos estudios, buscó trabajo de lo que sí sabía hacer, y muy bien. Seguridad y protección.

Recibió ofertas de grandes empresas de seguridad así como de importantes gentes de negocio, su historial hablaba por sí solo: 12 años de servicio en los marines, en irak y Afganistán pasó varios de esos años, donde, tras muchos combates, su psique quedó algo afectada.

Por eso no se decidió a aceptar ninguna de aquellas ofertas, había dejado atrás toda aquella violencia y muerte gratuita, por lo que, y de casualidad, recibió una oferta de trabajo en un pueblecito de Maine, Killsworth, como jefe de seguridad del pub más grande del pueblo, y encima pagaban bien.

Nieve, edificios antiguos, jefe de seguridad, y encima pagaban bien.

Más no podía pedir, así que cogió sus cosas y rápidamente dejó su antigua vida en Texas para trasladarse al norte del país.

Llegó en mitad del invierno, cuando las nieves cubrían todo el estado durante meses, pronto le agradó la vida allí, todo tranquilidad, gentes muy correctas y amables, y lo mejor de todo, no había ningún incidente reseñable que le hiciese perder los estribos.

Cómo muchos de los soldados que habían combatido duramente, sufría un tipo de desorden psicológico producido por el estrés de combate, en su caso, perdía los nervios ante situaciones de peligro, volviéndose totalmente fuera de sí, perdiendo el control. Normalmente estas situaciones degeneraban en una pelea la cual no terminaba hasta ver a su oponente inconsciente en el suelo. Por eso, y tras asistir obligatoriamente a un psicólogo, desarrolló una válvula de escape ante dichas situaciones, para alargar el tiempo de aguante de su mente y no entrar en graves crisis violentas.

Fue simple, cuando comenzaba a notar como su sangre se calentaba y la rabia corría a través de sus venas, consiguió aislarse gracias al psicólogo de esta sensación poniendo su mente en blanco y llenándola con una única canción. Tras muchos ejercicios de voluntad extrema lo consiguió, y ahora, en vez de que una simple discusión degenerase en una paliza, el simplemente hacía sonar una canción en su cabeza, que lo iba aislado progresivamente cada vez más, según el tono que fuese cogiendo aquella discusión.

Pero no era un método infalible.

Y allí se encontraba, en Killsworth, un 13 de abril, cuando las nieves estaban casi desaparecidas en la mayoría del estado, en el Pub Raging Owl, haciendo su ronda nocturna como siempre.

A medida que la temperatura ascendía, la longitud de la ropa de la gente viraba en sentido contrario, y la concurrencia a los lugares de ocio experimentaba una escalada agigantada.

Eran las 8 de una noche cerrada, la temperatura estaba fijada en cero grados, haciendo que todos los que se agolpaban a la entrada del Raging Owl portasen pesados abrigos para resguardarse de las bajas temperaturas.

Jacob Shane se había colocado en la entrada principal, controlando el aforo del local, aunque era el jefe de seguridad y no debía de porqué hacer aquello, le gustaba el trato con la gente, y como era nuevo en el pueblo, necesitaba conocer lugareños para ampliar su vida social. Por eso casi todas las noches estaba en la puerta, y su metro noventa de cien kilos de puro músculo no le hacían pasar desapercibido ante nadie. Empezaban a conocerle.

La noche transcurría sin ningún tipo de problema, Jacob hablaba con la mayoría de la gente que quería entrar al local, cosa que hacía más amena la noche.

Pero aquel día estaba esperando a ver a alguien, una mujer, o más bien una muchacha.

Un grupo de jóvenes mujeres los habían presentado hace dos semanas, cerca de la barra del Raging Owl, toda aquella escenita había sido preparada de antemano por las mujeres, ya que, Samantha o Sammy como la llamaban, no tenía los 21 años necesarios para beber y sus amigas querían evitar que alguien la descubriese con las subsiguientes consecuencias. Así que, y muy al pesar de algunas de las jóvenes que tenían intenciones carnales para con Jacob, intentaron que Sammy y el Jefe de seguridad del Raging Owl entablasen una incipiente relación amistosa que quizás pudiese llegar a algo más.

Pero el caso es que él las había rechazado amablemente a todas y eran sabedoras de que no iban a tener oportunidad alguna con él, por lo que, resignadas, al menos intentarían que Sammy tuviese un disfrute temprano de los placeres de la noche, aunque no estaban muy seguras de que aquel gigantón atractivo fuese a aceptar a Sammy.

Pero no fue así, y Jacob quedó prendado de aquella joven de 20 años casi al instante, aunque hizo todo lo posible para que no se le notase. Y después de aquella noche, todo el grupo de amigas tenían vía libre al interior del local.

Sobre las 8 y media de la noche, el aforo al Raging Owl estaba casi completo, por lo que Jacob cortó la entrada al local, los que allí esperaban bajo aquel frio cortante se quejaron, pero no consiguieron nada. Ya, cerca de las 9, el grupo de Sammy llegó a la entrada, eran unas 15 jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y 25 años, se saltaron toda la cola y se colocaron rodeando a Jacob.

-Buenas noches, guapo, hemos llegado- dijo a modo de saludo una exuberante rubia de pechos enormes y operados que respondía al nombre de Carla

-Hola Carla, hoy venís tarde- dijo él con una sonrisa, ella había sido la primera en tirarle los tejos, pero no le gustaban las rubias así que no prosperó el cortejo.

-Ya, ya, es que hemos estado en el Carlile cenando-

-Sí, deberías de venirte algún día con nosotras, jakie, unos tíos nos han molestado- añadió una segunda, esta bajita y de buen cuerpo, aunque la cara no le acompañaba, Marla. Tras las palabras de Marla todas se pusieron a cacarear como gallinas alrededor de Jacob, apremiándole a que se decidiese a entrar en el grupo, algún día. Era guapo, alto, fuerte y no conocía a casi nadie, más no podían pedir aquellas chicas.

-Bueno, señoras, tranquilizaos, me pensaré algún día lo de la cena, venga pasad ya que estáis montando un escándalo aquí-

Levantó el cordón de la entrada e hizo pasar a la jauría femenina rápidamente, al tiempo que buscaba entre ellas a Sammy, logró verla pasar a su lado, y ella le dedicó una sonrisa tímida junto con una mirada de cierto deseo, el respondió con otra sonrisa y un alzamiento de cabeza.

Un grupo de 4 hombres que esperaban la puerta, al pasar las chicas, se quejaron abiertamente

-Eh, eh!, eso no es justo, porqué ellas pasan y nosotros no- dijo el que parecía ser el líder del grupo

-¿es porque son coñitos?- continuó, respaldado por sus 3 compinches.

Jacob colocó de nuevo el cordón en su sitio y le miró réprobamente al tiempo que plantaba sus cien kilos a un palmo del individuo.

-¿algún problema, chaval?- dijo cruzando los brazos y con cara de pocos amigos.

-No, tío, no es nada, solo que no me pareció bien- contestó aquel tipo, algo asustado.

La incipiente melodía de su cabeza remitió junto con las palabras de disculpa.

Thomas Alderfield paró la cinta, aquella parte le parecía muy tediosa.

La historia de cómo Shane y Sammy se enamoraban el uno del otro, de sus encuentros sexuales donde el cuerpo suave y grácil de Sammy contrastaba con la dureza y fuerza de Jacob Shane, de cómo la joven domaba a la bestia con sus movimientos de cadera constantes y suaves al tiempo que enterraba la cabeza de este entre sus perfectos y firmes pechos, de cómo limitaba la forma ruda de entender el sexo de Shane, reconduciéndolo hasta las llanuras del placer y amor dócil cabalgando a un potro desbocado, aprisionando su miembro con su sexo hasta que a este no le quedaba otra opción que sufrir el dulcísimo castigo de un polvo lento y placentero que hace agonizar de placer hasta que, como un furioso animal, acababa corriéndose dentro de Sammy, totalmente abatido.

La primera vez que Alderfield escuchó la cinta se había puesto erecto, no pudo evitarlo, las descripciones de Shane sobre los atributos sexuales de Sammy eran demasiado buenos.

Accionó el botón de avance para pasar aquella parte de la historia, tras un rato pulsó “stop” y a continuación “play”.

Tras unos segundos, volvió a accionar la grabadora, esta vez se escuchaba a Jacob Shane hablando sobre su relación ya madurada con Sammy, habían dejado el grupo de amigas de esta, y se habían lanzado a una vida en pareja al cien por cien.

Sammy, a pesar de sus 20 años parecía muy madura, en algunos casos mucho más que Shane, pero aquello no importaba porque eran felices.

Alderfield Volvió a acelerar aquella cinta, más partes aburridas.

Luego llegó una parte en la cual hizo una pausa para escucharla detenidamente.

La pareja había conocido a un matrimonio, Edward y Antonine Thompson. Era un matrimonio joven, sobre los 30 años, perfecto y casi de ensueño, él trabajaba en un banco local y tenía cierta afición por la caza, su mujer Antonine, Tina para la gente de confianza, era una ama de casa modélica según el canon puritano de los estados unidos, no bebía alcohol, no fumaba, y mantenía su casa en un perfecto estado de pulcritud.

Esta relación amistosa entre las dos parejas aumentó, y llegó al punto de hacerse buenos amigos. A pesar de que Edward tenía más estudios y era aparentemente más listo que Shane, lo invitaba a todos los eventos de la clase media-alta a la que pertenecía, así como a sus partidas de caza, actividad en la que Shane obviamente destacaba.

Por la parte femenina, Sammy y Tina compartieron ciertas actividades dentro del club de las amas de casa de Killsworth, asociación a la que pertenecía Tina desde hacía años y en la cual introdujo a Sammy. Hacían concursos de pasteles, confeccionaban prendas de lana para el orfanato estatal, y tenían un círculo de lectura que encandilaba a la mayoría de las recatadas mujeres del pueblo. Y encima daba cierto prestigio local a las que allí se encontraban afiliadas.

Todo perfecto, todo idílico.

Pasaron los meses, incluso un año, en perfecta armonía, hasta estaban pensando en casarse y formar una familia. Pero todo cambió de manera radical.

Una noche furtiva, Shane y Thompson quedaron en un bar de copas de la ciudad, no era habitual en ellos y sus respectivas parejas se enfadarían si llegaban a enterarse.

Aquella noche, Thompson confesó a Shane que su mujer se estaba comportando de forma extraña, pasaba demasiado tiempo en la asociación, junto con Sammy, desatendiendo sus labores maritales y relegándolo paulatinamente de sus prioridades. Eso hizo pensar a Shane, que repasando mentalmente, confirmó aquello, era cierto que Sammy también pasaba menos tiempo con él y más con Tina, cosa que no le había preocupado en demasía hasta la confesión de Edward Thompson.

Ahí comenzó a preocuparse y una mañana lo habló con su pareja, esta repentinamente y sin motivo montó en cólera argumentando que ella le dejaba hacer lo que quisiese y que fuera menos egoísta. Se fue de casa contrariada nada más terminar la discusión.

Fruto de la casualidad, recibió apenas unos minutos después un mensaje vía móvil por parte de Thompson

-Hey Jacob, creo que mi mujer me engaña, he visto cartas raras y mensajes aún más raros en su móvil, echa un vistazo a la tuya, por si acaso-

También dio la casualidad de que Sammy se había quedado el móvil en casa al irse. Lo desbloqueó y comenzó a investigar. Solo había problemas en aquel móvil.

Así rezaban algunos de esos mensajes de texto. De tina.

-Hey Sammy!, dentro de unas semanas será nuestra iniciación, ya sé que tomas precauciones, pero asegúrate de no estar embarazada o toda la ceremonia se echará a perder- ese el primero

>

-Dicen que el sumo sacerdote vendrá a iniciarnos!, ¿Qué bien no?, estoy ansiosa por ser iniciada-

< i assert myself to sleep show others that i've cared>

Y el último

-Mañana habrá una fiesta en la residencia Tannenberg, estarán casi todos, tienes que venirte habrá comunión carnal, aunque no para nosotras, ya sabes, hasta el dia de la iniciación no podemos ser tocadas por nadie del culto, es una pena, dicen que hay varios miembros con grandes…eso, miembros, jeje-

La canción se cortó de repente y él estalló el móvil contra el suelo haciéndolo añicos al tiempo que gritaba de rabia y pateaba una silla, lanzándola contra una pared y haciendo que dicha silla se rompiese.

Salió hecho una furia hacia el coche.

Dio vueltas por el pueblo para ver si veía a Sammy por la calle, no fue así, por lo que tras pensar un rato, se decidió por ir a casa de su madre, seguramente estuviese allí.

Se tranquilizó mientras conducía hasta la casa de su futura suegra llenando de nuevo su cabeza de música. No tardó mucho en llegar, aparcó en frente del edificio y llamó a la puerta con ansia, donde la madre de Sammy le abrió al instante, haciéndole pasar y ofreciéndole una taza de café una vez dentro de la casa y sentados los dos en el sofá del salón.

-Dime, hijo mío, ¿Qué es lo que sucede?- la voz de Christine, la madre de Sammy era quejumbrosa como la de una anciana, aunque apenas llegase a los 55 años.

-¿está aquí Sammy? La estoy buscando- dijo Shane dando un sorbo al café.

-No hijo, se ha ido hace unos minutos, pero me dejó el mensaje de que la esperases aquí hasta que volviera-

Shane volvió a beber del café

-¿sabe dónde se ha ido? Tengo algo que decirle y es muy importante, Christine-

-Bueno, en ese caso, te lo diré, ha ido a la residencia Tannenberg, a prepararse para la fiesta de esta noche, ¿tú irás?-

Shane reaccionó rápidamente, la madre seguramente sabía todo lo de aquella estúpida ceremonia y el culto, probablemente estuviese dentro, lo que no sabía es que Shane no tenía idea alguna de ello, por lo que se mantuvo firme sin que la sorpresa asomase en su rostro. Otro sorbo más al café, le siguió la corriente a la mujer

-Ah sí, claro, iré, su hija no puede quedarse sola entre tanto “desconocido” ¿verdad?- dijo con una sonrisa afable, continuó hablando

-Bueno, si ha ido a la residencia Tannenberg no pasa nada, la esperaré en casa entonces, no quiero molestarle Christine- Shane se levantó dejando el café en la mesa ante la bonachona sonrisa de Christine, sacó el móvil y mientras se iba escribió un mensaje a Edward Thompson

-Eh tío, aquí hay algo rarísimo, salgo de casa de mi suegra, vamos a la finca Tannenberg, creo que están allí-

Tras enviar el mensaje agarró el pomo de la puerta de entrada, le dio un mareo y la mano se le quedó inmóvil, escuchó a Christine andando hacia él a paso lento

-No, hijo, no te irás- dijo sin alterar su felicidad

Esa vieja arpía lo sabía todo. El café, lo había drogado con el maldito café.

Fue lo último que pudo pensar antes de derrumbarse sobre la moqueta del pasillo.

Alguien pasó un trapo húmedo por su frente, lo primero que notó cuando se le desembotaron los sentidos fue la gruesa venda que le tapaba los ojos y las apretadas cadenas que lo mantenían inmóvil en una silla.

Forcejeó cuanto pudo pero el resultado fue inútil totalmente. Prestó atención a su oído detenidamente, la habitación (o donde quiera que se encontrase) estaba vacía, aunque un sonido parecido a gritos podía escucharse débilmente.

Alguien entró en la habitación, Shane le dijo algo, pero el recién llegado no respondió, se limitó a arrastrale junto con la silla sobre la que estaba sentado. Debía de ser fuerte, muy fuerte.

Fue llevado por un pasillo, con la silla rechinando sobre el suelo hasta que lo dejaron en otra parte, de la cual provenían los gritos de una mujer, parecía que estaba aullando de dolor.

-Bien, hijo, hora de quitarte la venda, para que empieces a comprender- resonó la voz de Christine a su lado, al tiempo que le quitaba la venda de los ojos.

No había salido de la casa de Christine, ahora se encontraba en una de las habitaciones superiores, y lo que vio lo quedó totalmente paralizado.

En dicha habitación estaban gritando, sí, pero no de dolor.

La que gritaba era Carla, la amiga de Sammy. Estaba colgada del techo por los dos brazos, sin que sus pies llegasen a tocar el suelo, dos hombres, uno enfrente y otro a sus espaldas la penetraban violentamente por sus dos orificios inferiores, estaba salpicada en numerosos lugares con semen y sangre, y tanto del sexo como del ano caían chorros del mismo líquido cada vez que aquellos dos hombres con máscaras de carnero sacaban sus miembros de Carla.

Ella gritaba de placer mientras los hombres seguían embistiendo con brutalidad y acabando dentro de Carla una y otra vez.

Christine se puso enfrente de Shane con aquella sonrisa afable y sacó de uno de sus bolsillos unas pequeñas pinzas con un par de pinchos en el extremo que enganchaba, fue hacia Carla y las colocó en su pezones, apretando con fuerza para clavar los pinchos en la carne, la “víctima” rugió en una mezcla de dolor terrible y éxtasis orgásmico, Christine volvió otra vez donde estaba anteriormente.

-¿ves?- dijo alegremente

-¿Creías que podías apartar a mi hija de todo esto?-

-Has llegado demasiado lejos, jovencito, con ese amiguito tuyo, el banquero, pero no te preocupes, os adoctrinaremos en el culto de la cabra negra de los mil retoños, sí, como a estas dos fulanas-

Sacó un cuchillo esta vez y se acercó al hombre que estaba penetrando por delante a Carla, la hoja acarició el brazo de este y comenzó a brotar sangre, Christine sorbió un poco de vitae y la escupió sobre el rostro de la mujer mientras recitaba

-ïa ïa shub niggurath!-

Al instante, el trio comenzó a reír alocadamente, descolgaron a Carla, uno de los hombres se echó sobre el suelo y Carla sobre él, el otro se puso detrás y continuaron con la salvaje galopada, pero esta vez fue diferente.

El hombre situado debajo retorcía las pinzas con violencia sobre los pezones de la mujer, por los cuales manaba la sangre al tiempo que se desgarraban, Carla le arañaba con fuerza el pecho dejando profundos surcos con sus largas uñas, mientras el situado detrás le producía calvas en el cabello al propinarle furibundos tirones, se estaban volviendo locos, más si cabía, y eso acentuaba su placer hasta un límite demente.

-Esta será convertida rápido, pero la otra por lo que parece no- continuó Christine mientras señalaba en el fondo derecho de la habitación, allí Shane pudo contemplar a otra amiga de Sammy, Veronique, una muchacha de pelo largo y castaño bastante dulce y bella, muy vergonzosa. Fue lo peor verla así.

Estaba tendida de espaldas sobre una mesa, tenía las piernas estiradas hacia los hombros, atadas las manos a los tobillos con unas esposas, enganchadas a su vez a un grueso eslabón anclado a la pared para que no pudiera moverse de esa posición, tenía un extraño aparato metálico en la boca que le impedía cerrarla. Otros dos hombres con máscaras de carnero estaban sobre ella.

Mientras uno la penetraba con brutal ferocidad por sus dos agujeros íntimos, el otro, situado sobre su cara introducía en su boca un grueso miembro mientras le iba tapando la nariz de vez en cuando, provocándole situaciones de asfixias, también en ocasiones se la introducía hasta la garganta, haciéndola vomitar, pero, al tener la garganta cubierta, debía de tragar el vómito cuando podía, tosiendo los ácidos gástricos cuando aquel hombre así lo disponía liberando su tráquea.

El otro no iba a menos, ya que podía verse a simple vista como le había desgarrado el ano con otro enorme miembro viril, un rastro mezclado de sangre y semen rezumaba por aquel orificio. Mientras la penetraba la golpeaba con un pequeño látigo con puntas metálicas que provocaban serios desgarros en su antaño inmaculada piel, sin parar, tenía marcas del látigo por todo el cuerpo.

Christine abandonó el espacio visual de Shane volviendo al poco con una botella de vinagre.

-Esto es para las chicas malas- su sonrisa perenne no la abandonaba.

Caminó hacia Veronique y vertió el líquido por sus heridas, provocando que esta apretase todo los músculos de su cuerpo en tensión máxima por el dolor, se oyó el crujir de varios dientes debido a la presión hecha contra los hierros de su boca, y el hombre que la penetraba soltó un rugido de placer cuando el sexo de ella le apretó con fuerza el miembro. La golpeó brutalmente en los senos con el látigo, arrancando trozos de carne.

Tras esto y con una carcajada, puso la boca de la botella en la nariz de Veronique y apretó con fuerza el objeto llenando los orificios nasales de la mujer de vinagre, los cuales recorrieron la cavidad que bajaba por la garganta, ahí quedó inconsciente, y los hombres pararon la violación. La mujer mayor se volvió a girar hacia Shane

-Y ahora vas tú, chico malo, y luego tu amigo Thompson, ya hemos mandado gente a por él, pronto estará con nosotros-

Pero shane no escuchaba nada, no veía nada y no sentía nada, en su mente en blanco solo estaban las letras de Marylin Manson

-Vaya, parece que se ha desmayado- dijo uno de los hombres golpeando suavemente la cabeza de Shane

-Mejor, así no podrá resistirse, venga, comprobad que está grogy- dijo Christine, esta vez con voz de pura maldad.

Los dos hombres abofetearon el rostro de Shane en incluso le dieron tirones del pelo, pero este no reaccionaba

-Nada, está K.O.-

-Bien, desatadle, quitadle la ropa y tumbadlo boca abajo sobre la cama, bien atadito, parece un tipo fuerte y no quiero problemas- contestó la madre de Sammy.

Se desembarazó de uno con un fuerte golpe de antebrazo, el otro consiguió agarrarle, y Carla le arañaba el pecho con intención de desgarrarle la camisa y la carne que había debajo.

Un rodillazo en las partes del agresor no bastó para quitarse al hombre de encima, y su compañero se levantó como si nada, pareciera que el dolor no les afectaba.

Consiguió deshacerse del que tenía encima a base de fuerza bruta y le partió el codo con una llave, luego golpeó con el puño secamente el pecho de Carla, haciéndola caer al suelo sin respiración, probablemente con algunas costillas rotas, el primero que había derribado consiguió acertarle con una patada en el pecho que lo mandó contra la pared, pero a él tampoco le afectaba el dolor, enloquecido que estaba.

El del brazo roto se levantó, sin ningún rastro de dolor en su rostro, al igual que Carla, la cual al levantarse portaba un largo cuchillo en la mano, Shane estaba rodeado por los tres dementes sexuales.

Christine salió de la habitación rápidamente al primer síntoma de recuperación de Shane, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, desde allí abriría el gas y esperaría a que este llegase hasta una vela encendida y colocada estratégicamente en la estancia, así conseguiría una gran explosión que mataría a todos menos a ella. Era lo correcto, todos dirían que fue un accidente y que había tenido suerte.

Pero al abrir la puerta de la cocina encontró a un hombre, de la misma edad de Shane, con un traje de chaqueta desabrochado, con manchas de sangre y rotos en la tela, llevaba la corbata descolocada y el pelo revuelto, sus ojos eran puro odio demencial.

Llevaba una escopeta de corredera en las manos y la apuntaba.

Christine y el recién llegado se miraron, sabían ambos lo que pasaría a continuación

-¿Dónde está?- dijo Edward Thompson

Christine señaló hacia el piso superior.

Thompson disparó esparciendo la sangre, huesos y vísceras de la mujer mayor por el pasillo provocado por el disparo resultante.

Shane forcejeaba con los dos hombres, que a pesar de tener uno de ellos el brazo roto, no sentía absolutamente nada, estaba perdiendo, y pronto quedó atrapado por los tenaces brazos de aquellos locos. Carla se situó en frente de él, con una macabra sonrisa

-Hola, guapo, ¿Cómo está tu pequeño soldadito?- Se puso de rodillas y le bajó los pantalones así como su ropa interior, dejando al aire libre sus atributos masculinos

-Anda, además de guapo, la tienes grande, que pena que te la vaya a cortar y a comérmela después-

-Ni lo sueñes, Puta-

Thompson entró en la habitación y abatió sin miramientos a Carla, disparándole en la cabeza, quedando esta totalmente destrozada.

Los dos hombres soltaron a Shane y se echaron sobre Thompson, este consiguió disparar a otro, que cayó muerto al instante, pero el restante consiguió echársele encima arrebatándole el arma.

Shane rápidamente cogió el cuchillo de Carla y se lo clavó al último cultista en la médula espinal.

La música de su cabeza cesó, tendió la mano a un magullado Thompson para que se incorporase.

-Están en la finca Tannenberg- dijo Shane

-Lo sé- respondió su amigo.

El detective Alderfield paró la grabación, había tenido suficiente por hoy……

PD: Lista de canciones de la cabeza de Shane—> nº 1: Wait and Bleed de Slipknot. nº2: Erased de Paradise Lost, nº3: Sweet dreams de Marilyn Manson.

Laberintos de carne parte 2

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Thomas alderfield paró la cinta y arrojó la grabadora contra el cajón de su escritorio con un fuerte sentimiento de asco y repulsión. No era la primera vez que escuchaba la cinta, pero si la primera vez que la arrojaba con tanto desprecio, la primera vez que la escuchó fué algo…

Asombroso. No pudo salir del estupor que aquellas palabras desprendían, escuchando la grotesca historia de Jacob shane, hipnotizado ante aquella macabra obra cosechada por un demente. Pero se tuvo que obligar a volver a escucharla otra vez para poder recabar información fidedigna de aquel elemento, pero el asombro de la primera vez dio paso al rechazo en aquella audición, consciente plenamente de todo lo que Shane le contaba a través de aquella máquina.

Pudo cotejar varios datos que ya había escuchado en informes anteriores, informes plagados de extraños símbolos arcanos, referencias extrañas a la luna y otros de una naturaleza tan retorcida que solo pudo posar sus ojos levemente sobre ellos.

Tantas declaraciones de lunáticos y enfermos mentales, tan extravagantes, parecidas a sueños macabros hechos realidad, tanto sin sentido….

Hasta que recibió aquella grabadora.

Fue entonces como si pudiese colocar la última pieza del onírico rompecabezas que conformaban todos aquellos casos, viendo las conexiones entre ellos con líneas tan difusas e intangibles que le amenazaban con volverlo loco, si es que no lo estaba ya.

Una ventana de su oficina se abrió de repente con un fuerte golpe, dejando paso a una intensa ráfaga de aire que hizo ulular las cortinas y remover los papeles de su mesa, acompañado todo por un rayo lunar que hizo acto de presencia como si de una intervención divina se tratase.

El detective dio un respingo de su silla, aterido por el miedo y desenfundó su revólver, corrió hasta situarse de espaldas contra la pared más alejada de aquel rayo de luna llena.

Pasó varios largos y tensos minutos en aquella posición hasta que el valor demente le hizo avanzar hasta la ventana

-No es nada, solo tu mente que te juega malas pasadas- se decía a sí mismo una y otra vez.

Se colocó en el lado derecho de la pared cerca del ventanal, con su revolver en ristre y su corazón latiendo como un toro desbocado, en su incipiente paranoia le pareció escuchar un pesado aleteo acompañado por extraños chillidos, eso casi le hizo salir corriendo de allí, pero se frotó la cara con la mano libre para poder entrar en razón,

-No es nada, solo tu mente que te juega malas pasadas-

Y en un movimiento rápido más llevado por la desesperación del que se ve sumido en la locura irreversible que en la prudencia objetiva, sacó medio cuerpo por aquella ventana apuntando en todas direcciones con el revolver a la espera de que una extraña criatura apareciese ante él para llevárselo.

Lo único que alcanzó a ver fue a la anciana Gwendolyn, su vecina de al lado, que estaba también asomada al balcón tendiendo la ropa.

La mujer le miró con sus gafas caídas sobre la nariz con un gesto de desaprobación

-ya ha bebido otra vez, pena de hombre- refunfuñó al terminar su tarea y entrar de nuevo hacia su casa.

La luz de luna había desaparecido y el viento cesado como por arte de magia, Thomas entró de nuevo el cuerpo asomado en su despacho y cerró la ventana al tiempo que corría las persianas

-Lo ves, no es nada, no es nada, solo un ataque de pánico, llevas muchos meses trabajando sin descanso y a veces la mente se satura- se dijo a sí mismo guardando el revolver en la sobaquera que llevaba puesta.

Se echó un vaso largo con whisky sobre un hielo de bola, sin rebajarlo con agua, apuró un trago y algo más calmado recogió la cinta y se preparó para continuar con la audición.

-Dios, Dios, Dios, Dios, Dios-

Repetía Thompson sentado sobre uno de los catres cubiertos de sangre, sudor y semen.

Tenía el rostro tapado con las manos y no paraba de balancearse de adelante hacia atrás, como un demente atrapado en la cámara acolchada de un psiquiátrico.

Shane se lavó las manos y el rostro con agua muy fría en un cuarto de baño adjunto a la habitación, para retirarse la sangre de estas, volvió enseguida hasta donde estaba su amigo.

-Eh, eh, Eddie, espabila- casi gritó cerca de él

-Dios, Dios, Dios, Dios…- era como un mantra que rezaba para evitar la pérdida de cordura.

Shane se cansó de este comportamiento, sabedor de que tanto si querían irse de aquel maldito pueblo como de rescatar a sus mujeres, tenían que empezar a moverse.

Agarró a Thompson de la pechera para colocarlo de pies y le abofeteó la cara con dureza

-Eddie, espabila de una jodida vez, ¿quieres?- le gritó.

Thompson pareció salir de su trance y le miró con ojos algo aturdidos

-sí, vale, bueno….- comenzó a decir atropelladamente

-Tienes que reaccionar, como antes, no puedes venirte abajo después de todo lo que acabas de hacer-

-Tenemos que salvar a nuestras mujeres- terminó por decir Shane.

Inconscientemente ya había elegido su curso de acción.

Tras unos minutos en los que se encontró totalmente abatido, Edward Thompson pareció reaccionar al fin

-joder, esta mierda es tan… irreal- dijo en primera instancia

-y pensar que creí que solo eran unos simples cuernos- terminó diciendo

-Bueno, ha pasado lo que ha pasado y ya está, ahora tenemos que averiguar la manera de detener toda esta basura satánica, o lo que coño quiera que sea-

La militar manera de pensar de su anterior vida se apoderó de él, actuando como salvaguarda para su atormentada mente, todos los cimientos de su recién estructurada existencia se habían tambaleado por completo en apenas unas horas, y de los rescoldos de esta habían emergido como el ave fénix sus años de violencia y muerte gratuita en nombre del país, helando su corazón y templando sus nervios.

Una vez más, matar o morir, no había opción de retirada.

-Sí, pero, ¿Qué hacemos ahora?- preguntó Thompson con aparente tranquilidad

Shane no tuvo que pensar mucho al respecto

-Tú quédate aquí, investiga por todos los rincones de esta casa de mierda a ver que encuentras sobre todo este oscuro complot, yo iré a mi casa a por algunas cosas que serán necesarias, también puedo pasarme por la tuya si quieres algo de allí-

Thompson abrió los ojos de puro miedo

-Jacob, fueron a matarme, a mi propia casa…seguro que habrá alguien rondado la tuya también, incluso puede que vengan aquí…-

-No te preocupes, se exactamente como hacer lo que te he dicho, tu preocúpate de cerrar bien todas las puertas y ventanas y buscar lo que te he dicho-

En ese momento casi pudo sentir el aroma del desierto Iraquí mezclado con el amargor de la pólvora. Sonrió levemente.

El detective Alderfield volvió a parar la cinta para después hacerla avanzar con rapidez, no había nada importante en lo sucedido posteriormente, Jacob tardaría varias horas en recoger cosas y volver a la casa de su ex futura suegra donde Thompson le enseño de nuevo con miedo en los ojos lo que había encontrado.

Y vaya si había encontrado algo.

Era una caja grande de cartón donde había cientos de documentos y fotos almacenadas, las cuales Thompson explicó con cierto detenimiento a su amigo.

Eran archivos de los últimos 30 años acontecidos en Killsworth, donde relataban innumerables actos de depravación sexual al amparo de sociedades aparentemente modélicas.

Actos diferentes entre ellos pero que guardaban un mismo fin, la esclavitud espiritual de sus miembros o iniciados.

Los iniciados eran normalmente gente engañada por otras personas así como víctimas predispuestas o no tanto a las cuales se les sometía durante el tiempo que fuese necesario a una terapia de dominación sexual aberrante, como lo visto por Shane y Thompson en la casa de Agatha.

A base de sexo violento y dolor premeditado se reprogramaba la mente de todos aquellos iniciados para servir a la causa, eran habituales las orgías en las que decenas de hombres violaban repetidas veces durante días a la víctima por cualquier orificio posible, fuese hombre o mujer, no había diferenciación para aquello entre sexos.

Todos los informes detallaban con exactitud los ignominiosos actos a los que sometían a sus víctimas, tanto las penetraciones forzosas como el sadismo a la que las exponían, no les importaba pinchar, rasgar, cortar o propinar brutales palizas en mitad de las violaciones con tal de conseguir su propósito, y el final de las víctimas era acabar con el cerebro totalmente destruido y el cuerpo cubierto de moretones, sangre y fluidos corporales. Eso o era la muerte lo que hallaban finalmente. Era blanco o negro, no había excepción alguna.

Shane se mantuvo impasible contemplando las fotos mientras Thompson le detallaba los sucesos, todo aquello le pareció diabólico, mientras pasaba lentamente aquellas fotos por delante de sus ojos.

