Era un día aburrido, me había levantado a las siete de la mañana para ducharme, desayunar, vestirme e irme al instituto. Era el principio del curso y todos los profesores estaban bastante pesados con el tema de notas y selectividad.
Nueve de la mañana… Tocaba historia. El profesor no estaba pendiente de los alumnos ni de dar su propia clase así que la mayoría de nosotros estábamos a lo nuestro. Decidí mirar mi teléfono y vi que tenía un mensaje nuevo en el “whatsapp”, era Javi.
Javi era un chico que conocía desde hacía bien poco; un nuevo alumno de la otra clase. Solíamos sonreírnos y hablar, pero siempre pocas palabras. Era algo más alto que yo, de constitución delgada pero algo musculado, espalda ancha y cintura estrecha… Ese tipo de cuerpo me encantaba. Tenia el pelo algo rizado y castaño, ojos de un marrón muy oscuro, que hacían de su mirada algo estremecedor. A veces se dejaba una barba desordenada que lo hacía más sexy de lo normal.
- Acabo de verte entrando en clase, tienes historia ahora, no?
- Sí, pero ya sabes como es este hombre… No nos va a dar clase pero nos mandará un huevo de deberes.
- Yo como soy bastante bueno en historia no me preocupa. Además, tengo todos los deberes y trabajos hechos, buenos contactos jaja.
- ¡Què tio! Ya te pediré “ayuda” pues, ya sabes.. compartir es vivirJ
- Quieres que te preste todos los deberes? Jaja.. ya veremos, solo si te portas bien!
- Tu que tienes ahora?
- Tutoria, por?
- Perfecto! Eso significa que puedes entretenerme jaja
- Todo tuyo
- Hoy no te he visto, no te habrás vuelto a saltar la primera hora..
- Que va, sí que he venido pero he llegado tarde. Por cierto, nuevo modelito hoy, no?
- Jaja no, bueno.. los pantalones cortos son nuevos!
- A eso me refería… He subido detrás de ti por las escaleras y yo no los llamaría pantalones precisamente jaja.
- Jajajaja calla! Rita, la de tu clase, los lleva más cortos y no dices nada!
- Será que no le quedan tan bien como a ti
- Osea que te gustan, hice buena compra entonces!
- Joder que sí me gustan, solo subiendo las escaleras me ha dado tiempo a pensar mil y una cosas…
- Jajaja, espera y verás.
Después de decir esto me levanté y le pregunté a mi profesor que si podía ir a la otra clase, que yo me encargaba del material y que necesitaba coger el borrador y tizas. Asintió y yo salí de clase. Por el pasillo me subí los pantalones un poco, para que se vieran un poco más las líneas que marcaban mi culo. Tenía razón, más que unos pantalones parecía ropa interior. Toqué a la puerta y pregunté si podía pasar. Abrí la puerta y fui caminando lentamente a la mesa del profesor, me incliné un poco para ponerme a su altura dejando una bonita vista a todos los alumnos de la primera fila. Le pedí poder llevarme el borrador y las tizas, asintió, las cogí y me fui. Cuando me giré para cerrar la puerta me fijé en la cara de Javi que, a pesar de estar totalmente desencajada porqué no se esperaba nada de esto, me miró a los ojos y se mordió el labio.
Cerré la puerta, victoriosa y con una sonrisa de oreja a oreja. Me bajé los pantalones y me fui a mi clase de nuevo mientras pensaba en la manera en la que me había mirado segundos antes..
- Aquí tienes.
Le di el material al profesor, me lo agradeció y me ordenó que me sentara. Abrí el teléfono: 4 mensajes nuevos.
- Que tengo que ver?
- Pero que cojones..
- Estás loca.
- Madre mía..
Sonreí y dije:
- Que cara has puesto! Jajajaj
- Yo no me rio Oli.. Tu sabes como me has puesto? Estás loca, no juegues conmigo..
- Tanto?
- Sí, la imaginación es uno de mis fuertes… Joder, cada vez es más difícil disimular.
Podrías hacer una escapadita, ni a ti ni a mi nos interesa mucho estar en clase, no sé, ¿quizás una visita turística por el colegio? Ya sabes, soy nuevo y ando un poco perdido..
- Nos reunimos en la puerta principal en 10 minutos.
Me levanté y me acerqué de nuevo al profesor, bajé el tono de voz y le pedí que me dejara ir al baño, que tenia “problemas de mujeres” y que necesitaria cambiarme y pedir una pastilla para el dolo en Secretaria. Me dijo que podía ir siempre y cuando tuviera los deberes hechos para el día siguiente, afirmé que los tendría y puse cara de dolor y pena. Nunca fallaba, el profesor se ponía tan nervioso si hablabas del periodo, que te dejaban ir a cualquier parte.
Me dispuse a salir de clase e hice todo un paripé cogiendo la mochila para que no sospechara nada, me levanté y me fui.
Bajando las escaleras me di cuenta de lo nerviosa y excitada que estaba, Javi tenía una fuerza incontrolable sobre mí.
Cuando llegué todas mis dudas, mi nerviosismos y mi inquietud desaparecieron al verle, quedando solo mi excitación. Allí estaba él, dándome la espalda, apoyado en la puerta. Llevaba puesta una sudadera granate, unos tejanos un poco caídos y dejados, y unas VANS. Me encantaba esa forma de vestir. Sin pensármelo dos veces me abalancé sobre él, abrazándolo por detrás y rozando “accidentalmente” su paquete. Dios.. Seguía empalmado.
- Veo que no se te ha bajado.. (dije magreando un poco la zona).
- Jaja.. no, he tenido que salir con la sudadera puesta.. Y bien? Me haces esa visitilla turística de la que hablábamos?
