Se llama Fran, tiene 18 años y va a mi instituto, a bachiller artístico por concretar. Yo soy de ciencias, pero día a día nos veíamos las caras por los pasillos. Es un chico que me llamó la atención desde el primer día, su sonrisa, su estilo, su forma de caminar.. me volvía loca. Pasaban los días y me limitaba a irme a casa son alguna que otra sonrisa que me dedicaba en los pasillos, a pensar en el día cada vez más y más. Pero, ¿por qué no se acercaba a mí?. Poco a poco notaba que sentía algo por él, sin a penas conocerle, eso me mosqueaba muchísimo.
-Cuidado chica, dijo al chocarme con él y pisarle sin querer, llegaba tarde, tenía exámen y no pude evitar chocarme con él, tirar mis apuntes, y pisarle. Dios, qué ridículo, qué tonta, pensaría, pero qué voz, la primera vez que lo escuchaba, y que no dejaba de repetirse en mi mente, cuidado chica..
Pasaban los días y seguían esas miradas, esos choques, a veces a posta, y de vez en cuando al verme me decía, cuidado chica.. Hasta que un día en el recreo vino a hablar conmigo, no me lo podía creer, el chico rarito del artístico venía a hablar conmigo y sin chocarnos!
-Hoy no tienes prisa? dijo
-No, lo del otro día, fué sin querer.. (dije con una sonrisa tonta)
-Tranqui, no creo que busques peleas chica científica (me dijo mientras se acercaba más a mí y se reía)
-Bueno, no te fíes tanto..
Entonces me dijo algo que llevaba esperando desde el primer día, fué directo pero con algo de miedo, y cuando menos me lo esperaba, casi cuando ya era hora de volver a clase me dijo- A ver si quedamos algún día, no? Tengo que hacer un trabajo de artístico y me podrías ayudar..
-Bueno, cuando quieras.. -dije, sin poder soltar algo más coherente.
-Vente mañana conmigo al salir de clase por la tarde, y te invito a merendar, va.
-Claro, a la salida te espero en la puerta.
Llegué a casa más feliz que nunca y me puse a probarme toda la ropa que encontré en cada uno de mis armarios pensando que podría gustarle más, faltaban horas para estar con Fran a solas, nos ibamos a ir juntos a hacer un trabajo, no sabía cual, ni por qué, pero estaría con él, iba a conocer por fín a ese chico.
Listo, unos vaqueros bien ceñidos, unas botas que combinaban perfectamente con una camisa ajustada y cómoda, tampoco quería aparecer esa tarde por el insitituto como un pincel, no era cuestión de que todo el mundo me notara tan arreglada para salir con ese amigo.. Estuve toda la clase pensando en como hablarle, en qué temas sacar, en como ayudarle a ese trabajo que ni yo misma sabía de qué trataba, y sin darme cuenta, pasó la hora, tocó el timbre y salí a la puerta a esperarle.
Ahí estaba él, con su carpeta, su forma de andar que me volvía tan loca, su pendiente, su chaqueta que tanto llamaba la atención y su sonrisa.
-Nos vamos chica torpe?
-Oye, no te pases eh, que haces el trabajo solo- dije casi temblando de alegría por tenerlo tan cerca de mí
-Bueno bueno, sin tí no hay trabajo así que
-Me vas a decir de qué va o qué?
-No, te lo diré cuando estemos en casa.
¿En casa?, dios, ha dicho en casa, pensaba llvarme a su casa y yo seguía sin creerme que fuera a tenerlo tan cerca, no entendía como podía volverme tan loca por momentos..
Llegamos a su patio, subimos por el ascensor, con esas miradas que nos acompañaban día tras día, por supuesto. Abrió la puerta, entramos, y enseguida pude comprobar que no había nadie en casa, estábamos completamente solos y Fran cada vez me trasmitía algo más..
-Bueno, en qué te ayudo, chico rarito- me atreví a decirle bromeando
-Fran por favor, señorita científica torpe
-Irene por favor..
-Bueno Irene, torpe, chica tonta, llamémosle como quieras- me dijo riéndose y sonriendome- vas a ser la protagonista de mi trabajo.
-¿como?- pregunté sin entender nada
-Sí, necesito hacer fotos artísticas, necesito expresar sentimientos, emociones, a partir de fotos, y tú vas a ser mi modelo
-Me ves cara de modelo?-le dije vacilando, aunque yo era consciente de mi buen físico, pero en ese momento no me veía como una modelo, ni mucho menos.