Un par de hombres con aquellas grotescas máscaras de carnero saludando con las manos a la cámara, de rodillas los dos, sobre una mujer rubia cubierta de esperma y golpes, con los ojos en blanco, no podría decirse si estaba muerta o inconsciente.

Mientras más fotos contemplaba, más rabia sentía, pero esta vez dejó que fluyese libremente, sin canciones que adormeciesen dicho sentimiento en su cabeza.

Otra más, un hombre y una mujer, aparentemente víctimas, la mujer estaba con las manos atadas a la espalda y con los ojos vendados, con un gag ball en la boca, de rodillas con el cuerpo recostado sobre una mesa, encima de su espalda, el hombre con los mismos artilugios en su rostro, aprisionando la espalda de ella con su propio pecho, penetrando a la chica mientras un tercer hombre, pero este de la secta, le hacía una penetración anal a su homólogo masculino, al tiempo que saludaba también a la cámara.

La última que vio fue la de un grupo de 5 muchachas jóvenes colocadas en distintos cepos, desnudas, con las caras llorosas y rotas de dolor, en una gran nave industrial donde podían verse decenas y decenas de hombres desnudos esperando su turno para aprovecharse de las jóvenes.

Lanzó las fotos con rabia contra el suelo, Thompson asintió ante el gesto de su amigo.

-También he descubierto a través de una invitación para agatha que la fiesta comenzará sobre las 11 de la noche, en la residencia Tannenberg, por lo visto asistirá un “sumo sacerdote de la cabra negra de mil retoños”-

Shane asintió, embargado aún por la rabia

-No quiero ni imaginar que es lo que va a pasar en aquella maldita mansión, pero seguro que nada bueno- continuó Thompson

-Bueno, habrá que ir ¿no, Eddie?- respondió Jacob Shane guiñándole un ojo a su interlocutor

-Sí, pero me preocupa el cómo-

-No te preocupes, entraremos, solo necesitamos representar bien el papel- esbozó otra sonrisa, pero esta vez algo más macabra, asustó a Thompson.

Alderfield paró la grabadora y corrió hacia el baño donde vomitó la cena de aquella noche, tras todo lo ocurrido y al escuchar el contenido de aquella caja de los horrores sexuales no pudo evitarlo, y terminó de echarlo todo con sonoras arcadas.

Lo peor de todo es que cuando se calmó se dio cuenta de que tenía una importante erección. El cuerpo traicionando a la mente, pareció comprender algo del método de aquellos sectarios dementes.

Cuando las arcadas remitieron, Alderfield volvió a su asiento, no sin antes rellenar el vaso de Whisky, comenzaba a notar levemente sus efectos, por lo que avanzando de nuevo la cinta, obvio la parte en la que los dos hombres salieron varios quilómetros del pueblo para guardar varias cosas del equipo que había recogido Shane.

Una canana rellena con cartuchos de postas, la misma escopeta de Thompson, su machete para cortar hojas en ambientes selváticos un pequeño botiquín y varias bengalas.

Escuchó también las quejas que había proferido Thompson y la excusa de Shane

-Quizás nos hagan falta luego-

Por lo que finalmente, cuando Alderfield devolvió la cinta a su velocidad original, los dos hombres ya estaban en los alrededores de la majestuosa finca Tannenberg, resaltada con las incontables luces y las inabarcables guirnaldas que decoraban los exteriores de la hacienda amurallada, escucho algo distraído como Thompson y Shane observaban a la multitud entrar a la finca por la verja principal, donde 4 hombres armados y enmascarados revisaban los pases.

Dio otro sorbo al Whisky y prestó más atención a la grabadora.

Ambos se encontraban tumbados sobre la hierba de una parcela enfrentada a la finca Tannenberg al amparo de un denso arbusto, Shane escudriñaba todo lo que frente a él ocurría, trazando un plan de acción, Thompson, a su lado, no decía absolutamente nada

Pasaron así 20 minutos, quedaba media hora para el inicio del evento

-Eddie- dijo repentinamente Shane, haciendo que su amigo diese un ligero respingo

-¿Qué?- contestó este casi en un susurro de voz

-Creo que sé cómo entrar-

-¿Cómo?-

-Tú espera aquí-

-Joder, Jacob, no me h….-

Shane salió reptando del escondite dejando a Thompson con la palabra en la boca, el cual observó al ex militar hasta que se perdió en la oscuridad de la noche.

A ciencia cierta no supo cuánto tiempo llevaba ahí solo, pues un incipiente miedo infantil le impidió siquiera mirar el reloj, la noche se volvió terrible ante su frágil mente, y sus oídos escuchaban por doquier los típicos sonidos de la noche que en su delirio paranoide se transformaban en los más lóbregos ruidos que jamás había escuchado.

Casi no respiraba, casi no pestañeaba.

Entonces, algo le sacudió el pie con violencia, haciendo que se diese la vuelta casi de un salto y emitiendo un gemido de terror.

-Joder, Eddie, baja la voz, nos van a descubrir-

Le reprendió para su alivio Shane, se relajó de inmediato y se puso detrás del arbusto como su amigo le indicaba con la mano.

Pudo observar que a los pies de Jacob había dos cuerpos trajeados con sendas máscaras carneriles totalmente inmóviles, preguntó por inercia

-¿están muertos?-

Shane emitió una risa cómplice

-Sí, me costó encontrar dos de nuestra talla, y más matarlos sin hacer ruido y traerlos hasta aquí-

Thompson notó el cariz demente que estaba tomando Shane, eso le asustó.

-¿y que pretendes con ello?-

-Hoy no das una ¿eh?, les quitamos las ropas y la máscara y nos colamos dentro-

Thompson vio miles de lagunas en aquel plan, pero no tuvo la entereza de discutirle a Shane, así que sin mediar palabra comenzó a quitar el traje adecuado a su tamaño al primer muerto.

No tardaron mucho en ponerse las ropas y máscaras, y tras adecentarse el uno al otro, salieron a la carretera dirección a la verja de entrada sin mediar palabra, amparados relativamente por la oscuridad. Thompson se aseguró de que su pistola estaba bien escondida en la parte posterior del pantalón, y Shane pareció hacer lo mismo con un cuchillo de caza.

Mientras se acercaban, pudieron ver una pequeña cola de personas esperando a entrar, todas ellas iban con sus mejores galas y joyas, todos portaban diversos antifaces y máscaras con cierto regusto vintage, no parecían contrariados por esperar allí, más bien podía decirse que estaban alegres por su futura entrada.

Cada paso que les acercaba a la verja a Thompson se le anudaba más el estómago, Shane se percató de ello y le palmeó la espalda a modo de calma.

Por fin llegaron a la puerta saltándose la cola, uno de los 4 hombres con máscaras les detuvo

-hyag ght’ea ïa ïa- les dijo en aquella extraña jerga, parecía un tipo de contraseña.

Ambos se quedaron petrificados sin saber que decir, pero la divina providencia, si es que existía les salvó.

Un autobús llegó segundos después que ellos, el hombre les dejó y se fue para el transporte, se abrió la puerta y el enmascarado subió para hablar con el conductor.

-Excursión invernal del instituto Mayworth, último curso, clases B y C-

Pudo ver Shane el cartel que rezaba por dentro de los ventanales del autobús. Mas iniciados, más carne. Pero no pudo pensar más ya que otro de los guardas les increpó

-Venga, no os quedéis ahí parados, ayudar a Cassey a “acomodar” a los excursionistas-

Al poco tiempo, el enmascarado que había subido al transporte bajó seguido de 30 estudiantes, la mayoría chicas.

Shane y Thompson vieron la tragedia mascarse al recordar aquel cajón de fotos….

El tal Cassey les indicó que se pusieran a retaguardia del grupo, para controlar que ninguno se perdiese por el camino de entrada a la hacienda Tannenberg, el grupo estudiantil avanzaba como un rebaño de felices ovejas que sin saberlo se dirigían a un festín de lobos bajo las inacabables risas y charlas.

-Eddie, ya sabes que es lo que va a pasar-

Thompson asintió sin decir nada

-Algo habrá que hacer-

Volvió a asentir

-Cuando estemos dentro ya veremos-

Otro asentimiento.

El grupo recorrió los 600 metros que separaban la entrada de la casa por un camino empedrado rodeado de un laberinto vegetal, iluminado con decenas de lámparas para que los visitantes pudiesen contemplar aquella preciosa obra, al cabo de unos minutos de marcha llegaron a la escalinata principal de la hacienda.

-Muy bien chicos, esperen aquí un momento, en seguida saldrá alguien a recibirlos y entregarles las correspondientes máscaras para el baile-

El tal Cassey parecía afable tras esa grotesca máscara de carnero, y al terminar de hablar se fue para los dos hombres

-Eh, vosotros, venid conmigo- les dijo pasando a un tono seco.

Cassey les condujo por un lateral de la fachada de la casa hasta que llegaron a una pequeña portezuela de madera

-Bueno, ya me dijeron que venían guardas nuevos, pues nada- llamó a la puerta

-Esta es la puerta de la cocina, preguntad por el encargado y os dirá que hacer-

Acto seguido se marchó por donde había venido.

Pocos segundos después, un hombre obeso en extremo asomó por aquella puerta, embutido en un delantal cubierto de sangre y con una máscara de cerdo, pudieron observar los enormes surcos de sudor marrones que asomaban por sus sobacos.

No quisieron ni imaginar de dónde provenía aquella sangre.

El hombre les hizo un gesto para que entrasen.

Siguieron a aquella montaña de grasa bamboleante a través de lo que efectivamente parecía una cocina industrial. Enormes fuegos con grandes abalorios culinarios manejados por decenas de hombres afanados en su hacer, todos con aquellas máscaras porcinas, no hablaban entre ellos ni mostraban signo alguno de vida, parecían autómatas programados para cocinar eternamente.

Pero lo peor era el olor.

Una indescriptible ráfaga de hedor a corrupción flotaba en el ambiente, similar a un animal en descomposición mezclado con los nocivos efluvios de un pantano miasmático. Shane tuvo que apretarse las paredes nasales a través de la máscara y respirar entrecortadamente para continuar andando, Thompson sintió una arcada que le hizo doblarse, y al contemplar el suelo, vió que este estaba recubierto por una fina película de sangre aderezada con inidentificables líquidos aderezados con carne magra. Tuvo otra arcada y a punto estuvo de vomitar si no llega a ser porque cerró los ojos y se agarró a su amigo para poder andar tras aquella protuberancia lípida que les indicaba el camino con sus abotargadas posaderas.

Aquel ser les condujo lenta y pesadamente a través de aquella cocina del horror hasta llegar a unas escaleras metálicas que daban a una pequeña puerta metálica de oficina. El ser no subió, se limitó a indicarles que tenían que continuar por allí.

Subieron rápidamente movidos por la repulsión hasta dar con la puerta metálica a la cual llamaron repetidamente hasta que desde dentro les indicaron pasar.

Era un despacho escueto con apenas mobiliario y otro enmascarado (esta vez la máscara volvía a ser la de un carnero) detrás de una mesa escritorio.

-Vaya, al final llegan, me preguntaba si finalmente no se habrían echado atrás-

Instintivamente fue Shane el que habló

-Claro que no-

El hombre les observaba de arriba abajo, escudriñándoles intensamente

-Bueno, espero que les hayan contado lo básico, no hay tiempo que perder, la fiesta está por empezar, quítense la ropa-

La total naturalidad y la propuesta les volvió a quedar helados, pues no contaban con desnudarse en absoluto. Y luego estaban las armas

-Venga, que no tienen toda la noche- les apremió el hombre.

Lentamente obedecieron y finalmente quedaron en cueros ante aquel hombre, el cual volvió a repasar los cuerpos desnudos de los hombres, obviando para el alivio de ambos la pistola y el cuchillo

-Vaya, vaya, Agatha no mintió- el hombre se acercó entre Shane y Thompson

-Si bien- dijo posando la mirada en Thompson -Tú tienes demasiado pelo para mi gusto y estás algo fofo- le dio un suave toque en la barriga

-Al menos tu cosa no está mal del todo-

-Sin embargo- continuó diciendo mientras acariciaba descendentemente el musculoso y rasurado torso de Shane

-Tú no estás nada mal, hijo- llegó con su mano a sus genitales y los agarró con suavidad, aplicando un leve masaje

-Y esto, ¡oh, qué maravilla! Quizás hasta te busque en la ceremonia del bosque-

Shane y Thompson se miraron.

Un bosque, más pistas.

-Pero bueno, ahora no es momento de darse al placer, si no al hacer, bueno, como os llamais-

Fue Shane el que respondió

-Yo soy Jebediah y el Aaron-

-Bueno, pues tú- dijo señalando a Thompson

-Tu irás de refuerzo al “adoctrinamiento”, y tú (señalando a Shane) te quedarás en el mercado de la carne, para lo que te pidan, ahora os indicaré donde está cada sitio-

El hombre les hizo vestirse mientras les indicaba a cada uno el lugar donde debían presentarse, luego cogió su teléfono y dio los pertinentes avisos, tras lo cual despidió a los dos.

-¿y ahora qué, Jacob?- dijo Edward Thompson

-Estamos jodidos, jodidos-

-Tranquilo, Eddie, solo tenemos que escabullirnos del sitio e intentar buscar la sala principal, seguro que es allí a donde van la mayoría de la gente que hacía cola-

-¿y si no?- contestó alarmado Thompson.

-Pues mala suerte-

Alderfield de nuevo la cinta para darle a su mente un respiro y hacer acopio de todo el valor posible, sabía lo que venía después y no era para nada halagüeño. Otro Whisky ayudaría a pasar el mal trago.

Otra vez continuó con la cinta, otra vez vino el horror.

Shane y Thompson anduvieron por los pasillos de aquella enorme mansión con tintes victorianos, no se atrevieron a investigar, ya que aparte de no tener idea alguna donde se encontraban, quien sabe qué clase de sorpresas podrían encontrarse. Mejor ir al sitio asignado y empezar a investigar desde allí.

Pronto llegaron a un pasillo donde tuvieron que separarse, Thompson estaba muerto de miedo

-Jacob, ¿Qué hago?-

-Tu intenta hacerte pasar por uno de ellos y pregunta lo que veas conveniente-

-¿y si me descubren?-

-Eddie, tienes una pistola, guarda la última bala para ti- dijo Shane creyéndose sabedor de lo que les esperaba si los descubrían

-Venga, Eddie, recuerda, tres horas máximo, luego sal de aquí come sea, nos veremos en el punto acordado en las afueras-

-De acuerdo, Jacob, buena suerte- dijo aterido por el miedo

-Y a ti, Eddie-

Se despidieron con un abrazo.

Tras otro par de minutos andando por corredores y pasillos varios, Shane finalmente llegó a su destino, una enorme puerta doble de macizo roble con tachones enormes formando perfectas líneas, los pasadores eran dos cabezas de carnero doradas, un hombre aguardaba en la puerta.

-¿Quién eres?-

-Jebediah, soy uno de los nuevos, deberían de haberte llamado hace rato para decirte que venía hacia aquí-

-Sí, es cierto- el hombre enmascarado, esta vez con máscara de látex con cremallera en la boca, le echó una última ojeada y le espetó

-ïa ïa…..-

Maldita sea una contraseña. Pasaron unos segundos de tensión extrema hasta que la luz se hizo en su mente, recordando las palabras de Agatha, rezó para que fueran las mismas

-Shub niggurath- dijo algo titubeante mientras se echaba la mano a la espalda para alcanzar el cuchillo de caza que llevaba, todo discretamente.

El hombre abrió la puerta

-Bienvenido, Jebediah, quédate cerca de la ventana y sigue las indicaciones que te mande Vulneroth-

-¿Quién es ese?-

El hombre se echó a reir

-Te darás cuenta de quién es, no te preocupes-

Al entrar en la sala observó que esta era bastante espaciosa, con seis sillones de cara manufactura forrados de terciopelo rojo, una lámpara de araña enorme alumbrando la estancia en la cual había colocada una especie de tarima alta, de un metro aproximadamente, se podía acceder a ella por unas escaleras portátiles de metal. La moqueta y los grandes cuadros sobre la pared chapada en madera conformaban todo el mobiliario.

Según se acercaba a la única ventana de la sala, pudo ver que los sillones estaban todos ocupados, cuatro hombres y dos mujeres, de alta alcurnia por las ropas y los caros complementos, enmascarados todos, pero en vez de ser sus atavíos enterizos estos solo eran meros antifaces.

De los cuatro hombres, tres eran mayores, rondado la cincuentena, pudo reconocer a simple vista a uno de ellos tras su mascarada. Era bastante rollizo, con una prominente papada que ocultaba los bordes inferiores de la mandíbula, el poco pelambre de su cabeza se encontraba repegado a su cráneo debido al torrente de sudor que de su cuerpo manaba mientras frotaba sus hinchadas manos con cierto nerviosismo. Lo había visto antes, era el alcalde de Killsworth.

A los otros 5 invitados no los conocía, dos viejos enjutos de barba y bigotes canos, más parecidos a cadáveres que a personas y lo que parecía un hombre joven de vestimenta a la moda.

Las dos mujeres también distaban mucho la una de la otra, una señora mayor de pelo corto y carnes colgantes hendidas de arrugas y manchas típicas de la edad, la otra podría llegar por poco a los cuarenta aunque tenía un físico de escándalo para su edad.

Aparte de estos invitados había dos guardias más, uno cerca de estos, y el otro pegado a una puerta lateral, pasaron los minutos entre los comentarios de los asistentes.

Tras un tiempo prudente, la puerta se abrió y de ella salió un enorme y musculoso hombre negro, totalmente desnudo tirando de una cadena de la cual arrastraba a una joven presa del terror.

-La excursión- se dijo para sí mismo, ganado fresco del que aprovecharse para las más absolutas depravaciones.

-Ese es Vulneroth- terminó por dilucidar Shane, estaba en lo cierto.

Vulneroth condujo a la muchacha de apenas dieciocho años por la sala hasta hacerla subir medio ahogada por los tirones de la cadena hasta la tarima, de momento estaba vestida aún, aunque los ojos hinchados y llorosos combinados por el reguero de sangre que corría por sus carnosos labios, denotaban los golpes que con seguridad le habían propinado.

La llevó al extremo contrario de la tarima y la cadena a unas argollas clavadas en la pared la cuales no había visto Shane anteriormente, tras lo cual, volvió a cruzar aquella portezuela.

Hizo la misma actividad hasta 6 veces, trayendo cada vez una víctima nueva, lo que el total quedó conformado por 5 muchachas y un joven, todos de la misma guisa que la primera en ser traída. Golpeados y muertos de miedo.

Al terminar de colocar a la “mercancía”, Vulneroth se situó en medio de aquella estructura de madera, mirando fijamente a los asistentes, él era el único que no portaba máscara.

-Este es el primer lote por cortesía de Joachim Eusebius Tannenberg, señor de la casa y empresario de la carne- comentó en primera estancia

- Tal como se pidió, jóvenes los cuales pocos de ellos han alcanzado la mayoría de edad, que dé comienzo a esta subasta de carne-

Los jóvenes al oír aquellas palabras cayeron de rodillas casi al unísono gimoteando en voz baja.

El hombre joven de entre aquellos invitados especiales se levantó y fue el primero en hablar

-Vulneroth, indique al señor Tannenberg que agradecemos haber sido invitados a esta subasta- hizo una pausa deliberada

-Pero, tenemos que “analizar” mejor la mercancía para poder comprar-

El hombre negro esbozó una ligera sonrisa

-¿por dónde quieren empezar?-

-Desnudadlos a todos- comentó con firmeza la señora mayor señalando a las víctimas con su mano huesuda

Vulneroth obedeció a los compradores y uno a uno fue desnudando a los desafortunados jóvenes, los cuales intentaron ofrecer resistencia ante el hombre negro, lo que fue correspondido con brutales tirones que terminaron por arrancar sus ropas y provocarles marcas rojizas allí donde la tela hacía especial presión en la piel.

Una vez despojados de sus vestimentas, Vulneroth le hizo una señal al hombre que guardaba la portezuela, y este, tras unos pocos segundos salió y entró en la sala, con un látigo de seis colas. Se lo entregó al negro.

-Levantad- bramó a los jóvenes desnudos, pero estos, compungidos por el terror más absoluto no pudieron hacer otra cosa que seguir de rodillas gimoteando.

Vulneroth golpeó a un par de ellos provocándoles pequeños cortes en la carne

-¡Levantad u os arrancaré la carne de los huesos a golpes¡-

Tras ver aquel espectáculo de dolor gratuito, todas las víctimas se levantaron, tapándose en el transcurso sus miembros genitales.

Vulneroth volvió a hablar

-Ahora podrán ustedes inspeccionar la carne, una vez se hayan resarcido, podrán comprar cuanta carne deseen-

La primera en volver a hablar fue la mujer de excelsas curvas, sentada en su sofá asignado.

-Quiero ver a la tercera, la pelirroja de rizos, tráemela, por favor-

El hombre negro se fue a por la aterrorizada muchacha y desenganchó su cadena de la argolla para justo después arrastrarla hasta su “catadora”, la joven se resistió pero lo único que consiguió fue ser arrastrada por la moqueta y casi quedar asfixiada. Al llegar a su destino, Vulneroth le propinó un enorme golpe en la cabeza con la palma de la mano abierta, tras lo cual, le cedió la correa a aquella fémina.

La enmascarada le propinó un fuerte tirón de la cadena con el fin de provocarle un ahogo, la joven tosió y tuvo un par de arcadas

-Levantate, putita- le dijo dulcemente, la chica obedeció a regañadientes con las lágrimas derramándose por su rostro

-No te he dicho que te tapes con tu manita tus partes- otro violento tirón que la hizo trastabillar, pero que finalmente consiguió lo deseado.

La mujer acercó su rostro al sexo de la joven, acariciando con su mano la fina pelusilla rojiza que recubría dicha entrada

-Dios, que ricura, parece terciopelo- comentó mordiéndose el labio para después comenzar a lamérselo con delicadeza, la muchacha no cabía en sí de su pavor, y poco pudo hacer salvo quedarse sollozando mientras era lamida por una extraña depravada.

Tras unos minutos de tarea, la enmascarada retiró su boca rezumante de flujo de la joven, se abrió de piernas dejando su sexo sin ropa interior al aire libre

-Venga cariño, ahora te toca a ti, hazme disfrutar-

Poco a poco, y casi a trompicones, la joven pelirroja se arrodilló y comenzó, tímidamente primero, a corresponder a su catadora.

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Shane contempló la surrealista escena con aquella canción de Nirvana en su cabeza, pero esta vez no con el objetivo de calmar su mente, si no como un oscuro demonio asomando a través de su locura indicándole sangrientos cursos de acción.

Contempló como todos aquellos degenerados comenzaban a “jugar” con las atemorizadas víctimas, el hombre joven penetraba con violencia a la más rellena de todas las jóvenes, agarrándola del pelo con la mano izquierda y golpeando su espalda con una fusta con la derecha, a modo de Cowboy a lomos de un caballo brioso.

El alcalde, tras quitarse la ropa, Tumbó todo su grasiento y fofo cuerpo en el suelo, obligando a una morena de pocos pechos y ojos azules que lamiese las arrugas de su sudoso y agriado cuerpo, mientras se tocaba su pequeño pene totalmente excitado.

-Así, limpia bien mis arruguitas, zorra-

Uno de los enjutos ancianos tenía a otra víctima ( y la más bella de todas) de rodillas, obligándola a hacerle una felación profunda, la muchacha profería violentas arcadas, ya que aparte de tener un pene bastante grande, parecía no habérselo lavado en semanas, con restos de semen reseco a modo de pequeñas costras condimentadas con un tufo hediondo a orín y sudor. Shane tuvo que darse la vuelta para no vomitar al ver que aquel viejo enfermo tenía el miembro con varias pústulas debido a infecciones varias, mientras tanto, el viejo reía y reía con una risa chillona similar a una rata.

<>

Tanto los dos guardas como Vulneroth parecían distraídos a la vez que complacidos ante aquella delirante escena, Shane tuvo la certeza que no era la primera vez que asistían a un acto como el que ante sus ojos se estaba realizando, comenzó a reírse en voz baja, mientras su rostro se transformaba en una macabra mueca, como la de un payaso enloquecido a punto de cometer un acto sangriento.

La mujer anciana trajo hasta sí al único chico de las víctimas, y tras ponerse a gatas, se levantó el vestido mientras hacía ponerse al joven en la misma posición detrás de ella, y con una sonrisa sardónica le indicó succionar su entrada trasera. Vulneroth tuvo que propinarle varias patadas tremebundas para que accediera.

El último anciano, fue hasta su homóloga femenina y muy amablemente le pidió que si podía “catar” al joven, a la mujer mayor le pareció gracioso y se lo permitió, por lo que el hombre sacó su pene y de una embestida brutal comenzó a violar el ahora desgarrado ano del joven mientras este profería gritos de puro dolor.

<>

Era la oportunidad, los dos guardas se habían sentado junto a la tarima para comentar divertidos la orgiástica violación de los jóvenes, mientras su jefe era invitado a empalar con su grandeza genital a todas las víctimas.

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Shane sacó su cuchillo de caza y discretamente se subió a la tarima por el lado de la pared de su ventana, emitía pequeñas risitas dementes mientras ponía todo su celo en hacer el menor ruido posible. Los invitados al mercado de carne estaban demasiado atareados para prestarle atención.

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Tardó menos de cinco segundos en matar a los dos guardas, acuchillándoles la carótida con sendos movimientos veloces, los hombres cayeron al suelo en medio de una fuente de sangre.

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Vulnertoh se dio la vuelta mientras seguía violando, esta vez al chico, para ver que ocurría, justo cuando sacaba su miembro del ano de su víctima recibió una mortal estocada en el pecho.

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Ahí fue cuando los asistentes se dieron cuenta y comenzaron a gritar, intentando apartarse de la febril matanza de Shane, pero eran demasiado viejos o reaccionaron demasiado tarde, por lo que acabaron horriblemente mutilados.

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Sólo quedaba la mujer de exquisito cuerpo cuando el enmascarado que lo había recibido en la puerta entró de golpe en la sala, con un revólver en la mano, pero cuando vio lo que Shane estaba haciendo fue demasiado tarde, ya que el ex militar lanzó su arma con mortal resultado contra aquél hombre.

<>

Finalmente quedó frente a la ahora atemorizada enmascarada, cubierto de sangre, dejando tras de sí cadáveres mutilados y a aquellos jóvenes, que, tras ser violados y ver como Shane acababa con todos aquellos degenerados sexuales, eran incapaces casi hasta de respirar, cubiertos de la misma sustancia de la cual Shane estaba rociado.

-Tú, puta- bramó Shane

-Dime donde está el sumo sacerdote-

-N-n-n-no lo s-s-s-sé- contestó ella llorando

Shane descargó su arma recién recuperada sobre la mano derecha de aquella mujer, cercenándosela de un brutal golpe

<>

La mujer aulló de dolor, pero Shane seguía con aquella sonrisa maníaca

-¡Dimelo!- bramó de nuevo

Aquella desgraciada solo podía gritar por el dolor que sentía, así que Shane levantó de nuevo su cuchillo de caza y el brazo quedó separado a la altura del codo.

-¿lo recuerdas ahora, puta?-

Volvió a amenazarla con despiezarla poco a poco una vez más, pero la mujer, al borde del desmayo, consiguió proferir las palabras que Shane quería oir

-En….la planta alta….su despacho….símbolo arcano….- se demsayó.

En aquel momento la demencia de Shane pareció remitir de golpe, se giró hacia los asustados jóvenes con el gesto serio y frio como el hielo

-Marchaos, ahora, sacad de aquí a vuestros otros amigos, no os detengáis por nada, ocultaos en el bosque-

En aquel momento no lo supo pues aquellas palabras, aunque nacidas desde la bondad, los condenaron a todos.

Thomas alderfield, totalmente borracho paró la cinta de nuevo y volvió a vomitar, esta vez sobre el suelo de su despacho, cuando se recuperó un poco, pasó hacia adelante como antes había repetido, saltándose la parte en la que Shane, revólver y cuchillo en mano, recorrió la residencia Tannenberg hasta dar con el sumo sacerdote, pasando antes por el salón principal, donde contempló una escena que jamás se le olvidaría.

Decenas de hombres y mujeres fornicando entre raudales de vino y sangre derramándose por sus cuerpos al compás de una impía música totalmente enfervorizados dándose a la depravación sexual más absoluta que jamás un hombre pudiera contemplar.

En cierta parte le recordó a las orgías de la antigua roma, pero con un componente aún más macabro. Siguió su camino hasta dar con la persona que buscaba.

Thomas alderfield paró la cinta y volvió a velocidad normal, quería escuchar detenidamente aquella conversación, con un Shane abrumado por la locura e intentando que esta no terminara por poseerle mientras hablaba con el instigador de toda aquella aberración natural.

-Hombre, Shane, bienvenido, siéntate- dijo con una sonrisa en sus labios

-Callate hijo de puta, sabes a lo que he venido, ¿Dónde has metido a Sammy?-

-¿sammy?, es demasiado tarde para ella, su iniciación comenzará hagas lo que hagas, al igual que la mujer de tu amiguito Thompson, que por cierto, fue ella la que incitó a tu novia para entrar en el grandioso culto de la cabra negra de los bosques de mil retoños-

Shane le apuntó con el revólver del hombre al cual había matado.

-te he dicho que me digas donde está Sammy, bastardo-

-¿de verdad quieres saber dónde está, Jacob?-

-¡SI!-

-Déjame advertirte, que donde está, es un terreno prohibido para los infieles que solo arañan la superficie de toda nuestra obra, podrás matarme e ir hacia donde te diré, pero solo alcanzarás a perder lo poco sano que queda en tu mente, te destrozará por completo y serás incapaz, aun teniéndola a un metro de ti de salvarla, contemplaras maravillas ocultas a todos excepto para los adeptos de mi orden, se te expondrán las miríadas de placeres de la carne, los embriagadores olores te harán postrarte de rodillas incapaz de siquiera de respirar, el placer embotará tu mente, y decenas de manos te arrancarán la carne en un placer tan exquisito que lo único que desearás es tener más carne para ofrecer a las voraces hambres de mis gentes, y ellos se relamerán tus restos mientras rien continuando con la ceremonia donde tu querida Sammy será llenada por los 44 elegidos dando paso a la comunión carnal del hijo de nuestra señora, y entonces el mundo sufrirá en la placentera y dulce agonía de la carne-

Shane no pudo articular palabra alguna

-¿sigues queriendo saber donde está?-

-Si-

-En el corazón del bosque-

Shane apretó el gatillo, mientras en la lejanía escuchaba más sonidos de disparos.

<

world of pleasure, a pleasure that'll take

my mind off the reality of my life,

my past life... life as i know it now.>>

Thomas alderfield detuvo la cinta una vez más, se encendió un cigarrillo e intentó abstraerse de todo lo que había escuchado.

Todavía le quedaba más que escuchar pero poco ánimo para ello….

By Ariakan

Pd: Canciónes de la cabeza de Shane : 1—-> Rape me de Nirvana, 2——–>Gently de slipknot

Resubido porque las letras en cursiva no se porqué pero me dan problemas al subirlas y no salen. Menos mal que borré la primera subida antes de que lo leyera nadie, porque como he dicho anteriormente, faltaban trozos (maldita cursiva) espero que esta segunda subida salga perfecta.

Muy próximamente la tercera y última parte. disfruten de la lectura y comenten


De aquella boda este polvo

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CAPITULO 1: Una puerta se cierra

Hará cosa de unos meses la que era mi novia de toda la vida y yo lo dejamos. Después de diez años de relación y ser la única chica con la que había estado, bueno al menos sexualmente hablando, tengo que de decir que tengo un gran vacío en mi persona.

De estar haciendo tu vida contando con una persona a faltarte esa persona pues normal que el cambio sea grande. Y es que más de un tercio de mi vida la había compartido con esa persona

Pero bueno, estas cosas pasan y mejor hacerlo ahora que no dentro de diez años con hijos y una hipoteca.

Alejandra era una chica encantadora cuando la conocí, quería hacer enfermería y trabajar de voluntaria en un programa de ayuda en el tercer mundo. La verdad es que a mi me preocupaba, no el hecho de que se fuera sino donde y con quien. Y ese que Alejandra es una chica que no pasa desapercibida para nada, su melena rubia y sus ojos verdes son su seña de identidad. Y un poco crédula y buena persona también la identificaban, al menos cuando empezamos a salir.

Cuando la conocí estaba un poco rellenita, vamos que no tenía una talla 36-38, y ahora tampoco pero en estos años ha cambiado a mejor, pasó de ser una adolescente a una mujer conmigo. Y por lo que parece también sin mí. El motivo de la ruptura se lo pueden imaginar. Una chica guapa trabajando con maduritos guapetes (médicos) que ganan bastante más que yo pues nada, por alguna parte tenía que llegar las infidelidades. No se si lo hacían en la camilla de la clínica privada donde comenzó a trabajar hace un año, o en la cama del chalet del doctor que se la tiraba mientras yo pensaba que estaba ayudando en una operación.

Enterarte que llevas cuernos porque la prima de un compañero de trabajo es compañera de mi novia y etiqueta una foto en la que se ve de fondo como se morrea con un compañero del trabajo en una fiesta de cumpleaños, pues es para joderte la vida. Pero vayamos al lio.