Su actitud no fue la que esperaba. Le di una vuelta rápida, le enseñé dónde estaba la sala de los profesores, el bar, el aula de música y teatro, el gimnasio… pero había una zona que necesitaba más detenimiento. Llegamos a los baños y los dos nos quedamos quietos; vacilando sobre qué hacer. Vista la tensión y ya convencida de que me había emocionado demasiado dije:
- Bien, pues esto es todo. Podemos volver ya, si quieres.
Se acercó mucho a mí, y en un gesto rápido me acorraló contra la pared, apartó mi pelo, se acercó a mi oído y susurró:
- Va, Oli.. los dos sabemos a qué hemos venido..
Me quedé quieta sin saber que decir, las piernas me temblaron un poco y un calor me recorrió todo el cuerpo. Me cogió de la mano y se dirigió a los baños. Yo estaba sorprendida, fuera de mí, le seguí hasta llegar al interior. Cerró la puerta rápido y de un portazo después de comprobar que nadie nos había visto. Se giró, me miró a los ojos y con una sonrisa pícara me dijo:
- No me pediste que te entretuviese?
Se agachó ligeramente acariciando mi cara con su barba y, agarrándome del culo, me levantó hacia él, dejándome caer de manera que nuestros sexos se rozarán. Instintivamente le rodeé con mis piernas. El corazón me iba cada vez más deprisa. Me llevó hacia la pica y me sentó en el mármol que la rodeaba. Empezó a besarme el cuello y la oreja.
Esos besos erizaban mi bello y aceleraban mi respiración. Sé separó unos centímetros de mi y, agarrándome del cuello y mirándome a los ojos se acercó y me besó. Fue un beso cálido y húmedo, jugaba un poco con mi lengua y me daba pequeños mordiscos en el labio inferior.
Conducidos por la pasión y olvidándonos de dónde estábamos deslizó su mano suavemente hasta llegar a mi pecho dónde se detuvo rodeando con sus dedos el borde de mi sujetador. Yo ansiaba que esa mano traspasase la barrera del sujetador y se pusiera a jugar con mis pezones. Se hizo de rogar pero pasados unos instantes lo hizo. Introdujo su mano, un poco fría, y empezó a jugar con mis pechos y mis pezones.
Siguió magreándome los pechos y con la mano que quedaba libre me desabotonó el pantalón mientras recorría con caricias mi barriga y la goma de mis bragas. Se aventuró por fin dentro de ellas y deslizó su dedo corazón por mi clítoris. Cada vez estaba más húmeda y él no dejaba de rodear mi agujero..; ahora jugaba con dos dedos. Ansiaba que aquellos dedos se introdujeran por fin dentro de mí pero él parecía tener otros planes. Sin dejar de hacer eso, fue besando mi cuello mientras me desabrochaba el sujetador. Continuó con los besos acercándose cada vez más a mis pechos. En un gesto brusco retiró la tela de mi camiseta y lamió suavemente mi pezón derecho. Lo rodeaba con su lengua, lo mordisqueaba suavemente y lo sorbía.. Eso me estaba volviendo loca y ya no sabía si centrarme en ese juego o en el que se estaba dando unos palmos más abajo. Lo hacía genuinamente bien y cuando estaba a punto de suplicarle que me los metiera sonó el timbre trasladándome de nuevo a la realidad y al lugar donde nos encontrábamos. Me cogió en brazos de nuevo y con rapidez nos encerró en uno de los baños, cerrando la puerta tras él. Se sentó en la taza del váter y adoptando una postura más que sexy me dijo mirándome a los ojos:
- Tú y yo no hemos terminado.
- Pero.. en breve estos baños se llenarán de gente.
- Si no gritas no tienen por qué oírnos..
Y, acto seguido me quitó los pantalones y me sentó encima de él, dejándome en contacto con su ya abultado paquete. Metió sus dedos bruscamente y yo no pude evitar dejar escapar un leve gemido.
- Shhhh…—Dijo tapándome la boca.
En ese momento abrí los ojos y, mirándole con la visión perdida, nublada, le mordí con fuerza la mano para que no se me oyera. El sacaba y metía los dedos cada vez más rápido. Empecé a gemir cada vez más alto, ni su mano conseguía callar aquellos gritos. Intentando bajar eltono, susurré mirándole:
- Más adentro Javi.. más.
Javi ahogó mi grito concediendo mi súplica. Me los metió hasta el fondo y, justo en ese momento, oí como se abría la puerta de los baños. En unos segundos aquella habitación se llenó de gente que reía y hablaba sobre las clases. Podía reconocer algunas voces y eso me excitaba aún más.
Intentando no hacer ruido Javi movía enérgicamente sus dedos mientras me empotraba contra los azulejos fríos. Cuando estaba a punto de llegar al clímax, alguien bajó el pomo de la puerta haciéndome saltar del susto. Él me susurró al oído:
- Tú ni caso, que esperen, no pienso parar de tocarte… No sabes como me está poniendo verte así.
Estaba a punto de sonar el segundo timbre, así que acelero el ritmo y chupó ansiosamente mis pezones.. Empecé a gemir de nuevo en su oído cada vez más fuerte mientras decía su nombre.. Sonó el timbre. Bajó la otra mano y, mientras con una me metia y sacaba los dedos enérgicamente, con los dedos de la otra empezó a acariciarme el clítoris haciendo movimientos circulares.. Me estaba a punto de correr, mis jadeos empezaban a ser extremadamente altos así que agarré su cabeza para enconrar sus labios, y, besándolo, me corrí.
Después de correrme me levantó y abrió la puerta del baño.
- Espérate un par de minutos antes de salir, no queremos que mal piensen.- Dijo sonriente.