-Bueno, si quieres me busco a otra
-No no, creo que me gusta la idea- le dije sonriendo mientras observaba su casa, su gran comedor, amplio.. y donde se veían unos sofás cómodos, muy cómodos..
-Mira, ponte esta camiseta mia, solo eso, con la ropa interior debajo, y vienes, ahí está mi cuarto.
-Trae anda-dije mientras cogía esa camiseta que deseaba ponerme y oler..
Fuí a su cuarto, me cambié tan rápido como pude y me senté en su cama, no podía evitar pensar en las noches que mi chico perfecto dormía ahí, y en como me gustaría acompañarle… Volví al comedor, Fran había apartado la mesa, el sofá, y había preparado su cámara y un sillón un poco raro, pero atractivo.
-Siéntate en el sillón, de la forma más rara que se te ocurra, y sonríeme.
-Era una locura, una auténtica locura, pero me moría de ganas por hacerlo y le hize caso. Me senté con las piernas sobre un brazo del sillón y con medio cuerpo muerto sobre el otro brazo del sillón y le sonreí.
-Genial, sonríe, sonríe, muévete, haz lo que quieras, no pienses en las fotos.
-Y así lo hize, empecé a reirme al verme las tonterías que hacía mientras se movía por todo el comedor con su cámara, comencé a cambiar de postura, a levantarme la camiseta..
-Increíble, sigue.. no sabía que las chicas torpes sabían posar tan bien- me decía riendo mientras su dedo no dejaba de apretar el botón de la cámara.
-Calla tonto, que aquí el rarito y chulo eres tú y nadie dice nada- me atreví a decir mientras seguía divirtiéndome y soltándome cada vez más al ver la carita que ponía cuando me hacía tantas fotos..
Acabó la sesión y fuí a su cuarto a cambiarme cuando me dijo- eh, donde vas..
-A cambiarme, qué quieres, ¿Que me vaya así a mi casa?
-Ni se te ocurra, tendría que ir detrás de tí para que no se te acercara nadie-dijo mientras dejaba la cámara sobre la mesa y se acercaba a mí
-Ni que te pusiera celoso.. -me atreví a decir
-¿Tú qué sabes? Futuras científicas, tan guapas y encima modelos no se encuentran todos los días eh
Y entonces noté como se me aceleraban las pulsaciones. Fran se me acercó y me cogió de la mano, me llevó a su cuarto y cerró la puerta. Se quedó enfrente de mí, a menos de 10 cm y me miró a los ojos, cuando más estaba imaginando ese mejor momento que debía de ocurrir, se escuchó una pequeña carcajada
-¿De qué te ríes?-le dije con algo de miedo
-Nada tonta, no sabes el tiempo que llevaba esperando tenerte así de cerca, solo para mí.
Me limité a sonreír, no sabía que decir, y la verdad, en ese momento, sobraban las palabras. Me acarició la cara, me agarró de la cintura y me acercó a él, me apartó el pelo del cuello y se acercó a mi oreja, donde yo podía oír su respiración que cada vez me ponía más. Me besó por la oreja, y bajó al cuello, un beso, un pequeño mordisco, otro beso, yo me abracé a él y poco a poco notaba su boca más cerca de la mía. Dejó sus labios enfrente de los míos, cerca, muy cerca, casi rozándolos, y pude ver como sonreía, yo sonreír también y entonces noté sus labios contra los mios. Despacio, muy despacio empezó a besarme, primero picos, luego besos más intensos, por fín noté su lengua enredándose con la mía. Ahí estábamos los dos, de pie, en su cuarto, abrazados besándonos, sin importarnos nada más.
Me empujó con delicadeza y suavemente a su cama, y se posó sobre mí. Siguió con esos besos por mi cuello, por mis brazos, empezó a besarme el pecho, lo poco que dejaba ver el escote de su camiseta, y bajó su mano poco a poco, acariciándome. Llegó al final de su camiseta y la empezó a levantar suavemente mientras seguía comiéndome la boca.
Me subió la camiseta hasta arriba, y no dejaba de acariciarme todo el cuerpo, la tripa, mis pechos, mi cintura, notaba como de vez en cuando jugaba con mi piercing del ombligo y como bajó la mano por mis piernas, mis muslos..
-Fran..-le dije con el poco hilo de voz que me salió en ese momento, casi como un susurro
-Xsss, no voy a hacer nada que tú no quieras, relájate cielo..
Esas palabras, ese tacto, ese cariño con el que me las dijo, y con esa voz.. Traté de hacerle caso y cerré los ojos. Sabía que era lo que había esperado mucho antes, tenía a mi chico perfecto sobre mí y no podía desaprovechar ese momento.