Alejandra no había sido mi primer amor, solo la primera y única chica con la que había tenido sexo.

Me llamo Javier y esta es mi historia.

Cuando me entere de mi cornamenta, no fui tan majo como ella pensaba, aunque ella me dijo que solo había sido una vez, que había sido un error y que la perdonara, la verdad es que no pude. Más que nada porque después de haber visto la foto hice mis comprobaciones, hable con sus amigas, hable con su hermana y hermano y lo más importante un día que supuestamente salía de fiesta, el hermano y yo la seguimos. Lo que vimos no nos gusto a ninguno, a mi menos pero bueno era la prueba definitiva, la cual la tengo en inmortalizada además de en la memoria en una tarjeta SD.

Pues bien después de la ruptura, comencé a descubrir lo que es la vida de un soltero de 28 años. Termine hace unos años la carrera de teleco, y ahora trabajo en una pequeña pero solvente empresa, lo cual quiere decir que curro no me falta y tampoco soy un explotado. Disfruto de mis días libres y con ayuda de mis amigos y amigas me he replanteado la vida.

Que decir tiene que en cuanto rompimos, el dinero que tenia ahorrado para irnos a vivir juntos cambio de función, me alquile yo solo una casa, deje de vivir con mis padres a tener mi espacio, o como decían mis amigos mi picadero. Tampoco es que lo utilizara solo para ese fin, pero al menos un sitio posible para llevarme a alguna amiga o conocida. Pocas pasaron y ninguna se quedó a dormir, esa era una ley escrita no iba a dejar a ninguna, alguna incluso la subí unas cuantas veces pero no hacia excepciones. Como suele pasar estaba en esa etapa de querer recuperar el tiempo perdido y aprovechar la soltería.

Pero toda esta historia solo sería una más si no fuera porque después de unos meses de soltería surgió una chica, o más bien se me presento ella, y me haría cambiar para siempre.

Uno de los compañeros de la facultad se casaba con su novia de toda la vida, la cual conocía porque muchas veces iba a recogerlo a la salida de clase y como yo vivía de camino a su casa me acercaban en vez de tener que viajar cuarenta minutos en tren y después metro.

Pues bien he de decir que no conocía a nadie más de su familia ni de su círculo de amigos, así que lo primero que tuve que pasar fue por la despedida de soletero.

Julio ya había hecho una con sus amigos más cercanos una despedida, por eso entre los compañeros de su trabajo y algunos amigos que no pertenecíamos a su círculo más cercano le hicimos otra. A decir verdad hubiera preferido estar en la despedida de sus amigos, aun me acuerdo cuando me presento a su amiga Fátima un día que quedamos, era una chica increíble. Cuando le pregunte por ella, me dijo que había empezado a salir con otro de sus amigos. Pero esa es otra historia.

Y como se suele decir una despedida de soltero sin putas es un cumpleaños, así que tres semanas antes de la ceremonia nos fuimos los amigos y compañeros del curro de Julio a una casa rural en Segovia a pasar todo el fin de semana, en una de las noches, la del sábado nos acercamos a ese sitio que siempre está al lado de la carretera con letras de luces rojas.

Allí más que irnos de putas nos fuimos de cachondeo, alguno de los amigos del novio que estaba más borracho se fue con alguna señora, al novio ni le convencimos ni creo que se hubiera dejado, pero nos lo pasamos muy bien. Si hubo striptease en el sitio, de una joven rusa, que la verdad es que se ganó bien los 200 euros que le dimos, pero eso fue todo lo que paso esa noche, o al menos lo que yo vi.

La verdad es que la primera toma de contacto con los amigos de la infancia y sus compis de curro fue buena, los chavales eran buena gente y aunque alguno tenía novia y se fue a follar a una puta, no hay porque echárselo en cara. Lo que pasa en la despedida se queda en la despedida, o al menos lo que no se quiete contar.

Después de la despedida, no los volví a ver hasta el día de la boda, yo seguía con mi vida, o lo que es lo mismo algo jodido aun por el tema de la ruptura, pero sobre todo porque las citas que había tenido desde que lo dejara con mi ex, no habían sido tan satisfactorias como esperaba, o al menos como deseaba.

Por fin llego el día de la boda, era un viernes por la tarde, me acuerdo que en el trabajo pedí salir antes para poder ir a cortarme el pelo y prepararme bien. No es que fuera como las damas de honor que algunas estuvieron en el “taller de chapa y pintura” vamos que entre el maquillaje y el peinado al menos tres horas seguro que estuvieron arreglándose.

La boda era un monasterio y la cena en un parador, los novios habían puesto varios autobuses para la ceremonia y allí estaba yo, bajándome ante ese lugar tan sagrado preguntándome si algún día estaría yo esperando a la que aún no conocía madre de mis hijos.

Lo primero que hice después de saludar al padre y a la madre del novio, fue preguntarle por las solteras de la boda, y cuales eran intocables. Julio me fue diciendo los nombres de las solteras a la vista. Me acuerdo que me llamo especialmente la atención una chica con el pelo corto y muy negro, delgada con un vestido largo negro y rojo, con la espalda al descubierto que dejaba ver en gran parte un tatoo de un gran dragón cuya cola se perdía por la espalda y no se veía el final.

Pero sorpresa, cuando le dije a mi colega que vaya amiga que tenia se empezó a reír, lo único que me pudo decir que era la prima de la novia y que por desgracia para mí, era soltera pero que no le interesaban los amigos del novio, quizás si sus amigas.

Bueno que le iba a hacer, atacar a un objetivo que no se va a dejar tumbar es desaprovechar una batalla. No sé dónde escuche esa frase pero me quede con ella, y al contársela a mi amigo se volvió a reír. Por fortuna la chica estaba apartada y nos escuchó nada, no nos reíamos de ella ni nada de eso, solo de la mala suerte que tengo con las mujeres.

Después de demostrar que tengo sentido del humor me dijo que mirara a donde estaban dos de sus primas, una por parte de padre y otra de madre, por lo tanto poco en común. Que ya me las presentaría más tarde cuando no estuvieran con los padres y algo más contentas. Volvimos a reírnos y nos miraron los presentes, ellas incluidas.

Y la verdad es que no tenían nada en común, una era muy jovencita, Laura de 23 años, rubia mediría 1,60 y tenía pinta de niña, bueno cara de no haber roto un plato, eso sí de cuerpo, vaya cuerpazo, el vestido tenia aprisionado un par de tetas que estaba seguro que de vestir de calle serian espectaculares. Como el vestido era palabra de honor se le veía que al menos tenía un buen busto no solo que se lo había colocado bien. Era estudiante y trabajaba en un bar los fines de semana, vamos que estaba seguro que le gustaba la fiesta.

La otra prima era mayor, Cristina tenía ya sus 26 años un poco más cercana a mi edad,, con un pelo negro y largo liso, de cuerpo fino, llevaba un vestido gris largo, con la falda de tipo gasa, vamos que no era ceñido sino más bien abierto, que no dejaba ver ni los zapatos que llevaba, de hecho por un momento pensé que llevaba deportivas por lo rápido que fue a saludar a la madrina, claro que nunca hay que menospreciar la habilidad de una mujer que lleva poniéndose tacones desde los 16.

Después de la ceremonia que me pase los primeros quince minutos sentado en los bancos de la derecha de la iglesia, los que correspondían a la familia del novio, y el resto en el bar de fuera con bastantes miembros de la familia y algunos amigos de ambas partes. Varios amigos de la despedida con sus parejas y otros que no conocía.

Antes de que acabara la ceremonia volvimos a situarnos cerca de la puerta al menos para escuchar cuando se daban el “Si quiero” y tirar el arroz a los recen casados. Después del arroz toco sesión de fotos, el ir y venir de los novios para contentar a todos y hacer las mismas fotos pero desde diferente ángulo. Creo recordar que yo salí o al menos pose para cinco fotos, el resto de robados que me hayan hecho no era consciente.

Nos fuimos todos al parador donde se iba a celebrar el banquete. En el autobús la verdad es que tuve bastante suerte, me toco detrás de una de las primas del novio, había sacado fotos en su cámara digital y me levante para verlas bien, aunque lo que vi que desde una posición más que buena fue el canalillo. Joder me estaba poniendo burro solo con eso y el perfume de la chica. Menos mal que sobraban sitios en el autobús y no me vio nadie como me coloque el paquete.

El sitio al que fuimos todos en autobús o al menos los amigos, estaba a las afueras de la ciudad y contaba con una finca que tenía para celebrar fiestas o bodas además de una zona deportiva la cual era para socios, contaba con piscina, canchas de pádel y tenis. Y por supuesto un hotel estilo rural. Un parador pero moderno.

Muchos de los familiares de la pareja que venían de fuera habían cogido habitaciones en el parador, sin ir más lejos unos tíos del novio y una de las primas casada se habían pillado otra habitación, esto lo supe más tarde. De entre las personas que veía que me sonaban un poco se encontraba Diego, que era el mejor amigo de Julio y su novia Fátima, la cual porque no decirlo estaba espectacular. Fui a saludarles y me quede embobado un poco con ella, pero rápidamente otra pareja fue a saludarles y me libere del embrujo de esa diosa.

En total éramos unas doscientas personas, tengo que decir que la novia tiene una familia muy unida, muy grande y de buena posición social, su tío es marques de no sé qué y su padre está en la dirección de otras tantas empresas, vamos que por dinero no era. La verdad es que mi colega había dado un braguetazo en toda regla.

Ya estábamos en la finca, por fin me pude reunir con los amigos del novio y de paso conocer a sus chicas, todas ellas habían oído hablar de mí, el que más putadas le hizo al novio en la despedida y eso que era el que menos tiempo le conocía. Si claro como que él no me hizo ninguna en la universidad.

Después de hablar un poco de cómo nos hicimos amigos en la uni vinieron por fin los recién casados y seguimos hablando hasta que me llevaron a presentarme a la familia, ya que mucha gente preguntaba quién era el nuevo.

Con mi mejor pose y simpatía fui uno por uno presentándome a los miembros, padres, abuelos, tíos, sobrinas no contaban, que ninguna pasaba de los diez, primos y primas.

La verdad es que mi amigo fue listo al dejarme las últimas solteras para el final, sino fuera porque estaban los padres de ambas cerca, aunque bueno aun me faltaban unas cuantas cervezas para perder mi miedo natural a hablar con las chicas. Así que en ese momento fue una charla poca más que coloquial hablando de a que se dedicaban, donde estudiaban. Al menos sabía que ninguna de ellas tenía novio formal, otra cosa es que tuvieran algo no tan formal.

Por fin después de no saber que más decir ni dónde mirar la novia reunió a todas las solteras para lanzar el ramo. Entre unas y otras había unas quince chicas, algunas con novios formales que ya tenían fecha de boda otras como las primas semi obligadas por la tradición. La prima mayor me dio la cámara y me dijo que intentara capturar el momento del ramo, puse la cámara en modo ráfaga y espere a que la novia lo soltara para hacer las fotos de la parábola que hizo el ramo.

El ramo fue a parar a la tía de la novia, me la presentaron de forma especial, la chica se llama Emilia Clara, nombre compuesto, cosa normal en España, pero se parece al de Emilia Clarke, que por si no saben quién es a lo mejor les suena su papel como Daenerys Targaryen y si, el primo me la presento como Daenerys de la tormenta, Khaleesi, madre de dragones…

La tía se puso un poco roja, supongo que cansada que la llamen así, la comparen con la actriz y la imagen como tantas veces estuvo en la primera temporada la actriz. La verdad es que no se parecía en nada a la actriz o al menos no se había vestido para nada de esa manera, era una mujer menuda, pelo negro y corto, y sin mucho pecho, eso sí muy guapa de cara. Pero algo mayor para mí, aunque bueno 41 tampoco es que me parezca algo imposible.

Empezó el coctel en los jardines de la finca, variedad de entrantes, barra libre de cerveza y refrescos, corrillos donde los familiares y los conocidos hablaban y un chico que no conocía a casi nadie danzando por entre todos, con la cámara prestada de una chica. Sin más que eso me puse a hacer fotos a todos los invitados, parándome y pidiéndoles que se hicieran una foto.

La verdad es que le hacia la competencia al fotógrafo del enlace, pero él estaba siguiendo a los novios y yo me mezclaba entre la gente y les hacía fotos mientras se metían la gamba en la boca o miraban con descaro el escote de la novia del amigo.

Esas fotos después me dijo el novio que le gustaron mucho porque no eran las formales que saldrían en el DVD de la boda.

El camarero jefe nos llamó a todos para que fuéramos pasando a la mesa, o mejor dicho mesas que componían el banquete.

Cristina se me acerco y me pregunto que si había hecho buenas fotos, nos quedamos sin entrar y le estuve enseñando las fotos que había hecho mientras me mezclaba ente el público. Las fotos que le había hecho a las acompañantes no eran enfocando a ninguna parte femenina, sino que muchas de ellas eran sonriendo o haciendo tonto, hubo una que era de una chica besando a su novio y esa era la de Fátima, que después me entere que le gustó mucho.

Fue solo un minuto mientras pasaba unas cuanta fotos y nos metimos en último lugar a la boda. Y como no el novio ya aprovecho para desde la mesa principal gritarnos que porque habíamos tardado tanto. Claro ante esa gran interrupción todos los presentes giraron la cabeza y se nos quedaron mirando. Incluso el fotógrafo inmortalizo la foto de nuestras caras de incredulidad y de corte, sobre todo la de Cristina.

En cuanto me senté me di cuenta que aun llevaba la cámara y entre plato y plato seguí haciendo fotos, incluso me levantaba para ello. Fui mesa por mesa haciendo fotos mientras gritaba algo para animar a las mesas y sacarles unas buenas fotos.

Una de las cosas que puedes aprovechar es a ver las chicas solteras, ya sabía de 4 y en cuanto las fotografiaba me hacia una idea de cómo eran y como estaban.

Si hubiera sido mi carama hubiera hecho un reportaje diferente pero así, solo podía sacar el lado más general de las personas.

Cuando llegue a la mesa de los primos y primas me acerque a Cristina y le dije que si quería la cámara. Me dio las gracias y me dijo que siempre le tocaba a ella hacer las fotos en las bodas y que entonces casi nunca aparecía en las fotos así que me la dejaba. A lo cual el dije que entonces me centraría en ella para que apareciera en todas las que no había aparecido en otras bodas.

Ya en la mesa de los novios mientras hacía fotos a ellos y a los padrinos se me acerco el padre del novio para que me pusiera entre los novios y me hiciera el una foto, que si no, yo no saldría en ninguna.

Rodee el cuello de mi amigo con el brazo y sonriendo le dije que se había pasado un poco con el comentario al entrar, serio entre dientes y me dijo que no me lo tomara mal, que su prima no se lo había tomado mal, que incluso le pareció que sonreía. En ese momento yo también sonreí.

CAPITULO 2: Una ventana se abre.

Me fui con una idea clara, dicen que de una boda sale otra boda, a lo mejor eso era antes, yo esperaba que de esa boda no saliera tan cargado como había ido.

Por fin se terminaron los platos, solo faltaba la tarta pero para eso aun la tenían que traer, partir y repartir. Así que la mayor parte de la gente salió a tomar el aire o a fumar, los amigos del novio aprovechamos ese momento para mantearle.

En una de las fotos que salió, pudimos ver como el cabron se estira poner la mano en la cabeza como si posara lanzando besitos a las amigas de su madre y demás féminas que andaban en el jardín. Una de tantas fotos que pasara a la inmortalidad o al olvido.

Me acerque al corrillo de amigos solteros, unos del novio, otros de la novia y me integre a la conversación. Al parecer se estaban repartiendo las chicas como buenos hermanos, ya dije que en teoría había cuatro soleteras, más o menos, o al menos las que me podían interesar a mí. Aun contaban a la prima de la novia entre las posibles solteras. Pero bueno aun así, al parecer a alguno nos fallaban las matemáticas porque estábamos nueve.

Cuando empezaron a repartirse las chicas el único que no tenía competencia era un colega del trabajo del novio, que iba a ir a por la tía de la novia, que aunque pareciera mayor tenía 41 y muy bien llevados. El resto se había decidido a atacar dos a una chica, aunque esto no es tan fácil, porque al primero que rechace una chica ira a por otra si no ha sido muy descarado. Con lo cual y dado que no soy muy hábil hablando con las chicas, y encima que tampoco tengo labia para eso, después de solo tener una pareja en mi vida, pase de su juego.

Me acuerdo que al sentarnos en la mesa empezaron a mostrar los plumajes los pavos reales con los que compartía mesa, ya los había visto antes de que nos avisaran que ya estaban preparados para repartir el postre que alguno se había ido acercando a sus objetivos yo seguí con la cámara de fotos haciendo fotos, pero esta vez me dedique a hacerlas de objetos, el centro de las mesas, el rosal blanco que formaba un arco por el que pasaron los novios.

Por fin repartieron la tarta y los novios hicieron un pequeño discurso y es que la petición popular de “que hablen los novios” fue unánime.

Me levante a hacer las fotos y no pude contenerme empecé a hacerle fotos a Cristina, dado que ella me dijo que si no salía en las fotos, pues le saque un par de ellas. Algunas muy buenas, y es que tenía un rostro fotogénico, y más cuando no estaba posando sino al natural.

Después de percatarme que alguno de los familiares veía como le hacía varias fotos a Cristina, y ante que se lo dijeran me fui otra vez moviendo por entre las mesas, prefería decirle yo que le había hecho unas fotos a que me pidiera la cámara y viera ella el book Ya cuando me iba a acercar a su sitio me pillo Cristina y me dijo que iba a hacer ella unas fotos que sino yo tampoco saldría y ella sabía lo que significaba no salir en las fotos de la boda.

Muy a mi pesar y suponiendo que tarde o temprano vería el boom que le había hecho, le dije que mirara si le parecían pocas las fotos que le había hecho que le podía hacer más, me fui al sitio a comer el trozo de la tarta dejándola viendo las fotos que había hecho.

Después de la tarta y de la copa de champagne nos acercamos para escuchar esta vez a los padrinos.

Esta vez como no tenía la cámara me quede bastante alejado, total para escuchar y aplaudir no hace falta estar en primera línea. Mientras lo hacia cogí uno de los papeles del menú y me puse a hacer un origami con él, la verdad es que solo se hacer un cisne así que mientras el padre de la novia hablaba de los valores de la familia, de contribuir a la familia con más miembros y demás yo sin mirar las manos doblaba el papel y seguía, y ya cuando lo termine me fije en que Cristina me había estado sacando fotos mientras absorto en el discurso terminaba la figura.

Mientras la miraba como ella me sacaba la última foto los demás invitados empezaron a aplaudir cosa que nos hizo reaccionar a ambos y terminar ese pequeño combate de miradas que habíamos empezado.

Los novios de nuevo con las copas en alto nos pidieron que recogiéramos las cosas y fuéramos ya para la pista de baile. Al tratarse de una boda de tarde, las mujeres iban con vestido largo y dada la ocasión como era verano, con la espalda al aire y muchas con escotazo, veríamos a ver como se movían en la pista de baile.

Todos fueron hacia la pista menos yo que aproveche el momento para ir a hablar con el novio y darle el sobre de la boda, más que nada porque no quería olvidarme del sobre y quedar bastante mal.

La única otra persona que nos esperaba a la salida era Cris que nos pidió a los novios y a mí una foto para que al menos tuviera una en la que salía con ellos.

Nos la hicimos y después la novia me pidió que les hiciera a ellos una con la prima, cosa que hice encantado. Para ello y aun con el cisne se lo cambie por la cámara, quedándose mi figura de origami y yo tomando el relevo otra vez de la cámara.

La foto sin duda fue la mejor que había hecho, no sé si por el momento o por que la veía agarrar el cisne contra su pecho y en ese momento pensé que tenía que aprender a hacer una rosa.

Al llegar a la pista de baile ya vi de nuevo a mis vecinos de mesa empezar a rondar a sus víctimas, alguno estaba en la barra solo y me imagine que serían los que andaban detrás de cristina, cosa que me esperaba aunque no me esperaba que hubiera tantos. Qué se yo, aparte de los amigos del novio también había vecinos que estaban en otras mesas y supongo que algún primo de parte de la otra familia.

Por fin entraron los novios a inaugurar la pista, cuando todo el mundo esperaba un baals nos sorprendieron a todos con un tango, y joder como bailaban los dos. Muchas horas de práctica tenían encima.

Los siguientes fueron los padrinos que como todos lo bailaban al estilo, lo he visto en la tele dos tres pasos cruzando las piernas y agarrados con los brazos estirados y salvo el momento.

Algunas de las mujeres mayores lo hacía medio bien, y bueno me imaginaba que eran las que habían ido a bailes de salón.

Que porque me pongo a criticar el estilo, porque por fortuna o por desgracia mi ex, la misma que me ponía los cuernos también me hizo acompañarla los jueves por la noche a clases de bailes de salón, y aunque no me gustaba era un buen estudiante.

El inconveniente que tenía en ese momento principalmente no era tener una cámara que no era la mía, sino no tener pareja. Los listos de la clase por no decir los buitres habían tomado posiciones sobre las pobres gacelas que aún estaban sin pareja.

Mario y la tía de la novia fueron los primeros en entrar a la pista, ya había visto que habían estado hablando y por extraño que parezca me imagine que serían de los pocos que esa noche follarian juntos. Las otras parejas intentaron hacer lo mismo que habían hecho los novios pero lo único que conseguían era sacarme una sonrisa, unas cuantas muecas de dolor de las chicas al ser pisadas y poco más.

Por fin me arme de valor y busque a Cris con la mirada, como no estaba ya en la pista y parecía que se divertía con el chico con el que estaba y que no conocía, pero antes de entrar siquiera a pedirle un baile otro chico se me adelanto. Y cambiaron la canción. Esta ya no era tango y me corte porque mi momento o al menos ese había pasado.

Después de tomarme mi primera copa y hablar un poco con los padres de la novia, después que sus consuegros me presentaran volvió a sonar una pieza que podía bailar pero esta vez tampoco tuve suerte.

Cuando quise localizar a Cristina otro buitre me había tomado la delantera, por suerte para mi había alguien allí que sin duda me venía que ni pintada.

Laura estaba dejando la copa en la mesa, y cuando paso a mi lado el agarre de la cintura, la tome una mano y le pregunte si bailaba. Ella solo me sonrió y nos fuimos a la pista.

No empecé a moverme hasta que por fin encontré el paso que debía de dar en la canción, en ese momento la cara que puso Laura y el resto fue de sorpresa, mientras la gente de la pista se movía nosotros bailábamos. Laura se dejaba llevar y yo no es que fuera profesional pero mis clases habían dado y sabía por dónde llevarla, incluso me atreví en un par de veces de casi dejarla tocar el suelo con la cabeza, cosa que la gente aplaudía y yo disfrutaba de la vista que en ese momento tenía de la chica.

Fue un baile de los que dejan marca, no sé cuántas veces vi un flash de cámara apuntarnos pero fueron un par, incluso los novios se pararon para animarnos.

De las veces que estábamos a escasos centímetros la cara vi que la chica tenía un brillo en los ojos que significaba que estaba más que encantada, y que si sus padres no hubieran estado a menos de 3 metros lo más seguro que nos hubiéramos liado allí mismo, pero esa posibilidad no la veía muy factible en esas circunstancias.

Termino el baile y estar bailando con una chica como Laura tiene sus consecuencias, estaba que rompía el pantalón del traje. Así que como pude la puse delante de mí y le dije que íbamos a la barra a pedir algo.

En la barra continuamos hablando y dejando que el tiempo jugara a mi favor y me dejara bajar la excitación que la niña me había producido. Pero no fue fácil, al igual que en la pista se acercaba demasiado para hablar conmigo y cada vez que lo hacía mis ojos se metían dentro de su canalillo y de ese sitio era difícil sacarlos.

Lo peor fue cuando me dijo que se iba a por el paquete de tabaco que saliera yo en cinco minutos al jardín.

Ese momento pude escuchar en mi cabeza un grito de triunfo, que menos mal que no di en alto.

Cuando iba a coger la americana del traje ya que me la había quitado para el baile vi como Laura hablaba con un chaval del grupo supuse que para pedirle fuego.

Me gusto muy poco que al salir estuviera el chaval aun allí hablando, después de mi baile por respeto podía haberse ido, dado que se veía o yo al menos veía que la chica estaba receptiva.

Pero el tío estaba borracho y aun así decía cosas graciosas que por momentos estaban eclipsando a mi baile, los dos se fueron juntando más para hablar y en ese momento decidí que era yo el que ya estorbaba.

Me jodia que después de haber casi conseguido a la prima del novio ahora un borracho y encima con novia, me la quitara.

Subí de nuevo al salón desde los jardines y en la ventana del descansillo de las escaleras les vi ya muy juntos, espere un momento más y zas beso al canto.

Lo único que podía hacer era una foto para un día quizás si me encontraba a la novia, decirle lo majo que era su novio. Después del beso veía como el vestido de Laura era acariciado por todas partes por ese pulpo, su culo, su espalda, por el costado bueno al final se dieron cuenta que ese sitio no era la mejor opción para liarse, así que desaparecieron y al irse por el camino les deje a lo suyo.

Volví a la pista, esta vez mi objetivo no eran las damas de honor, ni las jovencitas. Esta vez yo era el objetivo de las maduras. Las madres, amigas y demás familia de los novios con más de cincuenta me pedían bailes.

Supongo que fui la atracción de la pista, no me importaba quedaba cosa de dos horas para cerrar la barra y después de eso, media hora como mucho hasta que nos echaran. Termine con los pies destrozados después de cuatro bailes seguidos el Dj ya solo ponía canciones para que en cada canción una o dos personas bailaran conmigo. Estuve a punto de pedirle una comisión.

Al terminar el novio se abrazó a mí, y me dijo que sin duda ese era uno de los mejores regalos que le podía haber hecho, y que no sabía nada de mi actividad como bailarín. Una de esas cosas que no se cuentan cuando uno está obligado a ir a clases por su ex.

Me empezó diciendo que seguro que el mejor baile había sido con su prima, y yo le dije que seguro que había sido el mejor para ella, que la había dejado a punto para el siguiente.

Cuando me pregunto porque lo decía le pregunte si la veía por alguna parte, y me dijo que no desde hacía un rato. Después le pregunte por su colega y me dijo que imposible que estuvieran los dos juntos, que el tenia novia desde hacía años. Ante eso me empecé a reír y solo pude decir, que por supuesto las parejas son para siempre. Y al terminar le enseñe la foto. Su cara fue un poema no sé si porque no se lo esperaba o porque pensaba que estaba mintiendo.

En eso que la novia me pidió un baile, ya que era de las pocas que quedaba por no salir a la pista conmigo. Pidió la misma canción que había tocado mientras bailaba con Laura y entonces ya con la canción aprendida empecé a bailar con la más guapa de la boda, o al menos eso decía la norma. Mientras bailábamos vi que esta vez la que hacia las fotos del baile era Cristina, la novia me vio como de vez en cuando en cada uno de los giros que hacíamos la miraba, supongo que era algo evidente así que me corte un poco pero ya tarde, la novia se pegó a mí y me dijo que hiciéramos un par de poses que salieran bien en las fotos, por supuesto con la pequeña prima me arrimaba más, e intentaba agarrar más. Se ve que el vestido de color blanco me hacía alejarme más.

Ya cuando termino la canción me dijo que el siguiente baile que lo bailara con Cristina que le había comentado que tenía envidia de todas las mujeres de la sala, porque con ella un no había bailado. Bueno ni con ella ni con Fátima, que había estado bailando con su novio y con el novio únicamente. No sé porque aún estaba prendado por esa chica, bueno si lo sabía, porque estaba buenísima.

Termino la canción, y empezó una de Lady gaga, que aunque me gusta no era el estilo para pedirle un baile a Cristina. Pero fue ella la que se me acerco, se puso a mi lado y empezamos a bailar como si se tratara de una discoteca, lo bueno de ese baile que veía lo bien que se movía ella y claro fue verla mover las caderas, girar su melena y pensar en ella en una cama del hotel y yo debajo. No sé porque me pone más la postura de la chica encima, supongo que por morbo de verla botar encima de mí.

Solo sé que mis pensamientos me estaban traicionando y de nuevo se empezaba a formar en mi pantalón una carpa. Afortunadamente por la poca luz que había y que el pantalón era negro se disimulaba mejor, pero tenía que intentar bajarla porque sabía que la canción iba a terminar y si la siguiente era lenta, Cristina se pegaría a mí y yo a ella.

Y casi acierto no fue una lenta, fue un merengue para bailar sin estar pegados pero moviéndonos alrededor y poder disfrutar de sus caderas.

La pieza no me defraudo y a los presentes tampoco, lo malo que toda la familia de Cristina nos estaba mirando y grabando, estoy seguro que si de un crimen se hubiera tratado habría evidencias desde todos los ángulos.

Ese comentario se lo dije después de terminar de bailar y así como fue que empezamos a hablar en la barra. No iba a hacer como con Laura y dejarla que se acercara otro.

Estábamos en la barra y como si fuera un perro guardián, vigilaba a todos los chacales que podrían intentar acercarse y arrebatármela. Por suerte Cristina no fumaba y creo que de verdad le gustaba mi conversación por lo que aunque vino un amigo del trabajo de su primo, le dijo amablemente que se quedaba conmigo. Mire a la cara al pedazo de buitre y solo con la mirada me entendió, (no vuelvas)

Seguimos hablando y bueno la pista de baile se puede hablar pero no es el mejor sitio, salimos al photocall donde aún había gente que se estaba haciendo las fotos de broma nos juntamos con ellos para hacer un poco el tonto y después , en un par de ellas nos pusimos con la cámara de Cristina nosotros solos, en una me puse a cuatro patas y ella montándome con un sombrero de vaquero, otra me ahorcaba con un collar hawaiano, la última que salió fue en la que los dos mordíamos una rosa pegados como si fuera un tango. Y en el momento cuando ya salto el flash y nos quitamos la rosa de la boca la cogí por la nuca y la bese.

CAPITULO 3: Bailes horizontales y verticales.

No sé si en ese momento pasaba alguien por allí, sé que la muy cabrona con el mando de la cámara aun en la mano empezó a hacer fotos a ese momento.

Intente un segundo beso, bueno mejor dicho morreo como el anterior, pero me dijo que no era el sitio.

Justo en ese momento pasaron sus abuelos, también los abuelos del novio y afortunadamente no nos dijeron nada. En cuanto se fueron pensé que podía hacer para continuar con el momento, pero se me adelanto. Salimos a los jardines donde no hacia ni una hora la otra prima me había dejado con una sensación de fracaso y se había ido con otro amigo del novio.

Pero ahí estaba yo, ahora con una sensación de triunfo y con el mismo camino que recorrer pero con otra persona. Una cosa era segura los baños del sitio de una boda no eran el mejor sitio para liarse con prima más guapa del novio, solo podía haber un sitio peor y era en la pista de baile.

Volvimos a la pista a que recogiera el bolso que tenia de mano, primero entro ella y después entre yo un rato después. La vi coger el bolso y hablar con la novia, y momentos después las dos me miraron, yo estaba en la barra pidiendo dos copas de champagne, sabía que se podía porque antes el padre de la novia fue a brindar con el padre del novio, y al brindis se refirieron con un “por fin los hemos casado”.

Después de que Cristina viniera y le diera la copa me pregunto por qué brindábamos, a lo que le conteste que porque la noche siguiera tan bien como hasta ahora.

Me miro dándome la razón y de un trago nos bebimos la copa, me dijo que saliéramos fuera y así lo hicimos.

Salimos a los jardines caminando, más que nada para quitarnos el calor de la sala y porque supongo que un pequeño paseo para descubrir ese pequeño jardín y sus recovecos nos vendría bien. Y sobre todo para empezar a hablar.

Cristina había venido desde Barcelona a la boda porque estaba estudiando un master, le quedaban ya pocos meses para volver, y lo más seguro empezar a trabajar en la empresa de los tíos.

Continuamos hablando y ya casi habíamos llegado hasta el final de los jardines cuando se descalzo, en una mano llevaba los zapatos de tacón y la otra me la cogió mientras caminábamos por entre unos árboles que separaban el jardín de la piscina, no fue un sonido claro pero de fondo escuchamos un ruido leve pero rítmico.

Era en la caseta del socorrista, aunque difícilmente pudimos acercarnos por detrás sin que nos escucharan ni desde la caseta ni desde el camino que acabábamos era posible que nos vieran, nos pusimos detrás de un seto y fue entonces cuando lo vimos.

La pequeña prima, la cual puedo decir después de verla en ese instante que sus tetas no eran para tanto, al menos no tan grandes como yo pensaba, aunque he de decir que con el ímpetu con el que la estaban follando y ver sus pezones tiesos no por el frio sino por los pellizcos que le habían dado o quizás eran los restos de mordiscos, se veían grandes y tiesos. La pequeña estaba siendo follada por el amigo borracho del novio, el cual la estaba empotrando desde atrás, sacando su pequeña polla de ese coño jovencito. No sé qué me dio más pena, si verles a los dos borrachos follando o verles follando en la caseta del socorrista. Aunque es verdad que el momento me encantaba, no es que sea un voyeaur pero la escena me molaba, sus pelvis chocaban haciendo el ruido rítmicamente que habíamos escuchado, para ser la primera vez que follaban, o al menos eso pensábamos estaban bien sincronizados.

Y es que a lo mejor ese que estaba detrás de ella agarrándola de la cintura y golpeando sus glúteos podía haber sido yo, si el universo me hubiera hecho a mi fumador también, pero no, ese no era yo.

Después del tiempo que había pasado desde que se fueron ese podía haber sido su tercer o cuarto polvo pero por las marcas de agua que iban de la piscina, la ropa que había en la puerta y por el pelo mojado de ella, lo más seguro que se hubieran metido en el agua a darse un chapuzón. Con lo que no contaba era con que Cristina estuviera tan caliente.

La mano que me tenía agarrada la mano se separó y fue a mi nuca, pensé que me iba a besar, pero lo que estaba era acercando mi cabeza y girándola para decirme algo al oído.

Mis ojos se abrieron como platos, los pelos de los brazos se pusieron de punta y mi cabeza empezó a procesar lo que acababa de decir. “cógele la ropa y vamos a colgarla en la silla del socorrista”

Supongo que se refería a la ropa del chico, porque la de ella ya iba a ella a por ella, no sé cómo salió de entre los arboles sin manchar el vestido, pero mientras con una mano sujetaba su falda con la otra estaba llevándose la ropa interior de Laura.

Yo me acerque detrás de ella y le cogí los pantalones, pero en último momento los deje y solo cogí la camisa y la corbata.

Cuando nos fuimos la parejita aún estaba dándole al tema, los ruidos rítmicos bajaban de intensidad los jadeos de Laura cada vez que la penetraban, y de leves habían pasado a ser más altos, supongo que ya les quedaba poco tiempo para llegar al clímax y después ver que les habían robado la ropa. Bueno no robado, solo cambiado de lugar.

Nos fuimos de la escena tórrida habiéndoles gastado una pequeña broma, y sin duda aguantándonos la risa, aunque yo me había aguantado también otras cosas.

Llegamos a la entrada del parador, el primer autobús se había ido, los padres de Cristina ya se habían ido, pero estaban seguros que ella cogería el siguiente al hotel de la ciudad donde se habían alojado los tres. Cuando llegamos a la pista de baile aún quedaban unos pocos de los mayores, por no decir que estaban durmiendo en los sofás.

Los pocos amigos que aún quedaban no bailaban, solo hablaban entre ellos, los novios iban pasando de una charla a otra, Cristina se acercó a su ahora prima política y no sé cómo lo hizo pero todos los amigos se pusieron de acuerdo para apagar las luces de la pista y esconderse, no pasaron ni dos minutos cuando vimos a dos personas que venían entre los matorrales uno sin camisa y la otra aunque no se veía sin ropa interior. Y eso que les dejamos la ropa bien cerca

Cuando se acercaban a la disco, el ventanal se ilumino de todos los flashes que saltaron, por un momento la pista volvió a iluminarse. No sé si del susto o seria el alcohol Laura se tropezó y se calló al suelo el vestido se le bajo y puede que en alguna foto aparecieran sus perfectos pechos al aire.

Las novias de los chicos, sus primas incluso la novia pensaron que pobrecilla. Pero seguro que los chicos pensaban cosas diferentes. Por un momento me fije no en los pechos de Laura, que ya había visto sino en la cara de Cristina. Era de satisfacción, de superioridad, no sabía porque pero sin duda había algún motivo oculto.

Mientras el resto de personas salía a hablar con la pareja dejándoles un poco de espacio para que se repusieran del susto, Cristina atravesó la pista hasta la puerta que daba acceso al hotel y me llamo, con el dedo fue un gesto sutil, y cargado de erotismo, una luz violeta de fondo hacia que su vestido resaltara y el movimiento de su pelo al darse la vuelta y seguir la luz me cautivo.

Me escabullí de entre los que quedaban el único que se quedó mirándome como me iba fue el novio, su único gesto fue con la mano izquierda juntar los dedos pulgar e índice mientras el índice de la mano derecha entraba y salía una y otra vez.

Ya no lo vi pero me imaginaba que había una sonrisa en su cara mientras seguía a prima.

Me iba sin despedirme de los novios, aún quedaba más o menos una hora hasta que se fueran a la habitación y el la cogiera en brazos para pasar juntos a la habitación, bueno quizás eso fuera muy romántico para mi colega.

Cristina me esperaba ya en la recepción, supuse que había dejado algo en recepción, un abrigo, las llaves del coche, aunque no creo que ninguno estaba en condiciones de conducir. Pero no era así, estaba hablando con el pobre recepcionista del turno de noche.

- Como que no tienen ninguna? –Pregunto Cristina sorprendida.

- No señorita, solo tenemos tres suite y están ocupadas.- contesto el joven recepcionista intentando no penetrar con su mirada al escote de mi acompañante, aunque sus ojos lo intentaban.

- Pues una habitación, la que sea, pero con cama grande.

Me miro y me dijo que necesitaba un poco de calma después de esa noche. Y cogiéndome la mano me recalco lo de después de esa noche.

Se ve que el joven estaba buscando una que cumpliera con las expectativas mientras nosotros nos desesperábamos en ese momento.

Después de darle el DNI de ambos y que ella pagara (no me dejo ni sacar la tarjeta) subimos en el ascensor. No sé cuál de los dos estaba más caliente, pero los puntos por sacarse el minúsculo tanga en el ascensor y metérmelo en el bolsillo creen que la daban a ella como ganadora.

Entramos en la habitación, y antes de que pudiera si quiera cerrar la puerta ya nos estábamos besando.

Me dejo en el pasillo mientras como me imaginaba tomaba el mando de la situación, se subió a la cama, y de frente a mí, llevo sus manos a la parte de la espalda de su vestido, podría haberme pedido que se lo desabrochara, pero le fue más que sencillo quitárselo ella misma.

Si con el vestido era una preciosidad sin el aún más. Y es que si hubiera una escala para medir lo sexy que estaba la hubiera roto por completo. Llevaba un conjunto negro precioso, o al menos lo que quedaba sus medias terminadas en un liguero y el sujetador de encaje me volvió loco en un instante. Y claro ver ese pequeño coño totalmente expuesto, brillante y con una pequeña tira de pelos encima de los labios me puso muy muy caliente.

- Que haces aun vestido? – Me dijo mientras ponía los brazos en la cintura y quedándose en esa pose, como si me pidiera explicaciones por algo que hubiera hecho mal.

- Creo que el tonto. – y se empezó a reír, y yo a quitarme el traje.

Me desnude tan rápido y con tan poco sex-appeal que casi me bajaba la excitación, pero fue mirarla a la cara, esa cara de picara de deseo, que mi excitación fue en aumento y cuando me quede en los bóxer me subí a la cama.

Y allí estábamos los dos, en la cama pero separados por un brazo de distancia. Los ojos de cada uno iban barriendo el cuerpo del otro, al final los dos nos paramos en los ojos del otro, al final fue ella la que se acercó, paso sus brazos por mi cuello y nos besamos como se besa la primera vez, con cuidado de recordar el momento, con ganas de saborear los labios del contrario. Sin duda ha sido el beso más largo que he dado y el que tengo en la memoria cada vez que quiero recordar sus labios. Ni sus manos ni las mías se movieron hasta que nuestros labios se despegaron.

Después de eso fui bajando por su cuerpo, primero me concentre en su cuello, si alguna vez había soñado con ser un vampiro por la inmortalidad más que nada, esa noche lo hubiera sido por morder ese cuello blanco y alimentarme de ella.

Pero en vez de quedarme en el cuello y succionar, baje un poco más abajo, su sujetador de palabra de honor me ocultaba unos de sus encantos, así que sin poder remediarlo sin desabrocharlo y sin consultar se lo deje en la cintura, me miro rara, supongo que no esperaba tanta brusquedad pero estaba tan caliente y sus pechos me pedían a gritos amasarlos, besarlos, chuparlos y morderlos que no me contuve.

Los acaricie suavemente mientras me hacía un mapa mental de cómo eran, los fui besando hasta llegar a la aureola, la cual empecé a lamer en círculos que pusieron a tono a Cristina. Y por fin cuando sus pequeños pezones empezaron a hincharse los fui mordiendo para que se pusieran duros y grandes.

Me despegue de ella para poder ver totalmente como estaban los pechos. Y después volví a comérmelos mientras me ponía de rodillas para el siguiente plato el cual ya estaba esperándome sin nada que me impidiera empezar a devorarlo.

Con los besos y caricias que había recibido Cristina su excitación iba en aumento y ello se notaba en los labios que estaban a la altura de mis ojos, y no precisamente los que tenían carmín. Estos tenían un pequeño bigote encima de ellos pero eso aun los hacían más excitantes. No lo dude y los fui abriendo con mi lengua, metiéndome entre sus pliegues sin buscar nada, solo para que mi saliva fuera entrando y mi lengua probando su sabor.

Primero fueron lengüetadas con la punta y después fueran con toda la lengua. Con mis manos abrí un poco para ver como su coño se mojaba más y más. Después de unas pocas maniobras Cristina se tuvo que tumbar y fue cuando pude ir a buscar su centro de placer y pasar de degustar a comer. Y es que empecé a comerle el coño que no tenía piedad, después de lo bruto que estaba no iba a separarme de ella hasta que se corriera, pues sabía que ella también estaba caliente, puede que más que yo.

Puede que pasaran cinco o quince minutos hasta que por fin paso de sus gemidos a palabras sin sentido, y de esas palabras a gritos de excitación. Por fin logre que arqueara su espalda y me empapara con su corrida. Decir que había llegado al orgasmo era quedarse poco, no sé si sería el primero que le hacían solo comiéndole el coño, pero para mí era el primero que hacía, y me sentía orgulloso de la conseguirlo haciéndola gozar tanto.

Me levante y me puse a su lado mientras Cristina aún se intentaba recuperar de su orgasmo, tenía los ojos muy abiertos y aun respiraba bocanadas. Me acerque y le mordí la el lóbulo de la oreja y le bese el cuello para que empezara a reaccionar.

Se volvió hacia mí y me beso, saboreando ella misma sus propios jugos que hasta entonces solo había degustado yo. Al principio fueron solo piquitos, besos de un milisegundo porque aún estaba recuperándose de los efectos del orgasmo, pero después se tumbó encima mía, y los besos ya fueron de lengua y minutos. Yo solo podía amasarle el culo y notar como su humedad se empezaba a escurrir por mi cintura.

Fue ella misma la que empezó a ir bajando por mi cuerpo, al igual que yo fui besando su cuello ella empezó así, pero al parecer ella tenía más de vampiresa que yo y sí que me hizo un buen muerdo para la posteridad. Note sus dientes al igual que sus labios y por ello se ganó un azote en el culo. No se lo esperaba y separo sus labios de mí, se medió levanto apoyando sus manos en el colchón y con un movimiento se cambió el pelo de lado, sus ojos y los míos se quedaron fijos un segundo y sin hablar nos dimos explicaciones con ellos. Ella diciendo que era una chica mala y que me marcaba porque era suyo, yo mostrando mi autoridad que si hacia algo mal iba a castigarla.

Después de esa breve pausa volvió a besarme y a bajar, cuando llegaron sus labios a mi nuez de adan ya note como sus labios vaginales tocaban con mi pene, ella también lo noto y subió y bajo para que nuestros sexos se rozaran. Cada vez que mi glande tocaba sus labios mi impaciencia aumentaba, tanto que ya no pude más.

Sabía que ella lo que quería era devolverme el favor, pero soy un chico muy educado que no hace falta devolverme un favor cuando los que yo hago es altruista del todo.

Así que la tome de la cintura la subí de nuevo para poder besarnos y sin que pudiera resistirse la coloque en la cama y yo me puse encima. Ahora mi pene no solo la estaba rozando sino que poco a poco iba abriendo sus labios. Solo fue el roce no se la metí, me separe un momento a coger el condón que ya tenía preparado. Mientras me lo iba poniendo Cristina fue colocándose mejor, la almohada fuera, las sabanas al suelo, la cama despejada solo nosotros en ella. Cuando volví a tumbarme ella se puso encima, estaba claro que como no le había dejado devolverme el favor iba a tomar el mando de la situación. Se sentó encima de mí, una pierna a cada lado de mi cintura y sus manos en mi pecho.

- Sabes que te iba a devolver el favor? Me dijo mientras jugaba con los pelos de mi pecho entre sus dedos.

- Puedes hacerlo después. Que no me voy a ir a ninguna parte.

- Quería probarte, saber si tu polla sabe tan bien como tus besos.

- Ya, pero es que me tienes tan caliente que no puede esperar a follarte.

- Pues no me vas a follar, voy a ser yo quien te folle.

Y dicho eso se colocó mi glande a la entrada de su coño y fue bajando poco a poco hasta metérsela, primero paro cuando se metió el glande, y poco a poco y viendo que su lubricación era suficiente fue bajando poco a poco, ponía cara de gusto y de dolor, cuando se hubo acostumbrado a ella empezó a subir y bajar.

Por lo que me dijo desde que estaba en el master no había tenido sexo, de eso hacía ya casi un año. Supongo que volver a acostumbrarse a un trozo de carne que la penetrase se le hacía un poco costoso.

Sus gemidos y sus caras eran para grabarlas en la memoria, porque invitaban a excitarse aún más.

Cada vez que subía y bajaba notaba como su coño me apretaba la polla, no recordaba esa sensación. Puede que no fuera un experto en mujeres porque a fin de cuentas habían sido unas pocas de las cuales una fue durante diez año, la cual poco cambio durante esos años, pero la había desvirgado y aun así este coño superaba todo lo que sabía.

Me hice una nota mental, de cuánto tiempo desaprovechado y cuantas cosas me había perdido por haber tenido una única novia, para que al final me hiciera lo que me hizo.

La verdad es que no sabía si ella era una experta o mi novia había hecho de mi un saco de patatas, supongo que algo de las dos. Mi ex no se movía como ella en la cama, y aunque al principio de la relación lo hacíamos donde nos daba el apretón al finalizar, como ella ya iba servida lo hacíamos lo más convencional posible, un misionero y la siguiente vez ella encima.

Pero Cristina era totalmente distinta, llevábamos algo menos de una hora en la cama y sin duda no nos podíamos estar quietos. Habíamos empezado con ella encima, cosa que me encanto al poder ver esos pechos balancearse con cada contoneo que daba, y poder apretarlos mientras notaba mi polla desaparecer en su coño.

Después cuando se cansó de subir y bajar me había pedido que trabajara yo un poco, y yo ante esa orden solo pude poner firme al soldadito y acatarla.

La coloque debajo de mí, la garre de los muslos para atraerla hacia mí y coloque sus piernas a ambos lados de la cintura para poder mover yo la cadera.

Muchas chicas piensan que lo importante es el tamaño, eso es obvio, pero además de acompañar al tamaño hacen falta también unos buenos riñones, o mejor dicho una buena cadera para hacerle el juego al aparato. En mi caso mi falta de pollon lo suplía con una buena cadera que me hacía durar lo que yo quisiese, claro dependiendo del ritmo que tuviéramos.

Y este polvo era un ritmo bajo, de sentir mucho y aguantar hasta que pudiéramos. Estaba claro que yo aguantaba y que a ella poco a poco empezaba a notarse como su excitación la estaba llevando a un punto sin retorno. No llevaba mucho más tiempo del que ella había estado encima de mí, cuando note que sus gemidos ahora eran gritos, que sus manos antes agarradas a mis brazos para no moverse tanto en la cama ahora sujetaban las sabanas con fuerza, y como sus piernas me habían aprisionado y no me dejaban casi espacio para poder moverme.

Si estaba cerca de correrse quería acompañarla en ese instante. Así que me tumbe encima de ella, con mis brazos aun apoyados en la cama, pero con una postura más parecida al misionero.

Mis labios buscaban su cuello y los de ella se habían colado en mi oreja, me lamia el lóbulo y me metía la lengua por el conducto. Puede sonar un poco asqueroso pero en ese momento me puso a mil. Tanto que acelere el ritmo, ya no era aguantar ya era salir a explotar y si podía ser al mismo tiempo que ella mejor.

Cristina noto mi cambio de ritmo y no pudo tardar menos en sentir como su orgasmo se acercaba, me susurraba al oído que se iba a correr, que le venía, que estaba en el cielo.

De sus UMH, SIIIII!!!!!! Paso a sus AAAAHHHHHH, AHHHH AAHHHHHH, AAAAAAAAAAAAAAAAHHHH

La explosión fue inmediata, su cuerpo se relajó de golpe, su pecho dejo de subir y bajar por su rápida respiración para quedar casi parado. Sus piernas dejaron de apretarme para quedar abiertas y femeninas con los músculos relajados. Sus ojos que hacia un momento casi se daban la vuelta en el momento del orgasmo me miraban con dulzura como la primera vez que recuerdas ver los regalos de papa Noel.

Al salirme de ella note como mi erección había dejado de estar plena, el condón antes tan estirado estaba más que arrugado, la cantidad de semen no es que fuera grande pero si mal no recordaba me había hecho una paja el día de antes, por lo que aun así la cantidad me pareció aún más que de costumbre.

Me senté en la cama para quitármelo y que no se me cayera en la cama y cuando le hice el nudo y lo deje en el suelo me incorpore al lado de Cristina.

La verdad es que fue ella la que rompió el hielo del momento, no fue para decirme que había sido un tigre ni que tenía que mejorar aspectos, solo me pregunto si quería algo del mini bar. Que había que reponer líquidos.

Nos tumbamos en la cama mientras ella bebía una botella de agua y yo una coca cola. Empezamos a hablar de cosas hasta que un segundo en vez de mirarla a la cara la mire a su coño aun sudoroso y se me empezó a poner tiesa la polla.

Al darse cuenta me pregunto si estaba dispuesto al segundo. No la respondí, solo me acerque a besarla para empezar el calentamiento de nuevo. Cuando nos separamos yo ya tenía la polla como un mástil y ella la tomo y me dijo, esta vez a pelo. Tomaba la píldora para regular el periodo y los dos estamos más que sanos.

Esa mañana, acabamos con tres y por supuesto hubo más pero esa será otra historia.

Una extraña salida con mi marido

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En cierta ocasión mi marido me invitó a tomar una copa en un bar, la verdad no soy muy buena para tomar, lo que si es que el alcohol me pone muy caliente, yo creo que soy una excelente inversión, con muy pocas tragos, mi marido puede tener una excelente puta sin necesidad de gastar mucho. Por el contrario mi esposo es muy bueno para tomar, puede beber por largo rato y casi nunca lo he visto en mal estado; lo que si es que tiene todo un tema con el baño, una vez que bebe tiene que estar constantemente visitando el sanitario

Como mi marido no tiene problemas en exhibirme y a mi me encanta hacerlo, pues aprovecho estas ocasiones para vestirme sexy y captar miradas

Ese día escogí un short de mezclilla corto y entallado, la prenda se metía disimuladamente en mi culo y me hacia ver unas nalgas bastante pronunciadas, para la parte de arriba tomé una blusa de botones, la blusa dejaba ver mi ombligo y los botones me hacían enseñar solo el borde de mis senos; para ser sincera me sentía bien buena y no me daba pena mostrarlo

Llegamos al lugar y tomamos una mesa, la verdad mi marido me encanta, lo malo es que soy demasiado puta, me gusta platicar con él, salir y coger; me la estaba pasando muy bien y ya medio tomada estaba entrando en ambiente.

A mi marido le encanta que use ropa interior sexy, siempre uso tangas por lo mismo, luego le gusta que se me noten los tirantes de mi tanga por encima de mi pantalón o falda, así que casualmente a medida que avanzaba la noche y de repente me daba algún beso, me tocaba el culo y sacaba mis tirantes de la tanga para que estuvieran a la vista, yo me dejaba hacer y me encantaba.

No soy tonta y me doy cuenta cuando estoy siendo blanco de miradas y cuando no, ese día en especial la mesa de enseguida nuestro estaba muy activa con las miradas, se trataba de una mesa de tres hombres ya maduros, no se veían muy finos, estaban un poco pasados de peso y eran bastante ruidosos.

Desde donde yo estaba la mesa de los vecinos me quedaba de frente, mi marido les daba la espalda, así que ellos aprovechaban la oportunidad de dedicarme constantes miradas.

En un momento dado tuve que ir al baño, el lugar estaba lleno y el llegar ahí y regresar era toda una odisea, sobre todo para ir al sanitario de la mujeres, el cual tradicionalmente se llena aun más, como pude llegué, al salir el pasillo estaba lleno y me topé de frente con uno de los tipos de la mesa de enseguida, me miró y me sonrió, yo lo ignoré y trate de pasar, el tipo no se movía y yo lo tenía de frente, a pesar de que el pasillo estaba lleno, con un esfuerzo de su parte fácilmente podíamos haber transitado él y yo sin problemas, pero no lo hizo, así que tuve que pegarme a la pared lo mas que pude y tratar de pasar.

Así lo hice, pero el tamaño de mis senos me jugaron una mala pasada, así prácticamente le embarré mis tetas contra su pecho, quedando nuestras caras muy cerca, él sintió a la perfección la textura de mis senos y solo se limitó a sonreír, a mi esto me causó mucho coraje, al final no puede salir de la situación como lo hubiera querido.

Regresé a la mesa y al poco rato claramente vi al tipo, riéndose con sus amigos, supuse con certeza que estaba presumiendo lo que acababa de suceder, lo cual me hizo hacer un coraje mayor, pasó un poco mas de tiempo y volví a mi asunto con mi esposo, dejé de lado el tema y me volví a concentrar en pasármela bien.

Nuevamente tuve que levantarme para contestar una llamada que estaba esperando, así que me dirigí al baño, ya que ahí se podía escuchar mejor, de regreso otra vez la misma historia, el mismo tipo y la misma situación, lo miré con enojo, a diferencia de la vez anterior cambié de estrategia y traté de pasar de frente a la pared, fue un grave error, me ha metido una manoseada descarada, sentí claramente sus mano sobre mis nalgas e incluso alcanzó a rozarme con su verga; su triunfo era completo, primero con mis tetas y luego con mi culo.

Estaba roja del coraje, mi marido me preguntó si todo estaba bien y yo contesté que no había problema, que solo es que había mucha gente y no podía escuchar bien.

El problema fue que mi marido una vez que va al baño por primera vez, tiene que ir constantemente; sucedió su primera visita y con ella vinieron varias.

Mi marido se levantó al baño y en cuanto me quedé sola en la mesa las miradas continuaron más intensas, de repente mi acosador se levanta y se acerca a mí

- Hola preciosa

- Que tal

- Solo quise decirte que estas buenísima, eres por mucho la mejor vieja de todo el lugar

- Es todo?? Se puede retirar?? mi marido no tarda en llegar.

El tipo solo sonríe y regresa a su mesa, yo me quedo verde del coraje esperando a mi marido, él regresa y seguimos platicando, pedí una margarita, esta bebida me encanta por su sabor y porque tradicionalmente son muy ligeras. Al retirarse puede ver de reojo que la gente de la mesa de enseguida le llama al mesero, el cual compartíamos ambas mesas y mi acosador le dio algunas instrucciones.

Seguimos tomando y mi marido me besaba esporádicamente, me encantan sus besos, realmente me la estaba pasando bien, me relajaba y sentía el efecto de las margaritas en mi cuerpo, poco a poco me estaba desinhibiendo.

Nuevamente mi marido debe de levantarse al baño y otra vez la misma historia:

- Hola otra vez

- Hola

- Te he dicho en los últimos minutos que estas buenísima?

- Si gracias

- Me encantaría poderte invitarte a salir un día de estos, puedo?

- Soy casada

- No te pregunté tu estado civil, te invite a salir

- Soy casada; solo salgo con mi marido

- Entonces tendré que buscar la manera de estar contigo a espaldas de tu marido

Se retira y otra vez la misma dinámica otra Margarita, algunos besos y yo me empezaba a calentar, nuevamente mi esposo debe levantarse al baño

- Deberías de estar mas contenta, salir y bailar, así todos podríamos ver mejor tus encantos

- Si como no, por favor ya déjame en paz, no quiero problemas

- Sólo quiero decirte que se ve que te encanta la verga y que la mía está estallando nada más de verte

Me quede helada, solo alcance a decir:

- Que te pasa pendejo??, no te me vuelvas a acercar o dirigirme la palabra, en tu vida vas a tener a una mujer como yo

- Tal vez

Y se marchó, sin inmutarse y tan tranquilo. Mi marido regresa y seguimos platicando yo realmente me estaba poniendo muy cachonda, no se si por el alcohol o por las caricias de mi marido pero caliente ya estaba.

A la siguiente vuelta al baño de mi marido, otra vez lo mismo, sinceramente yo pensaba que después de mis palabras me había deshecho de este tipo, pero parecía no tener límite y una decisión a toda prueba.

-Oye te puedo preguntar algo?

- Mmmh

- Sabes que hace poco fui al doctor y me dicen que me faltó calcio, al parecer mi mamá no me dio suficiente leche materna, crees que puedas ayudarme?? Es una noble causa, puedo morir por ello

La verdad es que no sé si sean las copas pero el comentario me causó gracia, me encantan los piropos, traté de mostrarme molesta pero no pude evitar esbozar una sonrisa

- No gracias, tendrás que buscar otra candidata

- Tu te lo pierdes, tal vez al final del día pienses distinto

- No creo

Al regresar mi marido ahora tenía que ser yo la que tenía que ir al baño, traté de aguantarme pero era imposible, me levanté y a salir me topo a mi acosador nuevamente de frente, y ahora? Por adelante o por atrás?? Que espectáculo le voy a dar??

Instintivamente le di la espalda, no se si la calentura, la simpatía de su ultimo piropo o porque realmente creía que el menor daño se daba dando la espalda. Nuevamente la manoseada y me restriega su paquete, el cual ya sentía un poco duro, sólo que esta vez el sentimiento no fue de enojo muy a mi pesar me gustó, la verdad es que no sé si en algún punto paré un poco mis nalgas.

Regresé y le pedí a mi marido que nos fuéramos, la situación no me gustaba y la verdad yo ya estaba lista para coger, así que qué caso tenía seguir ahí, por qué no mejor ir a casa y coger como merecíamos?

- Por favor vámonos, estoy caliente y quiero verga mi amor

- Espérame tantito, me tomo ésta y pido la cuenta, mientras voy al baño

- Otra vez?? No puedes ir en la casa

- Ya sabes como me pongo cuando tomo

Nuevamente mi “amigo” regresa a escena

- Al parecer tu marido quiere que te siga buscando

- Si verdad

- Me encantan tus nalgas, no me las quieres enseñar??

- Y para que quieres que te las enseñe, si ya las manoseaste todas??

No sé porque dije esto, él suelta una carcajada y me dice:

- Mira vamos haciendo algo, si te desabrochas un botón de la blusa, no regreso, solo por el gusto de verte mejor las tetas

Mi marido regresa y yo me quedo pensativa, si me desabrocho el botón será bueno o malo? Le quiero dar un panorama mejor de mis tetas? Cumplirá su palabra o solo esta jugando conmigo? Quiero que me deje en paz??

Al final decido, realmente sigo caliente y me suelto un botón, la blusa era traicionera y ese botón hacia toda la diferencia, con esto daba un panorama excelente de mis senos, vi sus miradas y me gustó.

Le pedí nuevamente a mi marido que nos fuéramos, quería intentar que no me gustara lo que estaba pasando y lo que estaba sintiendo, mi marido pidió la cuenta, al querer pagar el mesero nos dice que no estaba funcionando la terminal bancaria y no pasaban la tarjetas de crédito. Mi esposo se molesta y pregunta que como puede ser, le piden disculpas, pero no hay nada que puedan hacer por él, la situación era por demás desagradable, y ahora que hacemos??

El mesero nos dice que puede uno de nosotros ir a un cajero, sacar dinero y pagar, no hay otra opción y mi marido nunca me dejaría ir sola a una cajero en la madrugada a sacar efectivo, con mucho coraje me pide que espere, como el cajero no está cerca, la espera puede ser de hasta una hora en ir y volver

La situación me preocupa, si con mi marido enfrente este tipo no tiene límites, que va pasar sin él? Mi marido me da un beso y se despide, yo me quedó con una sensación combinada entre caliente y asustada, creo que lo segundo más que lo primero.

En cuanto me quedo sola, mi acosador regresa y se sienta en la mesa

- Quien te invitó a sentarte? No me dijiste que no ibas a regresar? Yo cumplí, tu no

- Tienes razón, paro lo he hecho por una cuestión de principios

- Principios??

- Claro, una mujer como tu no puede estar sola, hay aquí muchas cabrones que pueden querer abusar de ti, así que estoy aquí para defender los intereses de tu marido, no por gusto sino por una obligación de caballero

No pude evitar volver a sonreír

- A si, y de ti quien me cuida?? Si eres el peor de todos

- Es un riesgo que debes de correr, como te llamas?

- Dani, pero por favor vete, no es correcto que este aquí

- Me voy pero ahora si con una última condición y ya no regreso

- Y cual es?

- Que vayas al baño y te quietes el sostén

- Estás loco

- Tu dices

Se levanta y me quedó sola, caliente y con ganas de que llegara mi marido, no sé porque pero me levanté al baño, en el baño pensé en quitarme el sostén, fui fuerte y no lo hice, a la salida nuevamente mi amigo, ahora no hubo corajes ni dudas, me di la espalda y pasé detrás de él dándole la espalda, solo que ahora justo cuando estaba en la posición ideal para que su verga rozara con mi culo, me detuvo y así duramos algunos segundos yo sacando las nalgas y él arrimándome su verga.

- Regresa al baño y quítate el bra

Dudé un poco pero lo hice, regresé al baño y me quité el sostén, mis tetas se veían hermosas, grandes y mis pezones evidenciaban mi calentura, regresé a la mesa y me decepcioné un poco al no ver a mi amigo quien ya me estaba nuevamente en su mesa, me desconcerté, pues qué no se había sentado conmigo?? Por qué regresaba con sus amigos, y ahora que hacía??

Regrese a mi mesa, para mi sorpresa, ahora no me hacían caso, justo estaba hecha ahora una puta, había hecho lo que me pedía y ahora cuando tenía avances conmigo me dejaba así, sería capaz de dejar a su presa justo cuando ahora tenia una posibilidad de cazarla??

Pasaron unos minutos y regresó, el corazón se me vino encima

- Ahora será al revés, la única manera en que regrese es que te levantes y comiences a bailar para nosotros, si no lo haces, no regreso

Seguí desconcertada, pero yo no pensaba, había pedido una última margarita para esperar a mi marido y me sentí mareada y cachonda, me levanté y empecé a mover el culo, me agachaba y ofrecía una excelente visión de mis tetas y de mi culo

Mi amigo se levanta de su silla y solo me dice: Ven. Me toma de la mano y me lleva a una oficina justo en el segundo piso del bar, al subir las escaleras me hace pasar primero y sé que al subir tiene una excelente visión de mis nalgas, no me importa y yo las muevo lo mas que puedo

Llegamos a la oficina y solo me empuja en un sillón, me pide que me desnude y así lo hago, no vuelvo a decir palabra.

Se saca su verga, no es nada fuera de lo común en tamaño pero es muy gruesa, yo estoy fuera de mí. Era gordo, no muy guapo, maduro; al mismo tiempo su verga era como él, ancha y tosca, me tenía caliente y totalmente entregada.

Comienzo a mamársela con fuerza y él solo gime y me dice:

- No que nunca iba a tener una vieja como tú?. Pues aquí te tengo hecha una puta y lista para que te coja; quieres verga??

- Si

- Si que?

- Si quiero verga, cogeme por favor¡¡

Al poco tiempo se sienta el sillón, se ve que desea que yo haga todo el trabajo, no sé si sea por su peso corporal o porque me quiere tratar como una golfa, primero lo cabalgo de frente, siento su verga gruesa dentro y me excita bastante, muevo mis caderas lo más que puedo y él toma fuertemente mis tetas con cada una de sus manos, la sensación es deliciosa, a pesar de que su verga no es tan grande no importa porque el grosor compensa muy bien el tamaño, estoy demasiado caliente, un orgasmo tras otro, no se que me pasaba, me sentía mojadísima

- Ahhhh que rico, más¡¡ mas¡¡¡

- Así te quería tener pinche vieja, mueve el culo

- Si que rico, que bueno que no dejaste de buscarme, que rico me estas dando¡¡

- Te gusta perra??

- Me encanta ¡¡¡ no puedo dejar de terminar¡¡

Con sus manos me toma de las caderas me coge fuertemente, yo busco su boca y lo beso con pasión, su aliento sabe a hombre y a alcohol, no es un sabor particularmente agradable pero es perfecto para la situación, todo en él forma parte de un mismo paquete, su aliento, su físico, su boca, su verga son excitantemente desagradables, son de macho, nada fino, nada elegante.

Al terminar grito sin pudor

- Mas¡¡, Mas¡¡ Así¡¡¡ Así¡¡¡ Eres un cabrón, que rico¡¡¡

Con una mano me jala el pelo y con la otra me da unas nalgadas durísimas, este cabrón que apenas hace unos minutos me causaba asco ahora me da un placer extraordinario, me siento humillada y sometida, yo podría haber escogido a cualquier cabrón del lugar y justo este tipo es el que me está sometiendo y tratándome como una puta vulgar

Mi pide que me levante y que cambie de posición, me indica que ahora me quiere coger de espaldas, él sigue sentado en su misma posición y yo soy la que debo de cambiar, mover el culo e insertarme su verga.