Noté como hacía un esfuerzo por quitarme su camiseta y yo le ayudé. Empecé a acariciarle la espalda y en menos de un minuto le quité la camiseta a él, mientras él no paraba de acariciarme toda, de besarme, de susurrarme cosas al oído. Notaba como su lengua se enredaba con la mía y como me mordía de vez en cuando el labio, despacio, y empecé a tocarle esos abdominales que no eran de un gran modelo musculoso, pero eran increíbles, en su justa medida, y pronto bajé mis manos a su pantalón, jugué con el botón de sus vaqueros y lo desabroché mientras él seguía acariciandome el pelo, comiéndome a besos.
Le quité el pantalón como pude y nos quedamos en ropa interior. Entonces noté como su mano bajaba de nuevo, se detuvo a acariciarme la tripa y la cintura y poco a poco la metió entre mis braguitas, crucé ligeramente las piernas, no sabía por qué pero me moría de ganas de notar sus dedos, y esa inseguridad que siempre he tenido me jugaba malas pasadas en esos momentos. Él notó mi movimiento y tuvo paciencia, siguió calentándome más y más y yo cada vez podía notar más su erección sobre esos calzoncillos que llevaba aún puestos. Lo consiguió, me metió la mano, y me abrió suavemente, empezó a rozarme el clítoris despacio con sus dedos, yo estaba en la gloria, y me estaba poniendo demasiado cachonda.. Entonces poco a poco me metió un dedo, luego otro, y me miraba a los ojos mientras yo gemía tímidamente de placer. Subió la mano, me tocó las tetas mientras me besaba toda de nuevo, me desabrochó el sujetador y me lo quitó, noté su lengua por todas mis tetas, como me lamía los pezones despacio, parecía que le encantaba y yo le acariciaba la cabeza, no sabía como podía sentir tanto por él. Empezó a bajar poco a poco y a besarme la tripa, por la cintura, por las piernas, y con esas manos que me encantaban tanto me quitó las braguitas mientras me acariciaba intensamente. Apoyó su cabeza sobre mi pierna y me abrió lentamente, se acercó y pronto pude notar sus labios sobre mi clítoris. Besos intensos, caricias con su mano, que me hacían estremecerme de vez en cuando y su lengua que empezó a lamerme el clítoris enseguida. Pasaba su lengua despacio, se notaba que quería saborear bien, de abajo arriba, y cada vez fué acelerando el ritmo, notaba toda su lengua comiéndome el coño y cada vez estaba más cachonda.
Entonces se me escapó un -aahh.. Él sabía lo cachonda que me tenía desnuda en su cama, y lo cachondo que estaba él también y se quitó los calzoncillos, se puso encima de mí empezó a rozarme con su polla. Dios, que empalmado que estaba y qué ganas tenía de que me hiciera suya. Noté como la colocó en la entrada de mi vagina, y como entró la punta, solo la punta, lo que me hizo apretarle la espalda.. entonces me dijo- quieres que pare? aún estás a tiempo.. Lo único que no quería era que parara, y entre suspiros le dije-no pares, ahora no.. Nos abrazamos y él empezó a meterla poco a poco, iba despacio, sabía que los dos teníamos ganas, muchas ganas, pero quería disfrutar ese momento.. Por fín entró toda, seguía follándome despacio, pero intensamente, mirándome a los ojos, y besándome, era todo increíble, y poco a poco fué acelerando el ritmo, yo me abracé a su espalda y sabía que le estaba arañando, pero no podiía contenerme, veía como él también se volvía loco y estabamos en el cielo.
Me estaba follando como loco, y cada vez respiraba más fuerte, gemía.. Lo estábamos haciendo a pelo y yo sabía el riesgo que conllevaba pero me daba morbo, demasiado.. le dije entre gemidos que controlara, y él siguió a lo suyo,me cogió del culo y empezó a comerme a besos por el cuello y a metérmela como si no hubiera un mañana, y noté como mi orgasmo se acercaba. Le agarré fuerte y me corrí mientras él me miraba y se mordía el labio.. Estaba a punto de correrse él también, y dios, ponía una carita.. empezó a follarme cada vez más fuerte y cuando estuvo a punto la sacó, corriéndose fuera. Era increíble, acababa de tener el mejor polvo de mi vida, y con el chico que más me gustaba, me abrazó fuerte, se tumbó a mi lado y nos tapamos. Recuerdo perfectamente como sonreía al escuchar todas las cosas que me dijo mientras me acariciaba el pelo, abrazándome, detrás de mí, a mi espalda..
TE QUIERO Fran.