Lo obedezco, al salir su verga de mi cuerpo, la veo, fea y gruesa pero muy erecta y muy mojada por mis jugos, no puedo resistir la tentación de metérmela a la boca

- Te la puedo mamar antes corazón? Quiero limpiarla con la lengua antes de que me la metas nuevamente

Lo digo en el tono mas cachondo que puedo tener, como negarse a tal petición?, él solo asienta con la cabeza, su triunfo es completo¡¡ y yo que le gritaba hace unas horas que nunca iba a tener una vieja como yo¡

La mamo por rato y me encanta, mientras la tengo en la boca gimo, él sigue sentado y yo de rodillas, la mamo desesperada, al poco tiempo me retira y me pide que me la meta otra vez.

Me incorporo y me pongo de espaldas, me inserto nuevamente su verga y comienzo a mover mis nalgas, sé perfectamente que este cabrón quiere una mejor visión de mi culo y se lo voy a cumplir, pienso en mi marido y me imagino que me gustaría que me viera así, con toda la verga adentro y gritando como loca, me excito mas y ya no sé si es un solo orgasmo largo o se presentan uno tras otro, me considero muy caliente pero esto es demasiado

- Te gustan mis nalgas?? Agárreme el culo¡¡ es tuyo mi rey¡¡ Así me querías tener cabrón??

- Si

- Como le haces cabrón?? Me has puesto súper caliente¡¡ Ahhh¡¡¡

Lo intenso de la seducción previa hizo que la cogida no durara particularmente mucho, pero eso no importó estaba tan caliente que estuvo delicioso, el morbo de la situación me hizo terminar y gritar como una perra.

Al terminar me vestí rápidamente:

-Me voy, no tarda en llegar mi marido

Me dirigí a la puerta y antes de salir

- Oye tengo que confesarte algo

- Que pasa?

- Soy el dueño del lugar, las tarjetas de crédito no tienen problema

Solo sonreí y alcance a decir

- Cabrón

- Otra cosa, tus margaritas tenían una elemento “extra” que al parecer acelera el lívido, que conveniente no?

No sabía que decir, ni que hacer, al final solo salí corriendo y alcance a decir

- A ver que día de estos me das otra de esas margaritas….

Y lo mire con esa cara de puta que pongo cuando me pongo así de caliente, la verdad me había encantado, me fascina sentirme deseada y que alguien llegue a esos niveles para tener mis nalgas, es algo que me prende.

Una noche con mi rockstar favorito

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Eran las nueve de la noche y acababa de llegar a Alemania, hacia bastante frío, mucho mas al invierno del que estoy acostumbrada en España. En el aeropuerto un tío raro me recibio y me llevo a lo que sería mi nuevo hogar durante los proximos 3 meses o más si el trabajo lo requería.

Era un apartamento, ni muy grande ni muy chico, una sala con chimenea perfecta para el frío que aguantaría, una cocina, un baño y una habitación, al entrar solte mi maleta en la sala y me fui directo a la habitación, me eche cual vaca en la cama pensando en lo bien que la pasaría acá, prendi la tele sin importar que no entendía mucho tal idioma, fui a la cocina me hice un sandwich, tome una lata de coca-cola que había en la nevera y me fui a la cama, terminado el sandwich me dispuse a dormir, cuando depronto una llamada de lo que sería mi jefe me interrumpió.

-¿Si Diga?

- Elle Black, habla con Hank el gerente del Magazine Metal!, le damos la bienvenida a nuestro equipo de trabajo y esperamos que con sus entrevistas nos complasca a todos, su presencia en esta empresa es muy valiosa, y ya le tenemos asignado un trabajo.

Yo seguia muda, aparte de que el tipo este hablaba muy rápido y con un desgarrador acento alemán, tenia miedo de inmutarlo, su presencia ya sea por telefono se hacia notar, ¿Un trabajo? -Pero si acabo de llegar tíos… pero bueno al fin y al cabo para eso estaba allí…eso y conocer alemanes jaja. Me dije a mi misma.

- ¿Un trabajo? ¿De quien se trata?

-Bueno en estos días se celebrara un festival de Metal cerca a la ciudad y necesitamos que nos haga un reportaje del evento y preferiblemente una entrevista a algun artísta, estarán bandas como Kiss, Lamb of god, Rage against, Muse, RAMMSTEIN, entre otras.

-Claro que sí mañana mismo alisto mis cosas y paso por la oficina a recojer la credencial de prensa y el boleto.

-Vale, pero queremos que viaje lo mas pronto posible y se ubique en un buen lugar, por la credencial no se preocupe que allá bastara con que diga su nombre y se la darán, en cuanto al boleto se lo mandaremos por correo y mañana a primera hora llegara.

El tío me dío instrucciones de donde me quedaria a dormir y donde estarían ubicados ellos y todo ese cuento, la llamada finalizo y yo solo pensaba ¿RAMMSTEIN? Como me ponen esos tíos, ya no podía esperar para ír hacer mi reportaje y porque no entrevistarlos a ellos, la emoción me invadia, y no podía dejar de pensar en el sexteto teuton, por mi mente paso aquel video de rammstein, Bück Dich y no pude dejar de fantasear con el vocalista y paso lo innevitable.

Despertando con mis manos entre mis pantys y con una sonrisa en mi cara, me dirigí a alistar mi maleta, metí mi laptop, una libreta y esfero y ademas cinco playeras de algunas bandas, mi chamarra de cuero, unas botas y dos jeans…un pequeño vestido por si la ocasión lo necesitara y por supuesto ropa interior, no podía salir de allí sin algún recuerdo,…

2 días después…

Ya estaba a punto de terminar mi reportaje y el festival a punto de terminar, y pense ¡Cielos! La puta entrevista. Todo había sido color de rosa, lindos mechudos por doquier, buenas bandas en el escenario y yo aún sin la puta entrevista y por supuesto ¡sexo!. Tendría que salir de allí por lo menos con una de dos, estaba en el camping y una llamada diciendome que rammstein estaba en un hotel a los alrededores, eso definitivamente encendio mi imaginación. fui al trailer me bañe, me puse mi tanga favorita, un liguero, el único vestido que habiá empacado uno negro que dejaba ver una parte de mi espalda, me arregle el escote, y dije ¡Diablos! No empaque zapatos para este, solo me quedo ponerme mis botas punteras militares.

Al llegar al hotel vi a Paul y a Richard, les hice unas cuantas preguntas acerca de un nuevo video y listo, aún seguia sin ver a Till, después de batallar entre la multitud salí del lobby del hotel y decidí tomarme un respiro, así que me fuí al bar, me sente en la barra, y pedí un martini, me lo termine rápido, saque mi billetera y saque unos cuantos billetes, los puse en la mesa, y me iba a parar cuando de repente una voz varonil vino por mi espalda y dijo -No hará falta, guarda tu dinero. Me gire de repente y vi unos ojos verdes que practicamente me violaron con su mirada, era el, era Till Lindemann, de repente unas manos grandes y masculinas se movieron al rededor de mi brazo derecho dejando un billete de 50 euros en la mesa luego me miro y me dijo

-Guarda tu dinero, una mujer tan bella como tu merece ser invitada.

Se me solto una sonrísa idiota, de esas que averguenzan, me mordí el labio para dejar de hacerlo. De mi boca salio un un saludo cordial, y le extendí la mano, diciendo:

-Soy Elle…¿Y usted? .

Pero que pregunta tan idiota acababa de hacer por supuesto que era Till Lindemann, el machorro con el que en mi juventud había soñado, y bueno ni estaba tan vieja pero eso fue ya algunos años. El de inmediato tomo mi mano y la beso, creo que estaba roja como un maldito tomate, sentía sudor frío en mi frente. Respondio

-Un placer, soy Till Lindemann, si gusta digame Till…Nunca la había visto por estos lados, y eso que llevo varios días aquí.

-Un gusto Till,es mi primer día aca, estoy por el festival y trabajo…

Se sento al lado mío, y sus pantalones se ajustaron a la altura de su entrepierna, me dirán pervertida, pero que gloriosas curvas se levantaron allí.

-¿En que trabaja?

-Soy reportera del magazine Metal!… no se si lo conozca.

Note que su expresión de intriga se hizo mas grande.

- ¿Pasa algo? dije.

-No nada, es que no pensé que fuera periodista, no parece mas bien jajaja.

-Ah, ¿Y entonces que parezco? jaja.

-No se, modelo.

Creo que me volvi a sonrojar, me sentía hirviendo por dentro, y al mismo tiempo no podía dejar de ver las bellas curvas que su pantalon tenia, trate de disimular y concentre mis ojos en su mirada, aquellos ojos verdes que me incitaban sexo por todas partes, no sabía que era peor si ver tal miembro reposando en su pierna o esos ojos lujuriosos que me hacian pensar en maravillas. Volvi a mis cabales y le dije algo con suma arrogancia, sabiendo el vestido que llevaba y lo que este mostraba.

-No creo… que yo pueda serlo.

-Pues creálo, tiene usted un cuerpo muy…

¡LINDO!¡SEXY!¡LUJURIOSO!¡Dígalo de una buena vez! cruzo por mi morbida mente.

-Muy… dije con acento intrigado.

-Escultural.

Fue como si todos mis pensamientos morbidos se callarán, quería escuchar algo mas de esos labios rosados que a mi lado se encontraban, quería conocer su cuerpo, sus piernas, su pecho, se veía tan ”Escultural” como el lo diría.

Después de una charla de mas o menos una hora le dije que tenía que irme a documentar el cierre del festival, y conseguir un reportaje algo que por supuesto era en parte cierto, documentar el cierre del festival no me imortaba en lo absoluto, ya que allí estaba mas gente de la revista que lo podía cubrir y el reportaje era lo que mas me afanaba, me estaba arriesgando quería hacer algo con el aparte de charlar, así que me pare de la silla y le dije que muchas gracias por los tragos, esperando a que el me propusiera algo.

-Espera. Me tomo del brazo con su mano masculina, sentí que algo me ardía.

-¿Por que no me haces el reportaje a mí?

-¿Harías eso por mi? Le dije, sabiendo la obvia respuesta.

-Así es señorita.

Dejo unos billetes en la mesa, se paro, de un sorbo acabo su trago y con un gesto me invito a seguirlo.

Llegamos a su habitación, me invitó a sentarme en el sofa y me ofrecio un vino y me dijo…

-¿Sabías que el vino tinto es afrodisíaco? Lo dijo con una sonrisa lujuriosa en su boca, gran parte de mi quería besarlo, pero otra parte no quería parecer como una cualquiera.

Le sonreí, tome la copa de vino y lo deguste despacio, imaginándome que eran sus labios, su fino elixir, el se sento en el sofa y se acerco un poco a mí, recosto su brazo derecho en la espaldera del sofa y apoyó su cabeza en sus dedos indice y corazon, me miraba con convicción, pero con convicción de follar. Sabía lo que el quería hacer, así que me termine lo que faltaba del vino y lo puse en la mesa que al frente se encontraba.

-¿Te gusto?

Muchas cosas pasaron por mi mente pero me limite a un ”Exquisito”. El me empezó a hablar de la procedencia del vino, sin pensarlo me abalance sobre el y puse mi dedo indice en su boca, el lo beso, se acerco un poco mas a mí y lo bese sin dudarlo.

-Al fin te tengo como quería.

Sonreí, el se inclino y volvimos a besarnos, que beso tan largo y tan exquisito, el mejor de toda mi vida, empezó a jugetear con sus manos por mi espalda las bajaba y volvía a subir, puso sus manos en mis hombros, nos separamos y me miro diciendo …¿Seguimos?, me mordí el labio, entonces el me empezó a besar mi cuello, olía mi pelo, daba finos lenguetazos a mi oreja, sentía como mi entrepierna se mojaba, entonces el con sus grandes manos deslizo el vestido, haciéndolo caer por mis hombros y dejando mi torso completamente desnudo, se tomo un momento para admirarlo, para ver mi pálida piel, mis redondos senos, mi abdomen plano, con sus manos tomo uno de mis senos y empezo a besarlo, chuparlo, hacérlo suyo, mientras la otra la subio a mi boca y puso su dedo gordo en mis labios haciendo que lo lamiera, con mis manos le baje la cremallera del pantalon y saque saque su miembro, baje mi mano y empecé a masturbarlo lentamente, sentía como se empalmaba en mi mano, sentía que estaba muy caliente, a punto de estallar, de estallar su contenido en mi.

De repente, el se paro del sofa, me tomo las piernas haciendo que las aprisionara contra su torso me tomo por la espalda y me alzo, era evidente que no pesaba nada para el, me besaba el cuello y me empujo llevo a una pared ya cerca a la cama, me dejo allí sosteniendome entre su torso y la fría pared que estaba detrás, se empezo a desabotonar los botones de la camisa y por fin, sentimos nuestros pechos juntos, que bello era sentir esos pectorales macizos en mis senos, sin dudarlo me tendio en la cama y me saco por completo el vestido, así era como quería que el me tuviera, desnuda y entregandome a el por completo. Se arrodillo al rededor de mis piernas y se quito la camisa, mientras yo me inclinaba hacía adelante bajandole su pantalón, nos empezamos a besar, a lamernos, a sentir nuestro sabor sexual, yo me incline aún mas y baje la cremallera de mis botas y me las quite con ayuda de mis pies, luego el me volvio a acostar sin romper el beso, con su mano derecha empezo a masturbarme por encima de mi tanga, que rico se sentía, que lindo era tener esa mano en mi entrepierna. Mando la tanga hacía un lado y metio un dedo con facilidad, empezé a menear mis caderas a ritmo de esos dedos, llegando a mi primer orgasmo, mis gemidos se tuvo que comer Till, no quería hacer mucho ruido y despertar a todo el hotel, si así eran sus dedos no me podría imaginar lo que vendría después.

Me quito la tanga y la deslizo por mis piernas, en un movimiento rápido se quito su pantalón y su ropa interior, me introdujo su firme miembro y allí empezo lo mejor, me follaba con fuerza, duro, que sexo tan delicioso y sumamente placentero, me besaba mis pezones, yo le arañaba la espalda, nos meneamos como si ambos tubieramos la canción Bück Dich en mente, me volteo y me puse en sus piernas y cabalge como puta, sentía que ya iba a llegar mi segundo orgasmo y el lo sabía, después de unos minutos ambos nos corrimos al tiempo, que sinfonía de sensaciones fue esa, bajábamos y subiamos la velocidad, miraba la cara de Till y era la mayor expresión de felicidad que he visto, eso si por debajo de la mia aquella noche, estabamos sudados debido al sexo tan intenso que acababamos de tener, que follada tan salvaje me había dado y como la había disfrutado. Lo mire y le sonreí a mismo tiempo que me mordia el labio, me respondio la sonrisa, me baje de el y me acoste a su lado, apoyandome en su pecho, descansamos un rato y lo hicimos otras dos veces en diferentes posciciones.

Por la mañana mientras Till dormia, me levante y busque mis prendas por toda la habitación, estragos de la faena que acababa de ocurrir, encontré mi vestido, amarre mis botas, y cuando iba a salir de la habitación una voz masculina se levanta y dice…

-¿No se te olvida algo?

Me voltee a el lo mire y le dije.. – ¿Enserio? lo dije con una sonrisa incredula.

-Sí, tu reportaje.

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Este va a ser el primer capitulo de unos cuantos que escribire, espero os guste.

Cuando 365 días se te hacen 365 años

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uando me inicie en esto de confesar mis más profundos secretos nunca pensé en que se convertirían en una adicción tan grande como el mismo sexo al menos al principio, comencé sugerido por mi sicólogo como parte de una terapia que el mismo programo a modo de “salvarme” de mi misma, siendo esta una manera de ayudarme, desahogarme y tranquilizarme. A pesar de que me repetían una vez tras otra que era por mi bien, yo suelo escribirlas todas para que queden constancia en una serie de diarios que obviamente más parecen la biblia… ji ji ji, aunque por otro lado es escribirlas me hace recordarlas y no puedo evitar excitarme, claro está esto lleva consigo el no poder contenerme al dirigir mi mano a mi entre pierna y comenzar a masturbarme… mmm, si… de la misma manera que al escribirlas para el portal erótico elegido pues aunque me veáis en varios.

Como bien sabéis y no es por repetirme… desde muy joven abusaron de mi y como supongo que ya sabes quién, sicológicamente lo llevo bien mas porque soy fuerte y me he ido adaptando. Esta persona tan allegada desde un principio no se contentaba con visitarme algunas noches sino que lo estuvo haciendo durante años, comenzó con roces fortuitos… o al menos eso me decía, continúo con inocentes caricias y toqueteos aprovechando algún que otro momento de bromas o juegos… claro está iba con doble intención. Poco a poco fue a más al tiempo que me susurraba obscenidades y guarradas, pero lo peor que llevaba era su escrito control sobre mí pues aprovechaba cualquier desobediencia mía o gesto que no era apropiado según él, para inclinarme y echarme sobre sus piernas para que comenzara el castigo ya sea con la fusta o con la palma de su mano.

Claro está que entre amenazas consiguió mi silencio haciendo de mí durante estos años hasta la mayoría de edad lo que le dio en gana e incluso después de haber conseguido la mayoría de edad, me ha sometido a todo lo que le ha pasado por la cabeza… a disfrutado de mi (ojo respetando mi orificio vaginal) de todo aquello que mi madre le ha denegado, he sufrido vejaciones, maltrato, menosprecio, humillaciones… claro esta durante años me sentido que me faltaba algo… como si hubiera perdido algo muy importante, me he sentido sucia y claro esta deshonrada… siendo comprendida y escuchada por una amiga muy especial.

Aun recuerdo aquella vez que tras sentirme hundida, amargada y destrozada sicológicamente… llegando a pasar por mi cabeza el quitarme hasta la vida, encontré de la mano de una amiga y su comprensión una salida, me viene a la cabeza cuando me invito a pasar el fin de semana con ella en casa de sus padres en la playa. Claro está mis padres no pusieron objeción alguna, mis plegarias fueron escuchadas y tras hacerme olvidar mi pesadillas… decidid que ella sería la persona idónea para saber mi secreto. Entre copas de alcohol acabamos cogiendo un gran “pedo”… tanto Andrea como se llama mi amiga como yo se nos notaba a leguas nuestra embriaguez.

Aun recuerdo a pesar de esos momentos de embriaguez su rostro de sorpresa ante mi secreto y aunque me animaba a denunciar a mí padre, siempre le he confesado que no solo no me sentía con fuerza para hacerlo sino que tenía miedo por hacer daño a mi familia y el poderme quedar en la calle. Comencé a llorar y ella sujetándome mi cabeza contra su cuerpo no dejaba de pedirme que llorara, comenzando por besar mis cabellos… mi cuello y haciéndome sentir extrañamente excitada, tanto que no entendía como coño se me había humedecido mis braguitas… mmm, Andrea acerco sus labios a los míos y no se lo pensó dos veces… me beso (joder, eran labios de ángeles), no me aparte… no me pareció malo y en vez de apártame seguí con mis labios pegados a los suyos… ooohhh, no quería mirarla me avergonzaba que pensara que me estaba aprovechando o otra cosa parecida… por lo que mantuve los ojos cerrados.

Sentí la ternura de sus labios o seria lo que deseaba yo en ese momento, por lo que me entregue a sus deseos y no puse objeción alguna cuando su lengua busco de la mía, hasta que por fin abrí mis ojos y la mire a los suyos… comenzado de nuevo a besarnos con más fuerza… aaahhh. Esa noche fue para mí maravillosa donde me hice mujer de verdad y no cuando perdí mi virginidad con uno de mis aniñados novios, Andrea me hizo alcanzar sendos orgasmos como ningún hombre en esos años me los hizo hacer lograr. Aun me viene a la memoria como mí amiga me masturbaba muy intensamente e incluso frenéticamente, mientras chupaba cada pliegue de mis labios vaginales y sus dedos entran y salían de mi orificio… uuummm, hasta notar como comenzaba a convulsionarme… alcanzando un orgasmo detrás de otro. Hasta quedarme dormida sobre su cama… me dejo rendida, no hizo como cualquier hombre hace… buscar su placer antes que el mío. Mi amiga le gusta más buscar mi placer anteponiéndolo al suyo mismo, le excita hacerme alcanzar mis orgasmos, mientras observa cómo me quedo dormida, pero bueno eso fue otros tiempos.

Continuo con mi confesión… os debo confesar que mi progenitor no fue quien me desvirgo, pues según él… solo lo debe de hacer aquel hombre que merezca ser mí esposo… y no solo porque yo lo elija, aunque me hizo saber desde que fui muy joven que debe de ser alguien que merezca hacerlo y que solo aquel que me llevara al altar, siempre que sea de su agrado pues no podría ser alguien por debajo de nuestro estatus. Por lo que este solo me forzó oralmente y violada analmente… haciéndome fanática con el tiempo de tal práctica, os puedo jurar que me violo en infinidad de veces y no solo fue mi pobre culito sino hasta mi boca, acabando dentro y haciéndome tragar sus fluidos a pesar de las arcadas que tuve.

Os confieso que me rebele infinidad de veces pero las consecuencias fueron peores, me negué y luche pero solo conseguí palizas y ser forzada brutalmente, dejándome muy dolorida durante días y claros está… este trauma me afecto a mis estudios pues casi pierdo el curso. Si estáis pensando como coño no acudí a mi madre… os puedo asegurar que si lo hice, pero esta no solo no me escucho sino que me acuso ser yo la culpable… acusándome de ser yo quien busca estas confrontaciones. Mi propia madre me cargo todos los meritos de semejante situación, llamándome enferma por la gran imaginación que tengo y finalmente cuando fue testigo de una más de esas violaciones. En vez de ponerse de mi parte… me acuso de ser yo la buscona… la destruye matrimonios, no dejando de echar piedra sobre piedra sobre el enorme dolor que sentía, removiendo la misma mierda entre mentiras… y finalmente doblegada, sintiéndome humillada aun mas y vejada entre injurias como ninguna dejándome maltratada moralmente.

Como explicaros cuando das por perdida la batalla y das por finalizada la hostilidad, cuando te acostumbras a no ser escuchada, cuando te acostumbra a sentirte ignorada… te sientes sola, como expresaros que mis suplicas y lagrimas le entraban por un oído y le salía por el otro, como detallaros como mis plegarias se ahogaban cada noche entre mis lagrimas y ahogos de impotencia. Al principio fue un infierno pues era día sí y día no… pero esto no fue lo peor, ya que las semanas se convirtieron en meses y los meses en años, como exponeros que esos 365 días se me parecieron 365 años. Donde no solo me domaron para ser una buena amazona sino hasta una excelente mamadora, salvada únicamente por no solo por la regla, enfermedad, trabajo de mi padre, estudios míos o la contratación de una sirvienta interna en casa para realizar las labores domesticas.

Esta hermosa chica con un buen físico fue quien hizo que mi padre dejara de visitar mi dormitorio, pero no fue la única ya que por mi casa fueron varias las que contrataron ya que muchas acabaron embarazadas y en la ausencia de estas era yo quien apagaba esa calentura, por lo al final llegas a acostumbrarte e incluso a veces echas de menos la vez que no se mete en mí cama. Pero para aquellas que me acuse de ser una cobarde por no denunciarlo os puedo asegurar que las primeras semanas pensé que la única solución era denunciarlo, pero iba a estar sola y sin respaldo alguno ante las autoridades.

Cuando tras hablar con algunas personas las cuales me informan de las consecuencias no solo de las positivas… también de las negativas, me mentaban que me comprendían que no lo haya denunciado en su día pues era un peso muy pesado para mis inocentes hombros, también porque quizás no me dejaban de amenazarme que me encontraría sola y en la calle, haciéndome saber que no solo destrozaría una familia formado por un padre, una madre y un hermano sino de toda una familia y que mancharía el nombre de todos por el barro, no solo por la publicidad que esta genera sino por los mismos juicios.

Pero cuando das el paso definitivo… te das cuenta que a veces aciertas en otras no, vez que esta solución se derrumba como un castillo de naipes más ante la tremenda influencia de mis padres, llegando incluso durante un año a ingresarme en un colegio privado para señoritas y ante ese final, te derrumbas y dejas que te utilice como un juguete… a su antojo, suerte tuve de no quedarme embarazada más gracia a un problema que tengo o mejor aun que este mismo me lo genero.

Como os he mentado previamente con el tiempo dejas de luchar y te acostumbra por mucho que os cueste comprenderlo (joder, no disfruto o al menos al principio), siendo yo misma quien llegaba a buscarlo e incluso aquella vez en que metí en el dormitorio de mis padres a pesar que mi madre dormía… mmm (joder, me puso como una becerra… que morbo). Estaba que me subía por las paredes no solo tuvieron la culpa mis revoltosas hormonas sino un chico de la escuela que no dejamos de calentarnos, quedando finalmente el satisfecho y yo con una calentura de cojones y el masturbarme ya sea en la ducha o sala en mi cama no me saciaban, pero lo que peor llevaba era que desde mi dormitorio escuchaba los gemidos de mi madre… joder llevaba muchos años que no la escuchaba hacerlo de esa manera, muy silenciosamente me acerque a su cuarto y descubrí a mi madre sobre mi padre moviéndose como una loca, mientras mi madre se magreaba sus senos… mi padre marcaba la penetración mediante sus manos en la cintura al mismo tiempo que mi madre, no dejaba de gemir y entre suspiros y obscenidades… de soltar por esa bocaza insultos y palabrotas como nunca había dicho (joder, era para haberle lavado la boca con agua fuerte).

Tras una serie de suspiros cada vez mas alto y seco pude adivinar que mi madre estaba alcanzando un gran orgasmo, sin llegar a que mi padre obtuviera el suyo se detuvo y mientras lo miraba sonriente se aparto, pensé que cacho de cabrona y después el hijo de puta se mete en mi dormitorio para ponerme a cuatro patas y dejar mi orificio anal muy dolorido… mmm. Hubiera sido un buen momento para que hubiera vuelto a mi dormitorio pero algo me hizo quedarme, observe como mi madre se movió hasta su lado de la cama y como cogió algo del interior del cajón de la mesita de noche. Si fue una de sus pastillas para dormir que tras tomársela se quedo en no más de diez minutos estroncada.

Por su forma de respirar y roncar supe que mi madre dormía… por lo que entre muy sigilosamente en el dormitorio de mis padres, no sin antes quitarme el pantalón de pijama y mis braguitas y quedándome con tan solo el blusón… mmm, sabía que el solo aparecer sin ropa interior lo calentaría mucho. Tras toparme con los pies de su cama… me incline sobre el colchón y gateando llegue hasta mi padre, dejando caer mi cuerpo hacia atrás y sentándome sobre sus muslos… mmm, aun me viene a la cabeza el rostro de mi padre sorprendido ante mi aparición… señalo hacia mi madre a modo de hacerme saber que estaba.

Mientras mi padre hacía gestos a modo de que me marchara fui bajando la colcha, edredón y finalmente la sabana… saltando como un resorte su miembro aun erecto… mmm (coño, claro que soy una depravada pero solo soy una alumna en manos de mi profesor y amo). Cogí su polla con mi mano derecha por la base de sus testículos… mmm, comencé a deslizar mi mano de arriba hacia abajo por ese duro tronco mientras le miraba a los ojos… uuummm (joder, me sentí muy poderosa, esa sensación era como si las tornas se hubieran cambiado y era yo quien me estaba aprovechando de él). Dirigí su polla a mi boca y comencé a darle pequeños besos a su grande, continuando por bajar mi cabeza y como consecuencia ir tragándomela poco a poco… mientras mi padre suspiraba.

Yo emitía los típico sonidos de chupar algo… claro esta sabemos que era, seguí por deslizar mi lengua por su grande y alzando nuevamente la vista hacia la suya, seguí por deslizar mis labios por su tronco hasta finalizar por introducirme su tronco en la boca al mismo tiempo que masajeaba sus testículos… mmm. Nuevamente repetí la misma operación, deslizando su grande por mis labios a modo de ser un helado y finalizar por pasarle la punta de mi lengua a modo de rebañar ese liquido que salía por ese pequeño agujerito de su grande… ooohhh.

Continúe tragándome su polla una vez tras otra mientras mí padre había apoyado una de sus manos en mi nuca y la otra masajeaba mi espalda… ooohhh, sabía que no iba a durar mucho a pesar de su gran aguante pero después de haber estado follando con mama durante algo más de una hora, obviamente el campeón debe de correrse… mmm. Me pidió que me desnudara completamente y allí mismo junto a mi madre, por lo que tras agarrar la tela de mi blusón tire hacia arriba y cuando fui a sacármelo por los brazos me detuvo, quedando sujeta por mis muñecas a mi espalda y desnuda ante su vista,

Uuummm… se incorporo para dirigir su boca a mis pechos y succionar mis pezones… ooohhh, una de sus manos masajeaba mi cuello y mis cabellos mientras la otra continuaba sujetando mis muñecas. Aun recuerdo como tras soltar mis muñecas y echar yo misma mi cuerpo hacia atrás… ooohhh, deseaba que me desvirgara de una puta vez… deseaba un buen tronco de un macho. Pero en vez de adivinar mis pensamientos fue el mismo quien me hizo girarme y que quedara de modo que le diera la espalda, echándome ligeramente hacia delante… cogió su miembro y poner su grande en mi orificio anal, comenzando a presionar su grande contra mi orificio anal y sentir como su venoso tronco iba destrozando mi interior… ooohhh. Aun me viene a la cabeza aquellas palabras que le solté minutos antes de introducírmela… “métemela joder, fóllame ya”. Sentí su grande perforar mi orificio vaginal y la totalidad de su virilidad muy dentro de mí.

Tiro de mis brazos hacia atrás y su miembro rozar mi orificio anal… golpeándome y produciéndome tanto daño como placer…ooohhh (joder, ignoro si era masoquista o no), tras soltar mis brazos sus manos se apoderaron ya sea de mis senos como de mi cuello y rostro. Y a pesar del dolor inicial de la penetración anal fue convirtiéndose poco a poco en placer y satisfacción… más aun cuando yo misma me estaba masturbando… ooohhh, deslizaba mis deditos por mis labios vaginales… aaahhh, movía de forma circular por mi vulva… si… si… si…ooohhh, uuufff… si… si… si… aaahhh. Eche mi cuerpo varias veces hacia atrás sintiendo su polla perforarme muy dentro al tiempo que apoyaba mis manos sobre su cuerpo… uuummm, volviendo de nuevo a echar mi cuerpo hacia delante y mi progenitor llegar a sobre pasarse cuando a modo de fusta su mano golpeaba mis nalgas… aaahhh, haciéndome saber las ganas que tiene por follarme mi orificio vaginal y demostrarme lo que es un hombre… uuummm.

Ignoro el tiempo que llevábamos follando pero no duro mucho, pues cuando mas esperaba que vertiera todo sus fluidos dentro de mi ser… me la saco con violencia, tanto que de un empujo me la saco de mi interior tirándome incluso al suelo…produciéndome muchísimo dolor por las formas. Mire como mi padre se incorporó sentándose al borde de la cama con sus piernas separadas y su miembro en mano… moviéndola de arriba hacia abajo, alargo su mano hasta mi cabeza… haciéndome saber que deseaba acabar en mi boca… uuummm.

Sé que es difícil de creer pero es la verdad no me vale mentir con estas cosas… por mucho que os parezca muy morbosa, pero son muy ciertas por este motivo y por las cosas que me hizo mi padre yo soy como soy y las cosas que hago, siendo una mujer insaciable a la cual no hago asco a probar cosas nuevas y menos aun a hacerlo con quien le apetece, sin pensar que a veces sean más de cinco machos a los que tengo que satisfacer… sin miedo a quedar embarazada… uuummm.

Me arrodille y me acerque hasta mi padre… tome su tronco con mi mano y la dirigí hacia mi boca, masturbándole con fuerza una vez tras otra… hasta introducírmela con fuerza y sentirla golpear mis amigadlas, me hizo sentir arcadas más aun cuando chorros calientes llenaron mi garganta y tuve que tragar a pesar de las nauseas que sentía. Aun recuerdo cuando mi padre saco su polla de mí boca y sus últimos chorros cayeron sobre mi rostro… mmm, llenando mis mejillas… mi barbilla… y su semen resbalaba hasta mis senos enrojecidos por sus chupetones y mordiscos… ooohhh.

Sé que mis confesiones son difíciles de creer porque pensáis qué padre hace tales cosas pero los hay, pero esa primera vez y os digo primera porque me refiero a que fue por voluntad propia, os aseguro a pesar de con quién fue os puedo asegurar que fue espectacular y aunque mi padre, nunca se atrevió a admitir que disfruto como nunca… siempre he pensado que nunca tuvo que forzarme como lo hizo, Una persona muy especial que me dijo que si siento algo por mi padre y con el tiempo me iba gustando cada vez más, debía de evitar quedarme a solas con él o ciertas situaciones… evitando de esta manera algún encuentro íntimo y embarazoso por no decir el ponerme en bandeja que este pueda meterse en mi cama nuevamente.

Bueno esta confesión llega a su fin o al menos esta primera parte pues continuare confesándolos mi primeros años sometida por mi padre… vale, Bueno me presentaré… soy una ardiente sevillana de 26 años que como he mentado previamente mí adicción al sexo debido a una serie de abuso desde mi adolescencia, me ha llevado no precisamente a despreciarlo sino todo lo contrario… necesitarlo como la misma agua. Tras comenzar a publicar mis confesiones en www.todorelatos.com, continúe por crear un blogs personal a modo de que me conozcan aun mejor (http://susanabix-misconfidencias.blogspot.com.es/), seguido por una cuenta o mejor dicho varias en Facebox (https://www.facebook.com/Susanabix?ref=ts&fref=ts) pues han sido canceladas según dice por ser demasiado pornográfica y eso que no saque desnudo alguno, pero bueno continuo… finalmente cree a petición de mis lectores una en Twitter (https://twitter.com/Susanabix), entre otras páginas o portales de contactos (www.explanada.com, www.chueca.com, www.somoslibres.org, www.deseoliberal.com, www.deseoliberal.com, www.puteriadiaria.com, etc.) obteniendo muchos contactos y siendo muy satisfactorios en su mayoría, practicando incluso tríos y demás fantasías.

Aun me viene a la memoria mi primera confesión la cual la publique el 8 de Febrero del 2007 y fue “Sentirse acosada”, en aquel tiempo contaba con tan solo 21 años y no era tan decidida como lo soy ahora, aunque en cambio si probaba de todo… mmm (coño, por pro

Rica Navidad

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RESUMEN

En agosto del 2005 conocí y me hice novia de Rafa; fue el primero en todo: mi primer novio, mi primer beso, mi primer faje, y a los 6 meses, en diciembre del 2005, estando segura del amor que nos teníamos, me entregué a él, yo teniendo 15 años y Rafa 18 años.

http://www.todorelatos.com/relato/107621/

Luego de ese día, quedé completamente enamorada de mi novio. Era perfecto. De diciembre del 2005 a agosto del 2006 hice el amor con Rafa unas cuantas veces más.

http://www.todorelatos.com/relato/107733/

http://www.todorelatos.com/relato/107879/

Cierto día de septiembre, quise darle una sorpresa pero la sorpresa me la llevé yo cuando lo descubrí haciendo el amor con mi mejor amiga, su prima, Andrea. Me sentí decepcionada y al mismo tiempo excitada. Estaba muy confundida, de alguna manera me había gustado lo que había visto.

http://www.todorelatos.com/relato/107924/

Me alejé de Rafa un par de meses, quería pensar en lo que había pasado. Para responder a mis dudas, le propuse a mi novio que hiciera el amor con su prima frente a mí. No le agradó mucho la idea, pero aceptó con la condición de que fuéramos novios de nuevo. Al verlos coger, se encendió algo en mí. Amaba a Rafa, y sabía que él me amaba. Y no lo iba a perder por culpa del sexo.

http://www.todorelatos.com/relato/108115/

http://www.todorelatos.com/relato/108401/

http://www.todorelatos.com/relato/108646/

Después de resolver mi duda, acepté que su prima, mi mejor amiga, cogiera cuando quisiera con mi novio Rafa.

DICIEMBRE 2006

Exámenes; No había tenido mucho tiempo para ver a Rafa después de “aquel día”.

La naturaleza de la mujer; La única vez que lo vi, un sábado a finales de noviembre, no pudimos hacer mucho porque mi cuerpo no lo permitió.

Eran los últimos días de clases, andaba muy ocupada. Deseaba tanto tener a Rafa para mí, tenerlo entre mis brazos, besarnos, tocarnos, hacer el amor. Pero no había tiempo, tenía que dedicarle todo a la escuela.

A cada momento me llegaba un pensamiento: Rafa cogiendo con Andrea, su prima, mi mejor amiga. Sabía que Andrea aprovecharía cada momento para tenerlo. Eso lejos de molestarme, me excitaba y me emocionaba más. Anhelaba ver a mi novio, anhelaba tenerlo conmigo para demostrarle mi amor, que sin duda, era más grande que el de Andrea.

Salí de vacaciones, por fin iba a tener a Rafa. Fui a su casa el día que salí.

-Buenas tardes señora, ¿Se encuentra Rafa? –Saludé.

-Hola Julia, adelante. –Entré a la casa. –No está. Todavía no llega de trabajar.

“¿Trabajar?”, pensé. “¿En qué trabaja?”. Me llegó un arrepentimiento enorme. Desde que nos volvimos a hablar, nunca le pregunté sobre su vida. Todo para mi empezó a girar sobre el sexo. La plática con mi suegra no duró mucho. Me fui a mi casa y le hablé por teléfono.

-Hola –Escuché la voz de Rafa.

-Hola amor, ¿Cómo estás? –Respondí emocionada.

-¡Bebé! Justo te iba a hablar. –Me dijo. –Estoy bien, ¿Y tú?

-Muy bien amor. Ya salí de vacaciones…

Escuché una voz…

-Deja te bajo el pantalón para darte una mamadita. Quiero probarla antes de llegar. –Dijo la voz. Andrea.

-¡Hey! ¿En qué quedamos? –Dijo Rafa.

-Solo estoy jugando amor. –Dijo Andrea.

-¿Andrea? –Pregunté.

-Sí. –Respondió Rafa.

-Hola amiga. –Gritó Andrea.

-¿Qué andan haciendo? –Pregunté.

-Andrea viene al gimnasio. Y aprovecha que vengo a trabajar a la escuela para venirse conmigo. –Me dijo Rafa.

-Pásamela. –Pidió Andrea. –Amiga, vamos a venir al gimnasio la próxima semana. Te voy a preparar para una noche inolvidable con Rafa.

-¿Cómo? –Pregunté con duda.

-Te voy a traer para que te pongas más buena y agarres condición porque vas a tener una noche sin descanso con mi primo.

Me explicó todos los detalles.

-En resumen, no vas a ver a Rafa hasta el 24 de diciembre.

No me quedó de otra más que aceptar.

El lunes, temprano, me habló Andrea para lo del gimnasio. Me dijo que ropa me llevara y a qué hora pasaría por mí. A eso de las 4pm pasó y a los 20 minutos llegamos al gimnasio. Nos bajamos.

-A las 7pm paso por ustedes. –Nos dijo la mamá de Andrea y se fue.

Nos quedamos fuera del gimnasio un rato. Andrea estaba más espectacular que nunca, su cuerpo era increíble. Pasaban mujeres y casi ninguna era comparable con mi amiga. Hombres entraban y salían y a todos les robaba un suspiro. Autos también pasaban, unos tocaban el claxon, otros nos decían que nos llevaban a nuestra casa. A todos ignorábamos.

-¿Qué estamos esperando? –Pregunté. Me sentía un poco incomoda por todo lo que nos rodeaba.

-Espera.

Seguían pasando autos y personas que no nos quitaban la mirada. Se detuvo un auto y se bajó un tipo sin camisa, andaba en puro short. Su cuerpo estaba muy bien trabajado.

-Hola. –Saludó.

-Hola. –Respondió Andrea con una sonrisa. Se acercó al tipo y se saludaron. -Vente. –Me gritó Andrea.

Le hice una seña que ni yo entendí pero dando a entender que viniera y que no me iba a subir. Caminó Andrea hacia mí.

-¿Qué pasa? –Me preguntó

-Íbamos a ir al gimnasio, no a… … … subirnos con el primero que nos gustara. –Le reclamé.

Tiró la carcajada.

-¿Crees que…? –Rió nuevamente. –Marcos, ven. –Le habló al tipo. Llegó con nosotras. Viéndolo más de cerca, no era feo.

-Así que, ¿Esta es la perra? –Dijo el tal Marcos.

-Ya te dije que no le digas así. –Regañó Andrea al tipo. –Pero si, ella es.

“¿Es gay?”, pensé.

-July, él es Marcos, amiga de la escuela. –Nos presentó. –Como ya te diste cuenta, es gay. Me ayuda con mis ejercicios, en su casa. Sabe de esto.

-Tú debes ser la novia de Rafa, Andy me ha hablado mucho de ti. –Dijo Marcos. –Bueno, vámonos que se hace tarde.

No me dieron muchas opciones, subimos al auto y nos fuimos.

Llegamos a su casa. Durante más o menos 40 minutos estuvimos haciendo ejercicios en una pelota. Marcos me estuvo tocando mi cuerpo cada que quería; mis nalgas, mis pechos, mis piernas. Excusando que me estaba ayudando a hacerlo bien. Cuando terminamos, nos fue a dejar al gimnasio. A los 20 minutos llegaron por nosotras. Fuimos a la casa de Andrea para bañarnos y cambiarnos y después me iba a dejar a mi casa.

Tomé primero el baño. Luego ella.

-¿Qué tal te cayó Marcos? –Me preguntó mientras de vestía.

Estábamos en su cuarto. No era muy grande; la cama en el centro, dos burós a lado de la cama con lámparas. A un lado un ropero, al otro lado una cómoda con un espejo. En frente la tele y a lado una computadora de escritorio.

-Medio grosero pero bien. –Le respondí.

-A Marcos le gusta Rafa. Un día se lo presenté y me dijo que quería que Rafa le diera. –Me dijo Andrea y se rió.

-¿En serio? –Pregunté incrédula.

-Sí. De hecho me dijo que lo convenciera, que solo una vez.

Reí como tenía mucho que no lo hacía.

-¿Y ya le dijiste? –Pregunté.

-Es tu hombre. –Me dijo. –Tú decide si quieres compartirlo.

No dije nada. “¿Rafa con un hombre?”, volví a reír.

-Mira lo que me regaló Marcos. –Sacó algo de un cajón y me lo aventó.

A primera vista no supe que era, pero mientras lo fui examinando, mi mente lo aclaró: Era un pene de plástico rojo, amarrado con algo.

-¿Qué es? –La pregunta que hice era real, no sabía que era.

-Un consolador de 20 cm. Y esto es un arnés. –Se lo puso. Parecía que tenía un pene. –Lo usan mucho las lesbianas, aunque una lo puede utilizar para masturbarse. –Empezó a saltar. Se movía el pene de arriba-abajo y le colgaba. –Me lo regaló para utilizarlo cuando Rafa me rompiera el corazón.

Se hizo el silencio.

-Bueno. –Dijo Andrea. –Aquí es donde van a estar tú y Rafa el 24. Habrá ajustes para que sea inolvidable. ¿Qué te parece? Por cierto. –No me dejó responder. –Vamos a ir a comprar ropa para ese día.

Sacó ropa de su ropero un poco atrevida. Me la mostró, me dijo que se la había comprado Rafa para “esas” ocasiones. Seguimos hablando. Me llevó a mi casa.

Fuimos todos los días siguientes al gimnasio, también a comprar ropa. Hasta que llegó el 24 de diciembre.

24 DE DICIEMBRE DEL 2006

Desperté ese día. No dormí bien. Estaba nerviosa, ansiosa.

Todo estaba listo; La excusa era que yo iba a estar un rato en la casa de Rafa con su familia. Rafa por el contrario, iba a pasar un rato en mi casa. Mentira. Nos íbamos a ir a la casa de su prima Andrea, que iba a estar sola, y donde ya iban a tener todo preparado.

El día pasaba lento. Mediodía. 1pm. 2pm. A las 4pm era la cita. Me bañé y me vestí. 3pm. A las 3:30pm me llegó un mensaje. Era de Rafa: “Amor, ya voy por ti. Te amo”.

Ya había pedido permiso a mis papás así que todo estaba listo. Andaba vestida con ropa casual. A los 20 minutos llegó Rafa. Vi que venía también Andrea. Abrí la puerta y corrí hacia donde estaba Rafa, le di un beso en la mejilla y lo abracé.

-Hola, bebé. –Me dijo.

-Hola, amor. –Respondí. –Hola Andy.

-Hola July. ¿Lista? –Me pregunto.

Con pena respondí.

-Sí.

Rafa pasó a saludar a mis papás. Quedó en traerme a las 7pm. Subimos al auto y nos fuimos. Nadie habló en el camino. Yo no quería hablar, estaba muy nerviosa. En ocasiones hablaba Andrea y me preguntaba cosas. Yo le respondía de manera automática con un sí o un no. Llegamos a la casa de mi amiga. Había llegado el momento.

Entramos los 3 a la casa:

-July, pasa al baño. No puedes entrar al cuarto. Ahorita te llevo la ropa, espérame.

Me dirigí al baño. El corazón me latía de prisa. De pronto me imaginé cogiendo con Rafa. Sentí caliente en mi cuerpo, me mojé. Me dieron ganas de masturbarme ahí mismo pero no podía, en cualquier momento podía entrar Andrea y me miraría.

A los 10 minutos tocan la puerta:

-July, ya vine. Abre. –Dijo Andrea.

Traía un montón de ropa.

-Te dejo esto. Traigo lo último, regreso.

A los 5 minutos regresó con más ropa.

-Es lo último. ¿Cómo estás? –Preguntó.

-Bien. –Respondí. –Ansiosa. Un poco nerviosa.

-No te preocupes. Piensa un poco en el amor. Se van a amar. Es lo más natural. –Dijo Andrea.

Me imaginé acostada, boca arriba, con las piernas arriba y Rafa clavándome su verga, bombeando despacio, luego rápido. Me imaginé metiendo a mi boca su verga, probando por primera vez una verga. Sentí mucho más calor del que ya sentía. Andrea lo notó, se rió.

-Esa es la actitud.

-¿Cuál? –Me hice la que no sabía que había pasado.

Se acercó coquetamente hacia mí. Me puso sus manos en mi cintura.

-Te habrás imaginado a Rafa contigo, y te calentaste. ¿Me equivoco? –Me preguntó.

Bajé mi cabeza, me dio pena.

-Como dije antes, no te preocupes, es lo más natural.

Con una mano, me tomó de la barbilla y me levantó la cabeza. Cuando la vi ya estaba demasiado cerca de mí que no me dio tiempo de reaccionar. Sus labios tocaron lo míos. Instintivamente cerré los míos y abrí los ojos. Estaba sorprendida, pero no me moví. Sentí sus labios moviéndose, su lengua tocando mis labios. El beso duró un minuto. Se separó. Me dijo:

-Espero que te gusté el sabor de la verga. Un consejo, a Rafa le gusta que le hablen sucio. Cuando me dijo, me empezó a gustar. Es muy excitante. Estaré en la sala, vigilando. –Y salió el baño.

Me quedé en shock. No entendí nada. Reaccioné. Me desvestí y quedé en ropa interior. Tomé un vestido largo color negro y me puse unos zapatos de tacón. Decidí empezar vistiendo algo elegante. Salí y me dirigí al cuarto. Debo decir que el beso y mi imaginación, me hicieron perder los nervios. Iba decidida.

Abrí la puerta del cuarto. Estaba totalmente oscuro. El cuarto solo estaba iluminado por un par de velas a lado de la cama, que desprendían un olor a vainilla. También había una botella y un par de copas. En el suelo había un camino de rosas y en la cama también había rosas. Acostado, estaba Rafa, con un traje puesto.

-Estas hermosa, bebé. –Me dijo. –Demasiado.

Me gustó que me halagara. Sonreí.

-Y soy toda tuya. –Le dije. Seguí el camino de rosas que llevaba a un lado de Rafa.

Se puso de pie y me extendió la mano. Le di mi mano. Me jaló hacia él y me tomó de la cintura, yo le rodeé el cuello con mis manos. Nos besamos. Fue un beso hermoso, nuestras lenguas jugaban con desesperación. Las manos de Rafa acariciaban mi espalda, y las mías empezaron a alborotar su cabello. No quería que terminara el beso.

-¿Quieres un poco de vino? –Me ofreció.

-Sí. –Acepté.

Me cargó en sus brazos. No era muy difícil de levantar. Me acostó en la cama y me dio un beso. Sirvió vino en las dos copas. Me dio una.

-Brindo por nosotros. Por nuestro amor. Porque dure y va a durar para siempre. –Dijo Rafa, levantando la copa. Lo imité. Bebió un poco de vino, hice lo mismo.

Se acostó a mi lado y nos besamos de nuevo. Bebimos otro sorbo de vino. Rafa agarró las dos copas y las puso a un lado.

-Por fin estamos solos. Había deseado tanto este momento, sin interrupciones, sin prisas. Solos, tu y yo, amándonos. –Me dijo.

-Yo también había deseado tanto este momento. Ser solo tuya, que me tomes, tomarte. –Le agarré su pene. –Que me des esto. –Recordé las palabras de Andrea. Con un poco de pena. –Que me des tú verga, sentirla dentro de mí.

Y le di un beso, sin soltarle la verga, erecta. La sentía encima de su pantalón. Puso sus manos alrededor de mí y me cargó, para ponerme encima de él. Solté su verga y puse mis manos en su rostro. Seguíamos unidos por nuestras bocas. Rafa tenía sus manos en mi espalda, la acariciaba toda. Poco a poco, las fue bajando hasta mis nalgas, las empezó a acariciar; hacia círculos, me las apretaba. Situó sus manos en mis piernas y me las flexionó, de manera que la entrada de mi vagina, quedara en la punta de su verga.

Me levantó y me dijo:

-Realmente eres hermosa, bebé.

Levantó sus manos y tomó mis pechos. Me mojé. Qué rica sensación me llegó. Los masajeó, luego se levantó y acercó su cara, su boca, a tomar mis pechos, por encima del vestido. Yo rodeé su cabeza con mis manos y lo apreté hacia mí, con fuerza. No quería que se separara. Gemía mucho.

Se separó y sonrió.

-Tranquila, tenemos mucho tiempo. –Nos besamos.

-Tengo muchas ganas. –Le dije con un tono infantil. En realidad era de pena.

-De aquí no te vas a ir sin que te las quite.

Me acostó en la cama. Besó mi cuello, mi pecho. Bajó por mi vientre, se quedó ahí un rato, sus manos estaban en mi cintura. Me acariciaba. Despacio, fue subiendo mi vestido. Sabía lo que se venía. Pensaba miles de cosas, pero solo una era clara: “Ya mete tu lengua, en mi.” Arqueé mi espalda y solté un gemido.

-Que rico gemiste, debió ser un orgasmo delicioso. –Me dijo.

No le respondí. Yo seguía agitada. Disfrutando de la rica sensación. Mis piernas se mojaron. Delicioso. Me perdí.

Sentí como puso sus manos en mi entrepierna, y tocó la entrada de mi vagina por encima de mi ropa interior. Luego pasó su mano por mis piernas.

-Mojaste mucho. Te voy a limpiar con mi lengua.

Sentí su lengua fría, tocar mis muslos. Gemí de nuevo, fue un gemido de sorpresa. Instintivamente, puse mis manos en la cabeza de mi novio. Rafa seguía moviendo su lengua, una pierna, luego otra. Se quitó, yo seguía agitada. Tomó mi ropa interior y me la quitó.

“Ahí viene.”

Abrió mis piernas y metió su cabeza. Al primer contacto de su lengua con mi vagina, arqueé de nuevo mi espalda y me llegó otro orgasmo.

-Qué rica panochita tienes. –Me dijo.

Entre gemidos alcancé a decirle:

-Sigue comiéndotela.

Metió un dedo en mi panochita. Empezó un mete y saca rápido. Puso su lengua, su boca, arriba de la entrada de mi panochita. Me volvía loca.

-Más, más, más.

No dejaba de soltar líquidos. Flexioné mis piernas para más comodidad. Puse mis manos en su cabeza y lo apreté contra mí y yo empecé a moverme. Ya no gemía, gritaba. Otro orgasmo.

-Te amo Rafa. Mas. Mas. Mas.

Solté otro orgasmo. Rafa se separó de mí y se acostó a mi lado.

Terminé agotada. Reí, como podía. Soltaba los últimos chorros. Agitada. Feliz.

-¿Qué te pareció? –Me preguntó.

No le respondí. No podía. Sentí como Rafa se agachó. Volteó y sacó una caja. De la caja, sacó un… dulce. No pensaba bien. Abrió el dulce y sacó un plástico. “Un condón.”

Escuché el sonido de un zipper. De reojo vi como saltó su verga. Se puso el condón. Yo seguía agitada. “¿Qué? ¿Mas?”. Se levantó y se puso frente a mí. Abrió mis piernas.

-Espera. –Alcancé a decir, pero no se entendía por mis gemidos. –Espera.

De un golpe me la clavó. Sentí como la primera vez. Y me llegó otro orgasmo. Empezó a bombear. Despacio, rápido.

-¿Me espero? –Me preguntó.

Moviendo la cabeza, le dije que no. Sentía como pegaba su cuerpo con el mío. Lo escuchaba gemir.

-Más rápido, más fuerte. –Le decía.

Se movía lo más rápido que podía. Dos minutos; me levantaba las piernas, me clavaba hasta el fondo. Yo estaba como poseída. Dos orgasmos más. A los 5 minutos:

-Me vengo, bebé. –Me dijo.

Tuve otro orgasmo. Y a los 20 segundos, Rafa soltó un grito. Empujó una vez… gemido. Dos veces… gemido. Tres veces… gemido. Una cuarta vez. Se dejó caer encima de mí. Silencio total. Solo se escuchaban nuestros gemidos, nuestra respiración agitada.

Descansamos 10 minutos. Vi como la verga de Rafa se puso flácida.

-Espérame. –Le dije.

Salí y me dirigí al baño. “No me voy a ir sin probar su verga”. Pensé. Me quité la ropa que traía. Me limpié. Saqué ropa interior de color rojo. Me puse una minifalda a media pierna y nada arriba. Me vi en el espejo, me di una vuelta, mi minifalda se levantaba dejando al descubierto mi ropa interior. Mis pechos eran grandes. “Estoy segura que le gustarán mis pechos así”.

Regresé al cuarto. Ahí estaba Rafa, sin pantalón. Me vio.

-¡Wow! –Se sorprendió Rafa. –Estás increíble.

Sonreí coquetamente. Me di una vuelta rápida.

-¿Te gustó lo que viste? ¿Lo que te vas a comer? ¿Lo que es tuyo? –Le pregunté con un tono infantil.

Se levantó de la cama y me jaló hasta la orilla. Me tomó de la cintura y nos besamos.

-Acuéstate. –Le dije. –Ahora es mi turno de complacer.

Me subí a la cama y me acerqué a mi novio gateando. Recorrí sus piernas con mi boca. Las besé. Su pene seguía flácido. Recordé todas las mamadas que había visto en los videos porno. Recordé cada detalle. Lengua, saliva, mano.

Me acerqué a la verga. Sin usar manos me la metí a la boca. “No sabe a nada”. Pensé. Sin moverme, empecé a chuparla. A los 30 segundos sentí como empezó a tomar tamaño. De pronto, ya la tenía hasta la garganta. Me la saqué. La tomé con mis manos y empecé a masturbarlo. Rafa gimió.

-Así, así. –Me dijo.

Pasé mi lengua por toda la verga, de arriba-abajo, y viceversa. Luego me la metí y me movía de arriba-abajo, lento, despacio, luego rápido. Me detuve en la punta y sin sacarla, jugué con su cabeza con mi lengua. Pasaba mi lengua alrededor de su cabeza, luego movía me lengua arriba-abajo. Me llegó un sabor medio agrio.

Me la saqué. “¿Que fue ese sabor? ¿Semen?”. Pensé. Lo masturbé. Me puse a ver la cara que tenia Rafa. Estaba vuelto loco. Me dirigí a sus testículos. Tomé uno con mi boca.

-¡Auch! –Soltó un grito Rafa. –Amor, las bolas son un poco delicadas. Trátalas con cuidado.

-Sí. –Y volví a posarme en las bolas de mi novio. Pasé mi lengua por una, luego por otra, mientras lo masturbaba. De nuevo regresé a la verga y continué mamando.

En ese momento me di cuenta que me gustaba mamar verga. No quería dejar de hacerlo y parecía que lo hacía bien. Pasaron unos 15 minutos, fueron 15 minutos divinos, mágicos. Increíbles. Me llegó un orgasmo solo mamando verga. Gemí.

-Detente amor, vas a hacer que me venga. –Dijo Rafa.

¿Qué importaba que se viniera? No quería soltar su verga. Sin embargo, me detuve. Sabía que se venía una cogida increíble.

Bajé de la cama, me puse de espaldas a Rafa y lentamente me quité mi ropa interior. Mi novio sin duda se estaba llevando un espectáculo, viendo como bajaba mi ropa interior y como quedaban al descubierto mis nalgas.

Volteé a verlo y le sonreí coquetamente. Vi como se estaba poniendo el condón.

-Ven, súbete aquí. –Me dijo apuntando a su verga.

-Con mucho gusto.

Apenas me iba a clavar cuando escuché la voz de unos niños.

-¿Qué es eso? –Pregunté asustada. Me bajé de la cama.

-Son los niños de los vecinos que andan jugando. Es navidad, reunión de familias. –Me dijo.

Me acerqué a la ventana, moví un poco las cortinas, lo suficiente para ver con un ojo. Los vi, eran niños entre 10-15 años, quizá alguno de mi edad. Se me hizo un nudo en el estomago. “Y pensar que hace un par de años yo andaba ahí jugando y ahora estoy aquí, cogiendo”, pensé. “Algunos son casi de mi edad y desconocen totalmente el sexo”.

Sentí como unas manos se posaron en mis nalgas, separaron un poquito mis piernas y me levantaron. No alcancé a decir nada, de una Rafa me la metió. Solté un gemido, casi un grito. Me llegó un orgasmo. Mi novio me tomó de la cintura y empezó a bombear. Me movía rápido. Se escuchaban las risas de los niños, se escuchaba el golpe de mis nalgas con las piernas de Rafa, se escuchaban los gemidos de Rafa, y sobre todo, se escuchaban los míos. Al minuto me llegó otro orgasmo seguido de:

-Me vengo. –Gritó Rafa.

Me la sacó, yo estaba agotada, me temblaban las piernas. No podía quedarme parada. Rafa me tomó de la cintura, me volteó y me puso en la cama, boca arriba. Se acercó y apuntó su verga a mis pechos, ya sin condón. Yo estaba muy cansada, cerré los ojos. No sabía lo que iba a hacer.

A los 5 segundos sentí calientito en mis pechos. Abrí mis ojos y vi como Rafa se estaba masturbando, gemía como loco y miraba hacia el techo. Vi mis pechos y estaban llenos de semen. De nuevo cerré mis ojos. Sentí que Rafa se acostó a mi lado igual de agitado.

-Te amo. –Le dije mientras descansaba.

-Te amo.

Nos besamos.

-Vamos a vestirnos. Ya pasó más de una hora. –Me dijo.

Había disfrutado tanto que perdí la noción del tiempo. Me levanté, entré al baño, me limpié y me vestí. Salí y ya me estaban esperando en la sala Andrea y Rafa. Estaban sentados, abrazados. Nos levantamos a limpiar y en menos de 10 minutos terminamos. Nadie dijo nada en ese rato.

Salimos y nos fuimos. Vi a los niños jugando. “No saben lo que se pierden”.

Dando el espectáculo

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En realidad no iba de putas, no tenia mas dinero que el de una copa, solo quería ver el espectáculo erótico que había allí a las cuatro de la madrugada. Así que en cuanto dejé a mis amigos en su casa me dirigí solo sobre mi moto al club Astarté donde sabía que se hacían strep-teases. Me había puesto una camisa blanca unos vaqueros y mi bañador de licra rojo ajustado usandolo como pequeño slip. Hacia mucho calor en la ya casi madrugada veraniega.

Nervioso y emocionado, siempre me emociona entrar en un puticlub, bajé las escaleras hasta la caliente penumbra. No había nadie en la pista, todavía, solo algunas chicas con ropas insinuantes y apretadas sentadas en los sofás repartidos por la sala o junto al enorme mostrador. Algunas de ellas acompañadas de potenciales clientes. Me acerqué a la barra procurando evitar llamar la atención y pedí mi consumición, girándome, me dediqué a contemplar el lugar.

Poco tiempo había pasado cuando se me acercó una de las prostitutas, una chica rubia grande, tipo valkiria, con unos inmensos ojos azules y unos enormes pechos que apuntaban derechitos a mi cara como queriendo escapar de la ajustada camiseta de tirantes que solo haciendo un gran esfuerzo de imaginación podía sospechar como la dejaba respirar. Tras un par de besos en las mejillas y la presentación típica del lugar, la chica se hacía llamar Silvia, en cuanto le dejé claro mi falta de liquidez y que no iba a pagarle ninguna copa se retiró en busca de bolsillos mejor dotados.

Pero en su camino se detuvo a hablarle al oído a una apetecible morenita, de cabello por los hombros, ojos marrones hombros bronceados que mostraba un ligero vestido negro de tirantes. Ambas miraban en mi dirección como evaluándome y luego la rubia siguió adelante. Ahora debería describirme pero nunca me he considerado guapo, aunque supongo que aventajaba a los clientes habituales del club. Joven, mucho, moreno, como 1’75 de alto delgado ojos claros y un cuerpo moderadamente musculado procedente del trabajo mas que del gimnasio o del deporte. Me senté en uno de los sofás cerca del escenario a la espera del comienzo de la función.

Y al poco rato se me acercó la morena. Se sentó a mi lado, y tras el tradicional ritual de la presentación y los dos castos besos en las mejillas me explicó que era una de las participantes en los stripteases y quería sacarme a la pista y jugar conmigo delante del público. Quería que yo participara en el espectáculo. Asombrado miraba sus labios rojos, nervioso veía los pezones marcados en la liviana tela y los muslos asomando por el corto vuelo de la falda. Sería con ella, primero habría un numero de striptease normal a cargo de una monumental mulata y luego saldría ella y me sacaría a mí a la pista donde jugaría conmigo, me arrancó el consentimiento prometiéndome que no me desnudaría… del todo.

Al cabo de un rato cambió la iluminación, la música se hizo mas fuerte y sacaron a la pista una especie de diván redondo y bajo. De inmediato quedó iluminada solo la pista y salió la mulata vestida con un traje de hombre. Ni siquiera la americana era capaz de disimular aquellos enormes melones y de todas formas tampoco le duró mucho puesta. A través de la leve tela de su camisa blanca casi podía verse la piel negra como si no llevara nada, además de sus amplias caderas marcadas por los masculinos pantalones. Su hermoso culo se dibujó perfectamente cuando subió una pierna y arqueó la espalda para quitarse las sandalias de enormes tacones de aguja.

Una vez libres los pies no tardó en quitarse los pantalones y sus hermosas piernas que dejaron al descubierto de los finos tobillos a los muslos delicadamente torneados hasta el arranque de las nalgas que apenas podíamos adivinar por la longitud de los faldones de la camisa. Siguiendo el ritmo de la música se levantó estos dejándonos ver por fin el leve tanguita negro que cubría su pubis y cuando se giró el enorme y firme culo. Lentamente se desabrochó los botones y se descubrió los hombros alternativamente, todos deseábamos que se volviera de nuevo para atisbar las inmensas tetas. Cuando por fin lo hizo la realidad superaba nuestras expectativas.

Grandes algo colgantes redondos y con unos gigantescos pezones duros y tan negros que se tocaba y amasaba. Cuando de repente se dio la vuelta de nuevo y agachándose mostrándonos las nalgas y entre ellas apenas cubriendo el redondo ano una gomita negra. Se las abría con las manos y apartaba el cordón metiéndose un dedo mojado en su saliva en el culo, tapaba su coñito o bajaba su mano para separar los labios de la vagina con dos dedos. Se tumbó boca arriba en la cama redonda se deshizo del tanga y nos dejó ver el esplendor de su pubis afeitado, el interior de su vulva profundamente roja cuando separaba todo lo que daban de sí sus labios y cómo se masturbaba metiéndose uno o dos dedos en su interior cada vez mas deprisa, la boca abierta en inaudibles gemidos.

Hasta una sísmica corrida delatada por el bamboleo de sus pechos. Dos minutos a oscuras mientras uno de los camareros recogía la ropa de la rubia esparcida por todo el escenario. Un nuevo cambio en la música y apareció Sonia mi morena iluminada por la dura luz de un solo foco. Ahora vestía una blusa blanca que dejaba sus bellos hombros al aire y una faldita de vuelo por encima de las rodillas sujeta por un ancho cinturón y unas botas altas y de fino tacón.

Estuvo bailando un rato sin quitarse nada, solo provocando con la belleza de sus movimientos y formas. Siempre seguida por la luz del cañón se metió entre el público expectante en mi busca, me cogió de la mano y entre las mesas me condujo al escenario. Allí comenzamos a bailar, muy juntos ante la estupefacta mirada de la gente. Ella se me pegaba, se frotaba con mi cuerpo y yo aprovechaba para agarrarla y apretarla a mí, una mano en su cintura o culo y la otra bajo su pecho o cogiéndola una teta directamente. Uno de mis muslos entre sus piernas. Con la mano del culo subí su falda dejando al aire sus preciosas nalgas pues bajo la falda solo llevaba el imprescindible tanga, y aproveche para sobárselas a conciencia.

Nos besábamos iluminados por los focos y lentamente ella se separó un poco de mí seguía bailando a mí alrededor y comenzó a desabrocharme la camisa se inclinó sobre mi pecho y me besó en las tetillas mordisqueando mis pezones, intentaba excitar al público que enardecido nos miraba, pero al que más excitado tenia era evidentemente a mí, me sacó la camisa de los pantalones y me acarició el vientre con sus manos. Y le tocó el turno a ella, su ligera blusa sujeta apenas a los brazos con elásticos, me cogió las manos las puso en sus caderas y me hizo coger la tela y levantarla primero hasta sus pechos donde me detuve para prolongar el misterio y por fin salvando el obstáculo que me ofrecía su cabeza por sus brazos estirados hasta conseguir sacársela.

Llevaba un sujetador tipo palabra de honor que no le hacía falta para nada, sin tirantes que no tardó en seguir el camino de la blusa hacia el fondo del escenario. Sus pechos perfectos conos erguidos, puntiagudos terminados en las dos ricas guindas granate de sus pezones. Ahora fui yo quien se inclinó emocionado y se los metió en la boca saboreándolos como caramelos durante un rato. Ella se volvió y dándome la espalda arrimó su culo a mi pubis, bailaba, movía el trasero bajando y subiendo las caderas bien arrimadas a mi polla al ritmo de salsa que nos acompañaba desde el principio del numero.

Entonces me tumbó en el sofá, se puso detrás de mi se inclinó y me besó en la boca estábamos al revés y ella siguió a mi cuello y pecho. Besando y lamiendo pasó al vientre metiéndome la lengua en el ombligo y al llegar as los pantalones me lo desabrochó y bajó pidiéndome que levantara un poco el culo, me mordió suavemente el duro pene por encima del brevisimo slip rojo y siguió por los muslos. Yo tampoco me quedaba quieto y según pasaban sus tetas por encima de mí aproveché para comérselas, lamer sus pezones, las marcadas costillas y hasta el ombligo. Hasta que su falda cubrió mi cabeza cada uno de sus muslos a los lados de mi testa.

Y su tanga a cinco centímetros de mi nariz imposible resistir mis dientes entraron en acción casi ellos solos. Aparté el elástico con la lengua hasta ver el deseado coñito, y poder lamerlo con cierta comodidad. Cuando apreté los labios abiertos solos con la punta de la lengua y encontré el clítoris, ella se estremeció y estuvo a punto de arrancarme la polla de un mordisco pues en ese momento la tenía cogida por encima del bañador. Desde allí se bajó de encima, se arrodilló entre mis piernas y siguiendo el ritmo de la música hacía como qué me comía el rabo.

Sus senos apretados a mis muslos desnudos se movían frotándolos, pues tenía los pantalones enrollados en torno a los tobillos, postura airosa donde las haya. Yo estaba excitadísimo y no me importaba que me estuvieran mirando casi un centenar de personas o quizás por una vena exhibicionista que surgió en ese momento me excitaba aun más los dos centenares de ojos que seguían desde la oscuridad todos nuestros movimientos. Yo creo que fue por los mirones por lo que me incliné sobre ella y le susurré al oído: sigue desnudándome del todo y fóllame o deja que te folle.

Ella abrió los ojos con sorpresa mientras miraba a los míos y me dijo: ¿seguro? Yo loco de deseo, excitación y exhibicionismo le dije: si quiero follarte, quiero tu coño, te deseo. Arrodillada entre mis piernas me sacó las playeras y los pantalones dejándome solo con el slip de licra y la abierta camisa en mis hombros. Esta tampoco tardó en seguir el camino del resto de la ropa. Ahora le llegaba el turno de su falda aprovechando el momento en que estaba ante mí de pie sacándome la camisa se la saqué por sus torneados y morenos muslos, dejándola solo el tanga, el cinturón y las botas.

Me volvió a coger de la mano para levantarme y ambos casi desnudos solo con lo mínimo cubriendo nuestros genitales volvimos a bailar juntos esta vez un tango que acababan de pincharnos. El tango pieza sensual nos permitió desplegar todo un repertorio de pura lascivia, de roces de caricias, me permitía sujetarla poniendo mis manos por todo su cuerpecito. Ella notaba mi rabo duro presionando su vientre y yo mi muslo entre los suyos y la calidez de su coñito apoyada en mi piel. En cuanto terminó la pieza me agaché y cogí su breve cuerpo en mis brazos y lo deposité encima del diván. Estaba lanzado, había pasado a tomar la iniciativa y fui yo el se arrodilló entres sus piernas que sobresalían del borde del mueble, allí levanté sus piernas, le quité el tanga y ella arqueó la espalda y me agaché para comerle el coño y el ano pues con las piernas abiertas me permitía el acceso a las partes más deliciosas de su anatomía.

Ella era consciente de que teníamos que dar espectáculo y cada vez las abría mas a todo lo que podían darse si sus flexibles ingles, lo que permitía una vista bastante buena de mi lengua entre sus labios vaginales, o en su clítoris acariciándolo, mi nariz enterrada en su monte de venus apenas cubierto por una fina raya de vello púbico que se había dejado en su última depilación. Creo que aún pendiente del público se corrió en mi boca o eso me pareció cuando recibí en la lengua su sabor, entonces con un golpe de pelvis se giró y se subió a cuatro patas sobre la camita dejando ante mi asombrada cara toda su grupa, enseguida la metí entre sus nalgas lamiendo su ano y coñito totalmente abiertos a mi exploración bucal.

Seguí comiéndola durante un rato mas mientras ella apoyada en un brazo dejaba ver al público como se acariciaba los pechos con la otra mano. Yo estaba concentrado lamiendo y mordisqueándole el culito. Volvió a moverse esta vez para sentarse de forma normal, su carita viciosa se aproximó a la mía y sus labios besaron los míos que conservaban el sabor de su vagina. De ahí recorrió mi cuello pasó a mis hombros y luego al pecho donde lamió y mordisqueó mis pezones. Yo me iba incorporando poco a poco para que me comiera el vientre y el ombligo hasta que cogió el elástico de mi bañador y me lo quitó.

Mi polla saltó fuera casi derecha entre sus dientes que se abrieron para recibirla y apretarla contra el paladar. Masticando el trozo de carne como si no hubiera comido y cogiendo el escroto con una mano estirándolo acariciándolo apretándolo y con la otra agarrando el tronco de la polla en una lenta masturbación. La mano del escroto, juguetona, pasó entre mis piernas hacia mi culo deslizándose entre las nalgas hasta encerrar un dedito en mi culo, detalle que todo el público podía apreciar. La cogí de los hombros y la empujé hacia atrás por que si seguía así me iba a hacer correr sin mayores esfuerzos. Ella captó la indirecta y volvió a colocarse a cuatro patas para que pudiera penetrarla y nadie de la sala se perdiera detalle.

De pie se la metí en el anhelante coñito y comencé a moverme con suavidad la tenía cogida por las hermosas caderas y ella me seguía el juego me incliné sobre ella y le pedí permiso para follarla el culito y así pude sacar el rabo para introducirlo en el otro agujero lo que provocó una ola de admiración entre el público. Pero ni siquiera ahí pude correrme ella volvió a moverse, se tumbó boca arriba me hizo arrodillar junto al diván y penetrarla cuando ella tenia una pierna apoyada en el suelo y la otra en mi pecho al lado de mi cuello las piernas totalmente abiertas y ella encarada al resto de la sala.

Tras un rato follando así y a punto del orgasmo se la volvió a sacar para colocársela entre los pechos, la apretaba entre ellos con las manos. Hasta conseguir hacerme eyacular en una fantástica cubana apuntando hacia su boca abierta, que recibió casi todo el semen, parte lo tragó, y el resto en la cara. Nadie perdía detalle de algo que desde luego por mi parte no era una actuación, incluso habian subido un poco las luces de la sala. Deslizando un poco el muslo y poniendo una mano en mi nuca consiguió que acercaramos las cabezas para deslizar un beso tierno en mi boca y poder decirme: cuando apaguen casi toda la luz recoges la ropa y me sigues. Me deslicé tras ella por una puerta disimulada en un lateral con el bulto de la ropa de ambos en brazos hasta un cuarto que parecia hacer las veces de vestidor. Volviendose me cogió la ropa y la tiró a un sofá para arrojarse en mis brazos y volver a besarme. -Ha sido genial, me dijo, has estado fantastico.

Mi novio y su primera vez… Mi corrida mas rapida

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Sé que debe sonar patético, pero este año suspendí deportes. Se podría decir que somos dos en realidad los patéticos. Mi novio y yo solíamos reunirnos los días que teníamos gimnasia por la mañana, en la puerta de la escuela e íbamos a su casa a disfrutar juntos hasta que teníamos que irnos a clases. Por eso, faltábamos a las clases de educación física y nos calentábamos en las escaleras o en su cuarto. Debo decir que valió la pena. Nos conocíamos desde mediados de junio, y comenzamos a estar juntos el 21 de ese mes. Nos divertíamos mucho juntos, pero nunca fuimos más allá. Yo por aquel entonces era virgen, pero para el primero de agosto deje de serlo con otro pendejo, aunque debería de decir hombre no puedo hacerlo, la palabra y ese título le quedan demasiado grande a ese gilipollas. Obviamente yo termine hablado con mi novio sobre el asunto luego de que pasara, y él me dijo que estaba bien, que entendía que tarde o temprano yo iba a buscar lo que él no me daba con otro, que lejos de molestarlo, lo entendía y no le molestaba ya que al menos le fui sincera y le conté sobre mi infidelidad (sé que sorprende, pero no lo dijo con ironía ni rabia ni nada por el estilo, al contrario estaba tan calmado y lo decía tan tranquilo y de manera natural que me asuste de que luego me dijera que terminábamos, cosa que me hubiese parecido normal, pero no lo hizo). A pesar de mi infidelidad seguimos como si nada, las mañanas en su casa, masturbándonos y practicando el sexo oral. Hablábamos a diario de lo que hacíamos, e incluso cambiábamos de tema constantemente. Pasábamos de hablar de cosas sin importancia a conversar sobre nuestros sentimientos; de sexo a amor, siempre estábamos para el otro, nos escuchábamos y entendíamos, nos reíamos y sacábamos lo mejor del otro, enfrentábamos nuestros problemas juntos, y ayudábamos al otro en casi todo.

Aun recuerdo aquel día en que salimos de las clases de gimnasia en diciembre para recuperar los contenidos reprobados, y me acompaño a mi casa. Estando en la esquina de mi cuadra nos detuvimos y nos besamos como despedida. Entonces me miro a los ojos y me pregunto si quería ir la próxima vez que tuviésemos deportes a su casa al salir de la clase y darnos una ducha juntos. Yo sabía que era lo que significaba eso y le dije que me parecía estupenda idea. Nos despedimos y al entrar en casa me puse a sonreír como idiota y a bailar y abrazar a todo mundo.

El martes 17 de diciembre del 2013 fue el día en que mi novio tuvo su primera vez conmigo. Habíamos salido de gimnasia y nos fuimos a su casa. Al llegar pasamos al baño y nos quedamos en ropa interior los dos. El llevaba un bóxer a rayas, y yo me quede con un sujetador de encaje blanco y unas braguitas estilo hilo dental blancas también con encaje transparente al frente. Nos quedamos así unos segundos, hasta que comenzamos a besarnos sin cuidados. Me hizo girar y quedarme de espaldas a él. Me desabrocho el sujetador y cayó al suelo con el resto de la ropa. Me toco y acaricio el culo y comenzó a quitarme mis braguitas. Se apoyo contra mí y sentí su pene erecto contra mis nalgas. Luego se quito su bóxer, y nos metimos bajo la ducha juntos.

El agua recorría nuestros acalorados cuerpos mientras nos besábamos y nos apretujábamos. Comencé a masturbarlo, y cuando ya estaba bien dura su polla se colocó un preservativo. Él estaba nervioso, pero la calentura lo podía más. Debo admitir que yo también tenía nervios, pero no por lo mismo que él, sino porque sabía que por mas lubricada que estuviese me iba a doler. Tenía el miembro más grande que había visto, y desde la primera vez que se lo mire supe que iba a partirme al medio cuando lo hiciéramos. Lo habíamos hablado muchas veces, y habíamos dejado en claro que entre nosotros seria amor y no solo calentura; también habíamos acordado que no me la metería por el culo ya que si lo hacía no podría volver a sentarme durante una semana entera.

Fue algo complicado decidirnos por una posición para empezar, yo era demasiado pequeña de estatura para quedarme en cuatro de pie y él me penetrara, así que se sentó en el suelo y yo me puse sobre él con las rodillas al costado. Tome su miembro con la mano y la posicione en la entrada de mi sexo. Comencé a bajar un poco, y logre que entrara la punta. Baje un poco mas y el dolor me freno. Aun así no me importó el dolor y termine de bajar un tanto de golpe. En ese momento el dolor se hizo más fuerte y apoye mi cabeza en su hombro, ahogando un grito, y clave mis uñas a los costados del nacimiento de sus brazos. Él solo aguanto el dolor que le estaba causando con mis uñas y espero a que me relajara un poco. Cuando lo hice me tomo por las caderas y me levanto un poco y volvió a bajarme. Siguió hasta que yo lo ayude, apoyando mis manos en sus hombros y comencé a subir y bajar a su ritmo. Nos detuvimos a los minutos y termine acostada sobre el suelo, con él penetrándome. Mis piernas a los costados de sus caderas y él hundiéndose más en mí. Yo perdí el control de mi respiración y él gemía del placer. Volvimos a cambiar de posición tras unos cuantos minutos. Él quería intentar darme mientras yo estaba en cuatro de pie. Logramos tras tener que pararme de puntas de pie y él agacharse un poco. Sus manos apretaban mis caderas mientras me penetraba abruptamente.

Volvimos a cambiar de posición. Repetimos las tres que habíamos hecho. Y de nuevo estando en cuatro llegamos al orgasmo. En tan solo menos de una hora me corrí lentamente y de manera deliciosa. Cuando se aparto de mi, caí de rodillas rendida por mi orgasmo, con las piernas temblando y la respiración agitada. Me quede allí hasta que mi respiración se normalizo y mis piernas se relajaron. Me ayudo a ponerme en pie y así terminar de bañarnos juntos.

Bueno, sé que es un relato corto, pero es algo que prometí contarles. El próximo relato que estaré subiendo será el de mi debut.


Mi amiga Marta se decide (I)

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Marta es una chica bastante resultona, delgada, con una piernas bastante largas y un trasero que a mi me parece perfecto y por lo visto a otros también porque no hacen más que mirárselo, con el pelo rubio, muy rizado y largo hasta la mitad de la espalda. Atraía las miradas de todos.

Ella se iba a ir a estudiar fuera ya que quería estudiar otra carrera distinta a la que había empezado en otra universidad, yo había repetido COU y tenía que sacar el curso y la selectividad.

Un día quedamos para ir a descambiar una ropa que me habían regalado, fue una gran tarde y con tal de seguir pasándolo bien ella me acompañó cerca de mi casa a pesar de que la tienda estaba al lado de la suya diciéndome que así cogería ella el autobús y ya está, mientras esperábamos sentados en un banco hablando y riéndonos pasó algo, ella se acercó a mi mucho y me besó, según ella quería hacerlo antes de irse, llevaba mucho tiempo pensándolo pues al parecer había empezado a sentir algo más y no quería irse sin hacerlo, mientras me lo decía llegó la hora y el autobús llegó.

Yo me quedé bastante pillado, no esperaba para nada que ella sintiese nada por mi, no soy muy guapo, más bien del montón y ella podía tener a quien quisiera, de hecho había estado con algún chico desde que nos conocíamos y ellos casi besaban el suelo que pisaba. Ella por supuesto me atraía, ¿A quien no?

Dos días después, el viernes y sin saber nada de ella me mandó un SMS (Si, hace ya bastante tiempo, no existía Whatssap, teníamos 18 años ella y 17 yo, con una diferencia de meses) diciéndome que se arrepentía mucho de haberme besado, que me había hecho daño y que quería seguir siendo mi amiga. Ella estaba estudiando en ese momento en la capital y yo en un pueblo cercano así que me salté las clases que quedaban y me dirigí a coger el tren para ir a buscarla, pero cuando me disponía a coger el tren me dijo que ya estaba llegando a su casa así que tuve que coger el bus y dirigirme a su casa, cuando entré en el bus la vi allí, en ese momento al no esperarlo me quedé un poco sin palabras pues aún no sabía exactamente que decirle, aquel beso seguía en mi cabeza.

Durante el viaje en bus los dos fuimos callados, no sabíamos que decirnos, ella parecía avergonzada y yo no sabía como actuar ante todo eso, llegamos por fin a su casa, pero en vez de entrar nos quedamos en el patio hablando, ella tenía una gran casa con un patio enorme y una piscina con trampolín y todo así que nos sentamos en el trampolín y empezamos a hablar, yo le dije que aceptaba su opinión, pero que aquel beso me había gustado, ella se quedó poco cortada, pero me dijo que no quería estropear nuestra amistad y que por eso pensaba así, que creía que si lo paraba ahora todavía estaba a tiempo, nos quedamos callados, yo me recosté en el trampolín con la cabeza encima de sus muslos pensativo, triste pues aún queriendo seguir aquella estupenda amistad no podía evitar pensar que de todas formas ella se iría en unos meses y apenas podríamos vernos.

Entonces me volvió a besar

- ¿ … ? ¿Por qué? Estaba intentando asimilarlo, ¿Por qué lo has hecho?

- No sé… He notado que quería besarte, has aceptado mi decisión por mi, has hecho muchas cosas por mi, te has portado siempre muy bien a pesar de todo, parece que eres la única persona a la que importo de verdad y creo que por eso has empezado a importarme mucho más que un amigo, yo quiero ser tu amiga y no quiero estropearlo todo por un beso, si esto saliese mal todo podría terminar muy mal.

- Bésame otra vez entonces, quiero sentir eso en tu beso, me gustaría sentir que de verdad tu quieres hacerlo.

Esta vez yo respondí al beso y no besamos un largo rato, pero escuchamos la cancela, acababa de llegar el jardinero que tienen en casa para el jardín, nos apartamos de su vista y cuando se metió en el cuartillo de las herramientas fuimos corriendo a la casa donde afortunadamente no había nadie, allí seguimos besándonos, yo estaba dubitativo, no sabía como seguir, sentía la pasión de sus besos y esperaba el siguiente signo para saber si podía dar otro paso. Por fin ella lo dio, empezó a besarme el cuello, mmmmmhhhh…. Vía libre!!!

Sus besos en el cuello me pusieron a cien, mmmmmh… Empecé a tocarla más allá de su cara y a sentir su cuerpo bajo mis manos, ¿de verdad aquella chica me estaba besando? Yo no me había permitido sentir nada por ella, me gustaba, si, pero la había visto inalcanzable en ese sentido, nos entendíamos muy bien, siempre parecíamos saber como pensaba el otro, menos en ese sentido, había sido una gran sorpresa todo aquello.

Tras estar un largo rato liándonos lo dejamos ya que era casi la hora de que llegase su hermano mayor del trabajo y ella no quería para nada que su familia se enterase pues su madre siempre la andaba “puteando” si se enteraba que tenía pareja y para nada quería que se enterara que ahora parecíamos más que amigos. Quedamos para ir al cine esa misma noche tras convencerla pues no quería salir, seguía muy dubitativa ante aquello, pero sin quererlo dí con su punto débil y accedió pues aquello la dejaba sin fuerzas.

Cuando llegó la hora nos reunimos en el cine y ella ante mi sorpresa lo primero que hizo fue besarme, fue directa, no imaginaba que fuera a besarme nada más verme después de que las otras veces había dudado y que me había costado bastante convencerla de ir al cine aquella noche. Durante la película ella me cogió la mano, parece que sus dudas se habían dispersado y que estaba por la labor de ir más allá. Nos besamos varias veces e incluso me atreví a ponerla la mano sobre el muslo y acariciarle la pierna, ella llevaba una falda corta así que aproveché para sentir su pierna, metí la mano entre sus muslos y subí un poco, ella me besó apasionadamente y puso su mano en mi entrepierna así que yo me atreví un poco más a subir la mano y llegar más arriba hasta la parte superior, donde pude acariciar su coñito, mi polla estaba dura y ella la estaba acariciando por encima del pantalón, pero parecía no bastarle pues desabrochó los botones del pantalón y la empezó a tocar con solo los calzones entre su mano y mi miembro, nos pusimos a cien, pero no podíamos seguir, había más gente en el cine y aquello empezaba a dejarse notar mucho, seguimos tocándonos, pero con menos descaro mientras “veíamos” la película que pasó a no interesarnos prácticamente nada.

Cuando salimos del cine ambos estábamos muy calientes, pero no sabíamos donde ir ya que no teníamos coche ni casa propia donde terminar con lo que habíamos empezado, decidimos que la acompañaría a casa y ya quedaríamos a una hora el día siguiente para recogerla e ir a casa de una amiga suya que celebraba una fiesta por su cumpleaños.

Durante la fiesta nos comportamos como los amigos que todo el mundo conocía, nada de besos, roces ni algo parecido con lo que ambos estábamos deseando quedarnos solos y poder al menos besarnos, vamos, lo típico cuando dos personas empiezan una relación.

Llegó el lunes, ella se fue a la facultad y yo al instituto donde estudiaba con su hermano pequeño, estando en la clase una chica con la que estudiábamos me arrolló felicitándome pues nos había visto el viernes junto a la parada del tren justo en el momento en que Marta me besó, yo la alejé rápido de allí pues antes de que dijera apenas nada delante del hermano de Marta ya sabía de que iba el asunto y me tocó convencerla de que aquello había sido un error y que se había quedado todo en aquel beso. Tras aquello volvimos a la clase y a tercera hora más o menos recibí un sms de Marta:

- Ya he terminado, me he vuelto a casa, no hay nadie ¿Vienes?

- Preciosa, no me piques, que no controlo, jejeje. Así no saldré del instituto en la vida.

- Venga, vente, que yo te ayudo luego con las asignaturas que haga falta luego, no te preocupes.

Marta estaba yendo de un extremo al otro, de no querer seguir con aquello a no querer dejarme escapar, eso me gustaba.

- Vamos, tenemos toda la mañana, son las 10 solo y me apetece estar un rato contigo.

Cuando llegué a su casa eran las 10:30 más o menos, quedaban unas 3 horas y media para que apareciese alguien por allí, nos pusimos a ver una peli tumbados juntos en el sofá, yo me quedé dormido, estaba muy a gusto allí abrazado a ella, la verdad… Cuando desperté ella estaba mirándome desde abajo, no me ubicaba, yo estaba tumbado boca arriba y ella a mi lado, pero no tumbada, sino arrodillada junto al sofá, ella tenía una camiseta grande en la mano y cuando me desperté me hizo poner las manos para arriba, ese sofá tenía los reposa brazos de madera, como una barandilla, pasó la camiseta por la madera y luego me amarró las manos.

- Ehhhhh….

- Calla, no quiero que me toques, quiero ser yo la que te maneje, la que toque y que sufras sin poder tocarme.

- Pero….

Me puso un dedo en el labio y me calló, entonces me dí cuenta que se había desnudado casi por completo dejándose solo el tanguita que llevaba, rojo y de encaje, me iba a hacer sufrir a lo bestia, la estaba viendo casi desnuda y no podía tocar nada, sus pechos estaban ante mi y no podía usar las manos, mi polla estaba a cien, hasta me dolía tenerla aprisionada por los vaqueros y los boxers. Ella se acercó y me besó, me levantó la camiseta y empezó a besarme el pecho mientras me tapaba la cara con la camiseta, ¿encima de todo también me dejaría sin aquel espectáculo?

Siendo mala siguió besándome y lamiéndome mientras bajaba hacía abajo, cuando llegó al pantalón lo desabrochó y lo bajó hasta dejarlo por debajo de los boxers, luego , volvió a subir y me empezó a acariciar por encima de la tela, me sacó la camiseta dejandomela a la altura de las muñecas a atadas, estábamos los dos casi desnudos a excepción de los bóxer y el tanga, mientras me quitaba la camiseta me dejó los pechos a la altura de la cara… << Mmmmmhhh... Ha tenido un despiste >> Subí la cabeza un poco y alcancé a lamer unos de los pezones, ella se estremeció un momento, lo tenía totalmente erectos, le había gustado mucho <<¿Será otro punto débil?>>

Se acercó de nuevo a mi y me besó de tal manera que me dejó extasiado, bajó de nuevo y lamió mi polla a través de la tela de los boxers, le encantaba jugar conmigo, estaba disfrutando de lo lindo haciéndome sufrir de aquella manera. Me bajó los boxers dejándome completamente desnudo y empezó a rozar sus pechos alrededor de mi miembro.

- ¡¡¡Dios Marta!!! Suéltame por favor…..

- No, no… Eres mio ahora y quiero seguir jugando, quiero que cuando te deje suelto me quieras follar a lo bestia, que me hagas chillar hasta quedar muerta.

Empezó a lamer mi polla bajando hasta los huevos en donde empezó a chupar casi hasta hacerme daño, pero esa “molestia” resultaba excitante hasta el extremo, por fin se metió mi miembro en la boca mientras me acariciaba los testículos. No podía aguantar más, me iba a correr ya.

- Para, para, me corro, me corro….

Intensificó la mamada e hizo que soltase todo en su boca. Me quedé flipado, acababa de hacerme una mamada y encima cuando la avisé para que se apartase siguió para que me corriese en su boca y además se lo había tragado, eso me puso más cachondo todavía, esperaba que no se me bajase porque si ahora me soltaba podría follarla por mucho tiempo y hacerla gozar como ella quería.

Pero no, no me soltó, me limpió la polla a lametazos y se quitó el tanga dejándome ver su coñito afeitado << Dios, ¿hasta donde va a llegar? >>. Se puso encima mía y empezó a rozarse con el polla, jadeaba y aumentaba el ritmo más y más hasta llegar a un orgasmo en poco tiempo << ¿Quien eres tu y que has hecho con Marta?>> No parecía aquella chica que yo conocía, no me esperaba aquello de ella, no era más que un juguete en sus manos, si después de correrme se me había venido un poco abajo la erección aquello hizo que volviera a estar totalmente empalmado, entonces se hecho encima mía, me besó y me desató.

- ¡¡¡ Libree!!!

- Ahora folla me, quiero tu polla bien dentro de mi, quiero hasta la última gota de lo que te queda.

La puse en el sofá bajo mi, metí mi polla en su coño, estaba mojadisima, entró totalmente a la primera, ella gimió de placer, la volví a sacar, ella hizo puso de tristeza y a la vez juguetona, restregué mi polla por la entrada de su coño jugando con ella, ahora me tocaba a mí, pero ella no quería jugar, solo ella jugaba, quería que la follase a lo bestia así que se la volví a meter, esta vez poco a poco para que la sintiera entrar hasta el fondo, le cogí las piernas y me las puse en los hombros para que entrase entera y empecé a empujar, primero suave, aumentando el ritmo como había hecho ella anteriormente, ya no se reía, gemía y jadeaba.

La cogí en brazos y sosteniéndola en peso la subía y bajaba metiéndosela bien profundo, ella enrosco las piernas alrededor de mi cintura para no dejarme escapar y puso su cabeza encima de mi hombro pues en esa postura no podía besarme, la llevé contra una de las paredes para poder penetrarla mejor y no cargar con su peso, además tenía sus tetas a mi alcance y lamí sus pezones con esmero, sus pechos no eran grandes, lo suficiente para caber en una mano, con pezones medianos y erectos, ella empezó a gemir cada vez más fuerte.

- Si, Carlos, sigue, que me voy, sigue….

- ¿Así lo querías? ¿Querías mi polla dándote fuerte en el coño?

- Mmmmmhhh, Siiii, ya, ya…… ¡ Dios ! ¡¡¡ yaaaaa !!!

Se desplomó tras aquel bestial orgasmo, pero yo todavía podía aguantar más así que la hice tumbarse boca abajo, le abrí las piernas un poco y me puse encima suya para acomodar mi polla en la entrada de su coño metiendo todo lo que podía y le dije que cerrara las piernas, cuando las cerró empecé a empujar de nuevo, esa estrechez hacía que mi polla se estremeciera en cada embestida, ella volvió a jadear y gemir de nuevo, yo estaba a punto, seguí follándola de esa manera mientras aumentaba el ritmo y ella gemía de nuevo cada vez más fuerte.

- Ya no aguanto más, ¡¡¡me voy a correr!!!

- Dámelo todo, quiero sentirlo dentro de mi, llename el coño, Siiii

Por fin me corrí, fue una gozada llenarla de mi leche mientras los dos llegábamos juntos al orgasmo, ella gritaba de placer.

Nos quedamos tumbados juntos un rato sudados y decidimos vestirnos rápido, no fuese a llegar alguien, nuestro primer polvo había sido sensacional y me había demostrado lo que le gustaba jugar, a partir de entonces los juegos serían la nota dominante en nuestras relaciones, pero claro, eso os lo contaré otro día, hay Marta para rato.

Una Vecina Necesitada

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Primero que todo me presento delante de los lectores y lectoras de esta página, desde hace algún tiempo he sido un ferviente lector de esta Página, sin animarme nunca a publicar nada, pero al fin me anime.
Mi descripción, no soy un tipo wapo, para nada, pero me gusta hacer deporte y mantenerme saludable, soy normalito, eso sí, aprendí a ser educado con las damas y eso me ha permitido poder ser amigo ante todo de ellas, y después muchas cosas más.
Por mis estudios y por mi trabajo he tenido la oportunidad de estar en diferentes partes del mundo y por ende, conocer mujeres de diferentes países, las cuales han significado mucho para mí, cada una por el momento especial que me hicieron pasar y lo que significaron en mi vida, las cuales aun después de tanto tiempo siguen siendo amigas y algunas amantes, las cuales a todas les debo mucho por enseñarme cada una algo nuevo, de todas ellas poco a poco les iré contando.

Una Cena en el campo
No hace más des de un año, Me salió una trabajo, buena paga pero por un año y lejos de mi casa cerca a la zona del Quindío en Colombia, me hospede en un hotel pero por el presupuesto de la empresa al poco tiempo me hospedaron en una casa de uno de los Ingenieros, el lugar muy tranquilo, típica clase media, a mi me dieron una habitación amplia y cómoda, ellos una familia normal papa, mama y 2 hijos, todo normal, Nancy una mujer de agradable pero nada atractiva para mis gustos.
En una ocasión a las 2 semanas de estar hospedado, me pidieron el favor de que los ayudara a un trasteo de una hermana y por supuesto que accedí, la hermana que se llama Mery se pasaba a una casa vecina, ella venia con su marido un Ing que trabajaba en café y sus tres hijos una nena de 17 y un niño de 14 y una hija de 26
Les ayude en lo que más pude, pero en un momento de cansancio me quede pensando en otras cosas cuando, Mery me hablo para darme un refresco y agradecerme que les estuviera ayudando ya que su marido brillaba por su ausencia había tenido q salir de urgencia para atender no se que cosa, en ese instante la pude detallar bien, una mujer de 45 años, blanca, bien conservada con una cara bonita, de 1,60 cmts de estatura, unos pechos pequeños, pero con un delicioso trasero( Mi debilidad son los traseros grandes, tipo de Negra), vestía de una licra azul con una camiseta blanca que por el trabajo se le pegaba toda al cuerpo. Solo atine a decirle, un favor se le hace a cualquiera y que siempre estaba a la orden, a lo cual ella me agradeció y se dio vuelta a seguir en la faena, quedando de espalda pudiendo admirar ese hermoso trasero, que se le notaba grande y redondo, además se notaba que traía un hermoso Hilo dental que de solo pensarlo me emocione pero para evitar confusiones mejor pensé en otra cosa, ya que no me gustan las mujeres casadas.
Pasaban los días y Mery llegaba mas a menudo a la casa, ya que los hijos jugaban con los hijos de Nancy y por que su esposo pasaba días por fuera de la casa, llegando en las tardes coincidiendo en las horas que yo llegaba del trabajo o del Gym. Nos fuimos haciendo amigos, ya que me convertí en el que hacia los mandados de las 2 familias y por supuesto me volví de confianza de todos hasta del esposo de ella.
Poco a poco hablábamos con Mery de todo y como siempre lo que más me gustaba era verla, ya que usaba vestidos, licras o Jeans que marcaban su hermoso culo, a veces yo le preguntaba de ella y de su familia su marido, e igual ella sobre mi trabajo y lo que era estar lejos de mi casa y de mi familia, en una de tantas platicas, salió el tema de cada cuanto hacia el amor, yo le dije que cuando salía algo y ella se echo a reír, además que era verdad ya que a mi esposa la veía cada 3 meses o antes si me venía a visitar, cuando le pregunte a ella, ella se quedo callada y yo le pregunte que si le incomodaba el tema y me dijo que no pero que la verdad es que hacia mas de 4 meses que el esposo no la tocaba y que cuando lo hacía era rápido y ya, dejándola muy mal, a lo que yo le dije que eso era egoísmo y que una mujer como ella era para ser atendida, como se merece como una reina, en eso apareció la hermana y hasta allí nos llego la plática, quedando por supuesto intrigado sobre el tema.
Poco a poco, nos fuimos haciendo mas y mas amigos, ya que es una persona muy agradable para platicar y además de ser muy educada pese a que no pudo estudiar mucho, ya que siempre se tuvo que dedicar a su hogar y su marido siempre, ya que era él, el que la mantiene, en una de esas platicas jugamos a preguntarnos cosas que la edad, que el peso, que cuando el primer beso y poco a poco la plática subió de tono y le pregunte que de donde era virgen diciéndome que solo le quedaba el culito virgen ya que el marido decía que por ahí era pecado, algo que me puso mi imaginación a volar y mas con el delicioso culo que tiene, ella me pregunto que si yo era capaz de serle infiel a mi esposa y yo le dije que sí, pero que debía ser una persona que me gustara tanto física como intelectualmente así como ella, con lo cual la hice ruborizar, de ahí para allá la plática se desarrollo en temas y preguntas de ese tipo, hasta el punto que me dijo que le gustaba hablar mucho conmigo pese a mi edad ( 36 años, por supuesto que no soy un niño).
En una ocasión, el marido de Mery nos invito a Nancy y su esposo mis caseros y por supuesto a mí que los acompañáramos a él y a Mery a una cena con compradores de café, que iba a estar muy entretenida, yo les dije que si, el nos dijo que al otro día a las 6 de la tarde pasaría por nosotros, a lo cual yo les dije que sí.
Llegando el momento el nos llamo y me pidió el favor de que llevara mi camioneta, por que el tenía que llevar a Mery y unos compañeros, yo le dije que por supuesto, dado que era una cena todos nos vestimos informales, la verdad yo vestía de pantalones casuales de dril, camisa verde manzana y un Blazer Negro, para no aguantar frio, llegando allá Nancy llamo a Mery que era la que conocía el lugar dándonos la dirección.
Una finca cafetera, con una casa grande y unos amplios corredores, la cena era un Bufet y havia un conjunto vallenato para bailar, acondicionaron el lugar y hay una pista, además la finca tiene senderos entre los bosques cércanos, salieron Mery y su esposo a recibirnos, que hermosa sorpresa al verla, estaba con un vestido de Flores amplio una zapatillas y un chal, a la primera oportunidad le dije lo bella que se veía, a lo que me contesto “que se coloco algo sencillo pero elegante sexy pero conservador” que lo había hecho pensando en mi y que yo no me quedaba atrás.
Entramos y nos presentan a algunos de los asistente, incluidos algunos compradores con los que hablo en ingles, Los meseros sirven cuba Libre, acercándomele a Mery diciéndole que ojala se emborrache ella, para provecharme y ella se ríe, el marido se aparte y la deja sola con nosotros, mientras el empieza a beber con sus compañeros, a lo que Mery me dice que siempre ocurre lo mismo y que por eso invita a Nancy y que en esta ocasión a mi y me da las gracias por estar hay con ella, le digo lo afortunado que soy al estar junto a ella, acercándome y oliendo su delicioso aroma a jazmín.

Poco a poco se inicia la cena, se dan las palabras de apertura y unos premios, luego se invita a bailar un rato y luego el Bufet, bailo con Nancy y me dice lo aburrido que es el marido de Mery y que siempre ocurre lo mismo, que emborracha o se va de la fiesta y que ellos la tienen que llevar siempre, a lo que le digo en tono de risa que hoy estoy yo, contestándome que si que, que bueno que estoy y que hago reír a la hermana por que siempre se la pasa aburrida y amargada y que hoy está bien risueña hasta tomando y que eso es raro en ella.

Volvemos a sentarnos y Nancy me dice q saque a Bailar a Mery y me dice que si que tienen rato de no hacerlo, salimos a bailar los dos y le digo al oído lo bella q esta y lo afortunado q soy de tenerla mi lado, me dice que esta mareada de tanto tomar ron, bailamos 3 piezas de música mas y nos volvemos a sentar, en eso viene el marido de Mery a decirnos que nos llevemos el vehículo de el por qué el, se tiene que ir por que se quedaron unos contratos y los compradores los tienen que firmar a primera hora( a mi sonó excusa pero bueno) así que el marido de Nancy se ofreció a llevar el vehículo de él, a lo cual el manifestó que no había problema y que yo bien me iba solo y le dije que si, que claro, que todo por los amigos, retirándose el marido solo dándole un beso en la mejilla a Mery dejándola sola, hay a mi merced, diciéndole a Nancy que siempre hace lo mismo, pero que ya ni le va ni le viene.

Seguimos bailando y bebiendo, llegado el momento Nancy dice que se va, pero que nos quedemos que el y el esposo se llevan mi camioneta y que yo me lleve la del esposo de Mery y con eso Mery baila otro poquito, ya que en esa camioneta irán otros invitado de la fiesta, dejándome la llaves ya le recomendación de que cuide a la hermanita, a lo que Mery contesta que ella siempre se ha cuidado y que antes ella me cuidará a mi, dejándonos solos en medio de la fiesta.

A esa hora, a las 12 y 30 de la noche todo el mundo está Borracho y por supuesto nosotros no éramos la excepción, bailando abrazaditos y dándole besitos cerca al oído, respirando su delicioso perfume a jazmín , sigo dándole besitos, detrás de sus oídos y por el cuello, la luz de la pista esta baja, es una habitación pequeña y nosotros estamos en un rincón, donde esta lleno, pero todas las parejas están ocupadas, mis labios rosan sus labios despacito, saboreando el labio inferior, retirándose despacito diciéndome que ella es muy tímida para esas cosas y que nunca le ha sido infiel a su esposo. Seguimos platicando y poco a poco mis labios rosan sus labios y nuestras lenguas se enredan deliciosamente, mientras estamos muy junticos bailando al son de la música, le susurro al oído que vallamos a dar una vuelta a los alrededores de la casa contestándome que hace rato estaba esperando esa propuesta.

Nos vamos a dar una vuelta a los alrededores de la casa, abrazándola, agarrándola de la cintura por detrás, dándole besitos en la nuca, parando y dándonos besitos ricos en la boca, perdiéndonos de la gente para estar más solos, poco a poco nos metemos entre los senderos de los cafetales y buscamos un lugar solito, hasta que lo encontramos, un lugar rodeado de arboles donde quedamos solos. En el Lugar hay unas bancas de madera y una mesa, junto a un árbol, a la luz de la luna

Aprovecho y La beso deliciosamente y la recuesto contra el árbol, abrazándonos deliciosamente y besándonos aun mas, mi mano recorre sus piernas y suben poco a poco el vestido, re corriendo sus hermosas piernas , respondiendo a todas mis carisias haciéndola temblar como si fuera la primera vez. Seguimos besándonos y mi mano se desliza por debajo de su falda hasta tocar el costado de su hilo, mi mano, rosa su entrepierna despacio, haciéndole un poquito de presión, mientras le sigo besando su deliciosa boca, sus manos me abrazan por el cuello, mientras una de mis manos sigue acariciando su deliciosa entrepierna, y la otra acaricia la redondez de su preciosa cola

Mi dedo se abre paso entre su hilo dental y un dedito toca su delicioso clítoris, le acomodo de frente a el árbol, quedando de espaldas a mi le subo el vestido quedando a mi merced sus deliciosas nalgas, las que por tanto tiempo he soñado, me arrodillo y desde atrás empiezo a saborear a su vagina, q sabe a gloria y huele a jazmín. Se agarra del árbol y abre las piernas para facilitarme saborear su vagina, la que esta húmeda, deliciosamente húmeda, en esa posición la empiezo a penetrar con uno de mis dedos y luego otro, entrando y saliendo, mientras mis boca no se despega de su delicioso clítoris.

Mientras de reojo me mira y me dice que es la locura más grande que ha hecho y lo más atrevido pero que siga y no pare de comerme su deliciosa vagina, mientras me pide mas y mas.

Me coloco de pie , Mery Se da la vuelta y me dice que quiere comerse mi pene, me ayuda a bajar los pantalones y saca mi pene y lo agarra, 14 cmts de carne, las que agarra con sus manitas, besándolo y comiéndoselo todo, haciéndole un delicioso oral, colocándolo duro, muy duro, una vez coloca mi pene duro, se coloca de pie, y se acuesta boca abajo sobre la mesa de madera, acomodándose hasta la cintura, dejando sus piernas y su preciosa cola a mi merced, se sube el vestido y me mira lujuriosamente diciéndome que me quiere dentro de ella, quedando una vista preciosa de su cola y de su preciosa y depilada vagina, surcadas por un precioso hilo dental negro.

Me acerco por detrás y coloca mi pene en la entrada de su vagina, corriendo su hilo, lubricándolo con su saliva y sus jugos vaginales, para empezar a penetrarla poco a poco, gimiendo de lujuria de lo rico q se siente y lo apretadita que esta su vagina, mis manos se agarran de sus caderas, metiéndole mi pene, profundamente, entrando y saliendo, logrando el delicioso ritmo del amor, donde solo se escuchan nuestros gemidos

En esa posición mi dedo gordo de mi mano derecha roza, su delicioso botón trasero, el cual esta rosadito, ensalivo el dedo y lo coloco sobre tu botoncito trasero, presionándolo a lo cual ella responde con un suspiro y le susurro al oído lo apretadito que esta, pero me dice que en este momento no lo quiere hacer por ahí que hoy quiere disfrutar mi pene en su vagina,

Me siento en un tronco de árbol junto a la mesa, ella se levanta de la mesa, se acerca a mí, dándome la espalda, se sube la falda, se corre la tanga y poco a poco, empieza a sentarse sobre mi pene, siendo ella misma. La que se penetra con mi pene, sentada de espaldas a mi, mientras yo la agarro por su cintura y luego sus deliciosos pechos, en ese delicioso entrar y salir, sentada y penetrada profundamente, luego se voltea de frente a mi besándonos, mientras se mueve de una forma frenética, clavándose mi pene, subiendo y bajando, mientras la beso lujuriosamente, chupándole sus pechos, que están fuera de su vestido, mientras mis manos disfrutan sus deliciosas nalgas rosadas.

En ese frentico vaivén, entrando y saliendo, me mira a los ojos, me besa y muerde mis labios, mientras su vagina aprieta mi pene, empieza a sollozar, a lo cual le digo que no pares que ya casi llego, a lo cual ella responde con movimientos rápidos de sus caderas, llegando los dos al mismo tiempo a un delicioso orgasmo, estallando en lo más profundo de ella, llenándola con mi espesa leche y gimiendo de placer, quedando abrazados por unos largos minutos, mientras nos besamos como dos quinceañeros, acompañados por la luz de la luna y la música de los grillos.

Me mira, me besa y me dice que gracias por lo que le acabo de hacer, que la he hecho la mujer más feliz del mundo. Se arregla y acomoda su vestido, quitándose su hilo dándomelo de recuerdo, diciéndome que ella volverá a la fiesta y que yo llegue después, tomado el sendero por el que llegamos.

Dándole unos 10 minutos de espera vuelvo a la fiesta y o que sorpresa, ella se ha ido llevándose la camioneta y dejándome solo, al preguntar por ella me han dicho que el esposo ha vuelto, buscándola por todas partes y que ala encontrarla ha llenado la camioneta con más gente y que se han ido de fiesta para otro lugar, no quedándome otra opción que seguir disfrutar la fiesta (Pero eso será otro Relato)

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Tarde ardiente

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Publicado el agosto 4, 2010

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Era una tarde de verano; hacia calor, mucho calor, lo que por esas fechas de verano no era ninguna novedad. Yo estaba en casa, tumbada en la cama, con un camisoncito de algodón de color marrón chocolate y bordes negros. El camisón se ajustaba a mi piel más aun por el sudor del calor pegajoso. No tenía puesto sujetador ya que el escote era en triángulos y además cuanta menos ropa, con aquel calor infernal, mejor. Sólo llevaba de ropa interior unas braguitas diminutas de color rosa con encajitos, muy cursis, pero con unas transparencias maravillosas.

Compartía piso con unas amigas, y en ese momento estaba sola en casa porque tenía que venir aquella semana para arreglar unos papeles de la universidad, y la soledad de la casa me gustaba…mmm…silencio. Un silencio que sólo se perturbaba cuando ponía música o encendía el televisor. Desde la cama puse música en el portátil y la estaba disfrutando dejando la mente en blanco y dejándome llevar por ella, intentando olvidar el calor, aunque la música que tenía puesta de vez en cuando me hacía mover las caderas de forma sensual.

Estando así, de pronto, sonó el móvil. Puff, quién podría ser, con lo a gusto que yo estaba. Me levanté a cogerlo porque me lo había dejado en el salón, y vi que eras tú el que llamaba. La mueca de disgusto por haber sido interrumpida cambió a una sonrisa radiante mientras contestaba la llamada.
-Hola, mi amor
-Hola, cariño
-¿Qué tal estas amor? Mientras hablaba me volvía a dirigir a mi cuarto para recostarme en mi cama.
-Bien, muriéndome de calor. ¿Qué tal por allí?
-…No, estoy en el piso de aquí…creo que tengo el mismo calor que tu ahora mismo
-¿Estas aquí entonces?
-Si, amor. Tuve que venir para arreglar papeleo y estaba disfrutando de mi casa unos días sin nadie comiéndome la cabeza.
-¿Estás en tu habitación?
-Sí, recostada en mi cama.
-Mmm… ¿qué llevas puesto?
-Un camisón, porque me muero de calor.
Así seguimos hablando un rato y la conversación empezó a calentarse. Tú me indicabas donde querías que me tocara y como quería que lo hiciera y yo obedecía como tu esclava, arrancándome gemidos a través del teléfono. Y cuando estaba a punto de correrme sonó el timbre de la puerta.
-Grrrrrrrr, no puede ser… ¿y yo como abro así?
-Desde luego le va a dar un infarto al que sea y te vea así, cariño – me decías entre risas.
-Voy al baño a adecentarme un momento.
-Anda tonta. Ábreme la puerta, que soy yo.
-Serássss….. – colgué el teléfono.

Corrí por el pasillo para abrirte. Nada más abrir la puerta me cogiste entre tus brazos y empezaste a besarme con pasión, deseo, locura, acariciándome a través del camisón, revolviéndome el pelo, agarrándome el culo y apretándolo fuerte. No daba lugar a palabras, sólo nuestros cuerpos hablaban. Exigiéndose más y más el uno del otro. Como pudimos, llegamos a mi cuarto abriendo la puerta de una patada. Todo el camino sin dejar de besarnos. Me pusiste sobre la cama y te apartaste para mirarme; mis labios rojos por tus besos, mi mirada llena de lujuria y deseo, mi pelo alborotado y mis dedos llenos de los jugos que antes me habías provocado por teléfono. Nada mas verlos, te dispusiste a lamerlos hasta no dejar nada para mí.
-¿No me vas a dejar nada?
-Saboréalos en mis labios.
Y así lo hice. Recorrí con mi lengua cada parte de tu boca, saboreándome en ella.
-Mmmm delicioso – te dije.
-Tú sí que estás rica.
Me arrancaste el camisón de un tirón, sacándolo por la cabeza con fuerza, dejándome sólo con mis braguitas.
-Te voy a devorar entera.
-Tú llevas mucha ropa. – Y así, te arranqué la camiseta que traías arrojándola al suelo.
Pasé la mano por tu pecho suavemente, entre tu pelo suave, y bajé hasta tu cinturón el cual empecé a desabrochar para continuar con tus pantalones. Ahora sí estábamos en igualdad de condiciones, los dos sudorosos, con la respiración acelerada y muriéndonos por amarnos.
Te extendí la mano y te atraje a la cama, tumbándome yo primero en ella. Volvimos a entrelazar nuestras lenguas, a recorrer nuestros cuerpos con las manos, deteniéndonos en las partes que sabíamos que nos provocaban más. Tú empezaste a bajar por mi cuello, dejando un rastro de besos por él, hasta que llegaste a mis pechos los cuales empezaste a chupar y lamer con maestría ayudándote de las manos. Yo, mientras gemía de placer, recorría tu espalda con mis uñas y me aferraba a ese culo que tanto me gusta. Abandonaste mis pechos para pasar a mi ombligo, pasando por él tu lengua y jugando con el, mientras me mirabas maliciosamente y tus manos se iban dirigiendo al borde de mis braguitas. Las empezaste a bajar muy lentamente, casi torturándome, hasta que cuando llegaste a las rodillas las sacaste de un tirón. Ya estaba totalmente expuesta a ti, totalmente desnuda, con mi coño lleno de efluvios del placer que estaba sintiendo. Llevaste tus dedos lentamente a mi pequeña perla y empezaste a acariciarla y sin previo aviso introdujiste tus dedos en mí, profundamente. Mmmmmmm, qué sensación; dentro todo era calor, humedad, fuego, lava derramándose en tus dedos. De pronto, tu lengua pasó a estar en mi perla, donde antes habían estado tus dedos. Yo daba gritos, gemía, pronunciaba tu nombre una y otra vez.
-Para, para… mi amor.
Levantaste la cabeza extrañado, sin sacar tus dedos. -¿Estas bien? ¿Qué te pasa?
-Que a esto pueden jugar dos. – te dije mirándote a los ojos y sonriendo con malicia.
Me entendiste perfectamente y sacando tus dedos, que esta vez sí me dejaste lamer, lentamente me permitiste deshacerme de la escasa ropa que te quedaba y nos dispusimos a hacer un fantástico 69. Tú volviste a la miel de mi centro y yo empecé a saborear tu polla, primero lentamente capturando hasta la última gota de líquido preseminal, y luego con más rapidez ayudándome de mis manos para crear fricción y acariciarte los testículos, por los que también pasé mi lengua jugando con ellos.
Estábamos los dos cerca ya de nuestros respectivos orgasmos pero no queríamos corrernos aún. Paramos y me preguntaste:
-¿Dónde están los condones?
-En la mesita de noche, pero no te preocupes…Estoy tomando la píldora.
-De acuerdo.
Así, me pusiste a cuatro patas y me empezaste a acariciar los pechos mientras me besabas el cuello desde atrás. Subiste y me susurraste al oído.
-¿Me deseas mucho?
-Siiiii. Te quiero dentro de mí…
Me penetraste de una sola embestida y los dos gemimos al unísono al producirse el encuentro. Empezamos a movernos de forma ondulante, cada vez más rápido. Tú dándome y yo saliéndote al encuentro. Con una mano agarrada a mi cintura y la otra jugando con mi clítoris.
-No pares, no pares… – te gritaba yo. Tú no podías responderme, sólo entrabas y salías de mí.
Sin previo aviso te saliste de mí y me diste la vuelta, tumbándome boca arriba en la cama y subiendo mis piernas a tus hombros.
-Quiero mirarte a los ojos mientras te corres.- Y de esa manera volviste a llenar mi coño.
La penetración ahora era todavía más profunda y más intensa. Ya todo era rapidez, embestidas feroces, gemidos por ambas partes. Ninguna frase coherente salía de nuestros labios. Y entonces sentí tus latigazos en mi interior, cálidos y abundantes, lo que me hizo estallar junto a ti, gritando de placer. Los movimientos se fueron haciendo más lentos y nos fuimos relajando hasta caer exhaustos enredados el uno en el otro. Abrazados, sólo escuchando nuestra respiración, nos quedamos dormidos.

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Sabado, conociendo a Alberto

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Llegó el sábado siguiente, y nada mas levantarnos mi esposa se fue a la peluquería y yo a llevar a los niños a casa de los abuelos. Después de comer quise hacer el amor con mi mujer pero no me dejó. Sobre las 21 h. llamaron a la puerta, abrió ella y allí estaba él con una botella de champagne en la mano, le recordó que la otra noche le había gustado mucho y por eso la trajo.

Vinieron las presentaciones, y por fin conocí a Alberto, la primera impresión era de esas personas que impactan al verlas, que se ven muy seguras de si mismas.

Durante el transcurso de la cena me pude dar cuenta que era una persona que conseguía todo lo que quería, me pareció en algunas fases un poco chulo, sobre todo cuando hablaba de las mujeres y sus conquistas, ya que llegó a presumir de haber estado con mas de 300. Terminada la cena, mi mujer sacó la botella de champagne, y puso un poco de música ambiente, brindamos y se pusieron a bailar.

Empezaron a besarse, y poco a poco empezó a desnudar a mi esposa. Decidieron ir rápidamente a la habitación, y allí terminaron de desnudarse. Yo también me desnudé. De repente mi esposa me llamó para que viera el pedazo de polla que tenia, me dio la impresión que mantenía entre las manos un bote de espuma de afeitar de lo grande que era, y lo que me llamó mucho la atención era lo dura y erecta que la tenia. La mía estaba en semi- erección y parecía un cartucho de escopeta (me gusta la caza). Aún considero que mi esposa fue generosa cuando me contó que era el doble que la mía, ya que a mi me pareció el triple, si ustedes comparan un bote de espuma de afeitar y un cartucho de escopeta, la diferencia es bastante clara.

Empezaron a hacer un 69 digno de las mejores películas, y lo que mas rabia me daba era que parece que yo no existiera. De repente cambiaron de posición y se dispuso a penetrarla, pero esta vez sin preservativo ya que mi mujer toma la píldora. En ese momento me llamó que me acercara a ella, y empezó a hacerme una mamada, de la excitación que tenía me corrí enseguida, en cuanto notó que me corría se la sacó de la boca y me corrí sobre la cama.

Entonces empezaron las comparaciones ..que si no aguanto nada, que fíjate Alberto que grande la tiene, como aguanta y demás. La verdad que según me había contado, este momento de humillación me lo esperaba, pero aún vendría más. Después de estar como 4 o 5 minutos en la misma posición, se la sacó y le hizo ponerse como un perrito, y se la volvió a meter en esa posición. Estuvo un buen rato y volvieron a la posición del misionero, pero las piernas de mi mujer por encima de sus hombros. Veía a mi mujer como nunca la había visto, gimiendo y jadeando como nunca lo hacia. Cuando estaba a punto de correrse le dijo que quería que se lo tragara, y se la puso en la boca y mi mujer se metió el capullo (prácticamente le cabía poco mas) y se corrió. Mi mujer se tragó todo lo que pudo.

La escena para mi era de lo mas excitante, de hecho volví a tener una erección. Decidimos fumarnos un cigarrillo para descansar. Mi esposa se puso al lado de los dos y dijo.. mira tu con la picha tiesa y Alberto morcillona, es bastante mas grande la de él, y yo respondí que ya me había fijado que no hacia falta que me lo recordara continuamente. Además le reproche si solo iba a hacer el amor con él y no conmigo y le recordé que era la segunda erección de la noche, a lo que me dijo que ahora me tocaba a mí. Me puse encima de ella y entró fácilmente, empecé el mete y saca y empezó a reírse diciendo que no la sentía, que le perdonara pero de lo dilatada y lubricada que estaba apenas sentía nada. Se giró hacia a Alberto y le dijo que lo que quería era ese pedazo de carne, lo cogió entre sus manos y empezó a pajearlo, a lo que reaccionó volviéndose a poner mas duro que un palo.

Mi mujer me dijo..ojala la tuvieras así de grande y dura y me dijo.. ven y tócala para que veas lo dura que esta y por segunda vez, Alberto me dijo ven que no muerde.

Me acerqué y pude comprobar como la tenia, la verdad que estaba muy dura y apenas podía cerrar la mano. Pese a sus 52 años, tenia la vitalidad y energía de uno de 25. Volvió a follar a mi mujer por espacio de 20 minutos en los que ella no paraba de jadear, pero esta vez terminó corriéndose dentro de ella, a lo que mi esposa tuvo un orgasmo lleno de espasmos como no había tenido nunca. Yo a todo esto me había bajado la erección y lo único que quería era que terminase esto ya y Alberto se fuera. Sabía que las comparaciones iban a durar mucho tiempo y el recuerdo de esta noche también.

Pero poco podía imaginar que la noche aún no iba a terminar.

Después de los dos polvos decidimos meternos en la bañera los tres y darnos una ducha.

Al levantarnos, mi mujer dijo…mira parece la polla de un pony de la feria, a lo que los tres nos reímos. Nos metimos en la ducha y nos duchamos los tres. Serian las 2 de la mañana cuando salíamos de la ducha y volvimos a la habitación. Estuvimos hablando un rato cuando veo que mi mujer le coge otra vez el pene y empieza a pajearlo, y le digo…déjalo que lo vas a matar a polvos que ya lleva dos y el pobre necesita descansar, y dice mi mujer que ya descansará entre semana, y empieza a hacerle otra monumental mamada, le lamia de arriba abajo, le comía los testículos y se metía en la boca lo que podía. Ante semejante mamada se le empezó a poner otra vez tiesa, pero más blanda que las veces anteriores, a lo que mi mujer dijo…Bah, los hombres no valéis para nada enseguida os cansáis, y yo dije que no éramos maquinas, pero me alegré que también se metiera con él y con su virilidad. Poco a poco nos entró el sueño y nos quedamos dormidos.

Otro día contaré como fue el despertar.

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Una cena para tres

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La historia que les voy a narrar, tuvo lugar por el mes de Octubre del año 2011…Por aquel entonces, mi novia Elena, había empezado las clases en la universidad, y eran las primeras semanas, de toma de contacto, como siempre solía decir ella.

Esa tarde, llegó de clases más sofocada de lo normal, y un poco apresurada…

¿Qué te pasa cielo? – Le pregunté medio asustado

Es que invité a Liliana a cenar esta noche a casa…Y no tengo idea de lo que voy a preparar…Y mira la hora que es!!!

Bueno, tranquila, yo iré al supermercado a comprar unos solomillos, y de primero puedes hacer esas gambas que tan bien te salen – Le dije mientras la besaba en la mejilla

Mi solución culinaria la tranquilizó, y sonriendo, me dijo que ese menú sería perfecto.

Yo no conocía a la tal Liliana esa que iba a venir a casa a cenar. Mi novia me habia hablado de ella, pero personalmente no la conocía, así que sentía intriga por como seria, ya que aunque adoro a mi novia, no pierdo la oportunidad de recrearme la vista con las demas chicas que veo por la calle.

Así pues, despues de tres horas, enfrascados en la cocina, por fin, dimos por concluida la preparación del menu, asi que solo nos quedaba ducharnos y vestirnos.

¿Que ropa me pongo? Me pregunto mi novia.

Pues mira, puedes ponerte la falda negra, con las medias, y arriba pues un top, ¿Por qué no te pones el top que te compré en Stradivarius? (Ese top, se lo había elegido yo, era un top blanco, de tirantes, y con un escote en pico, me ponia loco cuando se lo veia puesto) Dicho y hecho, así, a las 21.00 horas llego Liliana…

Hola Liliana!! ¿Qué tal? Mira este es Angel, mi chico

Hola Ángel, encantado…Caray que casa mas bonita teneis…

Liliana, era guapa, era una chica de media estatura, morena, con los pechos mas o menos grandes, y con una cara enigmática…Es difícil describirla sino la has visto antes, pero es una de esas chicas que si la ves un dia en la calle, no olvidas su mirada. Llevaba puesto una camiseta sin mangas, que se ajustaba por encima del pecho, y unos vaqueros ajustados que moldeaban su figura, con el pelo suelto y algo maquillada

La cena trancurrió animada, hablando de cosas de la facultad, y contando cosas de sus infancias, yo por mi parte, me aburría un poco, ya que al no estar en su facultad, no entendia muchas cosas de las que contaban. Recogi los platos y les pregunté si tomarían alguna copa, las dos se apresuraron a decir que tomarian un ron cada una, por lo que traje uno para cada una y otro para mi, nos levantamos de la mesa, y nos sentamos al sofa, mientras pusimos un poco de música, seguimos hablando, esta vez de cómo nos habiamos organizado Elena y yo para hacer la cena. Poco a poco, o mejor dicho copa a copa, me lo iba pasando mejor, y pronto la conversación se fue transformando hacia los chicos de su clase, ya que Liliana le había echado el ojo a uno (según mi novia) cosa que Liliana negó categóricamente…

No es verdad – Respondió Liliana, No le hagas caso Angel, ese tio es horrible, pero esta petarda me quiere putear…

Las risas iban en aumento, y los “piques” entre ellas iban en aumento, en gran parte por efecto del alcohol. Ahora discutían sobre la camiseta de Liliana, ya que mi novia decía le decía que le sentaba mal y Liliana, se puso de pie, y poniendose en frente mía me preguntó:

¿Tú que opinas, Angel? ¿Me queda bien?

Cuando iba a responder, vi como mi novia se acercaba sigilosamente por detrás de Liliana, y agarrándole la camiseta, tiró de ella hacia abajo, y como la camiseta no tenía tirantes ni mangas, pude contemplar ante mi gran asombro, las tetas de Liliana delante de mi cara…

Serás Puta – Gritó Liliana, mientras se subía rapidamente la camiseta…Ahora verás!!! Y dicho esto, se tiro sobre las piernas de mi novia, intentando levantarle su camiseta…Pero tanto focejeo, no terminó bien, y la camiseta de mi novia se rompió, dejando ver su sujetador negro…

Por un momento, el silencio, invadio la habitación, hasta que la risa de las dos empezo a brotar, yo por mi parte, no me podía creer, lo que estaba pasando, asi que me quede sentado en el otro sofa…Ahora Liliana, se alejó de mi novia, y fingiendo arrepentimiento, le pidio perdon a mi novia por haberle roto su camiseta.

Mi novia, se levanto, bastante seria, y se sento en las piernas de Lily, y en ese momento, le bajo de golpe la camiseta, y empezó a besarla en la boca, mientras con las manos le acariciaba las tetas…Yo estaba empezando a excitarme muchisimo, más que nada, por lo inesperado de la situación. Liliana, por su parte, le agarró el culo a mi novia, y sin decir ni una palabra, le empezó a lamer el cuello, las dos estaban muy cachondas, no decían nada, solo se manoseaban y se besaban…

Entonces, decidi bajarme la cremallera de mi pantalón y sacarme la polla, para disfrutar del espectáculo…Mi gesto no pasó desapercibido para Liliana, ya que en seguida dijo:

Vaya, mira cómo hemos puesto a tu chico…Se ha puesto muy cachondo…Mi novia giró la cabeza, y me vio masturbándome, en eso se levantó, y cogiendo a Liliana de la mano, se pusieron de rodillas ante mi.

Mira Lily, se ha puesto así de cachondo por ti, haz los honores, y empieza a chuparle la polla a mi novio.

Yo, asombrado por ver cómo la chica modosita que tenía como novia, se había convertido en una fiera, me recosté en el sofá, y cogiendole la cabeza a Liliana, le acerque la lengua a mi polla…Estuvo un buen rato chupandomela, hasta que se levantó y cogiendo a mi novia por la cintura, la puso de cara a la pared, con las manos apoyadas en la propia pared…Como si de un cacheo se tratara, le separó las piernas, y abrazándola por detrás, le levantó la falda, y empezo a tocarle el coño por encima del tanga, mientras le susurraba: no sabes cuánto tiempo llevo soñando esto…lo cual puso más cachonda a mi novia, que cada vez gemía con más fuerza

Liliana, volteó a mi novia y la puso de espaldas a la pared, y poniendose de rodillas, le arrancó el tanga y empezó a lamerle el coño, ante los agitados gemidos de mi novia…AHHHHH, COomemelo todo cerda…Gritaba mi novia.

En eso me acerque yo por detrás de Liliana, e hice que notara mi presencia, acercando mi polla a su culo, mientras le decía, Joder, Lily como tienes de cachonda a mi novia…Al decir esto, mi novia me miraba con los ojos entre abiertos por el placer que sentia, y m decía quieres follarnos?? Esa frase terminó por calentarme, y cogiendo a Liliana, la puse a cuatro patas, apoyada en el sofá, y bajándole rapidamente sus bragas, se la clave, de forma salvaje…AHHHHHHH gimio ella…Te gusta Puta??? Le grito mi novia, mientras le tiraba del pelo. Aquello se había convertido en un frenesí sexual, me estaba follando a una amiga de mi novia, mientras mi novia le preguntaba si le gustaba cómo me la follaba…

Casi al momento, mi novia me apartó violentamente, y tiró a Liliana abierta de piernas en el sofá, mientras decía que ella también quería probar el coñito de su amiga, yo puse a cuatro patas a mi novia de manera que pudiera acceder con su boca a su chocho, y se la metí por el culo a mi novia, casi no opuso resistencia, estaba fuera de sí…podría hacer lo que quisiera con ella, que no me diría que no a nada…mis enculadas, cada vez eran mas fuertes y mas salvajes, y se correspondian con los gemidos de placer de mi novia, que se confundian a su vez con los de su amiga Liliana.

A petición de mi novia, mi polla, también penetró el culo de Liliana, la cual era virgen analmente, pero tampoco se resistio demasiado a mi polla, mientras mi novia le escupía en su boca…yo nunca la había visto así…Me quedé un buen rato follandole el culo, pues me gustaba más que el de mi novia ya que era más duro, y lo tenía más prieto.

En esto, vi que mi novia, salía del cuarto, pero no le di, demasiada importancia, así que segui follando por el culo a nuestra invitada, al rato llegó con una polla de goma!!!! Que tenía un arnés y se la habia puesto a modo de polla. Yo nunca le había visto eso, el caso es que se la puso, y cogiendo del pelo a su amiga, le grito que se la chupara, mientras yo le follaba el culo…Mi nueva amiga, chupaba deseosa de más ese palo negro de goma mientras balbuceaba algun que otro gemido…

Finalmente, mi novia se follo por el culo a mi amiga, mientras yo me la follaba por el coño, haciendo una doble penetración en el cuerpo de Liliana, la cual casi había perdido el conociemiento…

Tras casi dos horas, las puse de rodillas delante de mí, y les llené la cara con mi semen, mientras ellas se besaban con lujuria, esperando mi caliente esperma.

Sólo me queda añadir, que fue el mejor polvo de mi vida, como podréis imaginar, sin embargo, el tema de los trios, fue algo puntual en nuestra relación, ya que al día siguiente, cuando mi novia volvió en sí y se le pasó el efecto lujurioso de la otra noche, me dijo que no quería que hiciesemos mas trios, porque podría afectar a nuestra relación de pareja…Pero el recuerdo, no me lo quita nadie!!!!!!!!!

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